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martes, marzo 19

La mujer de la casa abandonada. Una historia de esclavitud moderna y racismo

En junio de este año, un caso se viralizó en todo Brasil y creó debates en todos los canales de televisión y en las redes sociales, después de salir a la luz el podcast de investigación del periodista Chico Felitti, producido por el periódico Folha de São Paulo «A mulher da casa abandonada».

Se trataba del caso de una mujer blanca, con buena educación y que siempre aparecía en público con el rostro cubierto de una crema blanca en la cara, que luchó y perdió contra la poda de árboles en el barrio en que vivía en una enorme y decrépita mansión en la calle Piauí, en uno de los barrios más ricos en la región Oeste de São Paulo, Higienópolis.

Margarida intentó por todos los medios, incluso con chantajes emocionales, que el pódcast no se hiciera público.

La mujer en cuestión es Margarida Maria Vicente de Azevedo Bonetti, 63 años, prófuga del FBI por crimen de lesa a la humanidad en los Estados Unidos, heredera de una de las familias más ricas de São Paulo, nieta del Barón de Bocaina, el último titular del imperio de Brasil al fallecer en 1938, quien construyó la mansión, actualmente en ruinas, donde vive Margarida. Margarita vive escondida en la mansión en condiciones precarias desde que hace 20 años huyera de la justicia estadounidense.

Margarida en una de sus apariciones (Fuente: Chico Felitti)

Margarida Bonetti y su Marido, René Bonetti se mudaron a Gaithersburg (Maryland), una de las ciudades más seguras de Estados Unidos, conocida también por haber sido escenario de la guerra de secesión estadounidense y que está a 45 km de Washington. Llegaron a finales de los años 70 llevando consigo su «regalo de bodas»: una mujer negra brasileña como empleada del hogar. Has leído bien, ella fue un regalo de boda.

Trabajaba para la familia de Margarida desde los 9 años de edad y seguramente, su familia llevase muchos años sirviendo a la familia de Margarida.

Un tiempo después, sus vecinos estadounidenses empezaron a percibir, que Margarida y su marido René, (mantuvieron a su víctima de manera irregular sin renovar su visado durante 15 años) torturaban, negaban asistencia médica y mantenían viviendo encerrada en un sótano y en situación de esclavitud a la mujer negra brasileña, y denunciaron a la pareja a las autoridades.

La víctima de Margarida y René, fue ayudada por Vicky, una vecina estadounidense que hablaba español. Ella había decidido pedir ayuda e insistió incesantemente hasta que sus vecinos creyeron lo que ella les contaba sobre la amable pareja, educada y de buena reputación de brasileños que frecuentaban su iglesia, y con ayuda de una abogada, Vicky formuló una denuncia al FBI sin que la víctima lo supiera, pues tenía mucho miedo, dado que la familia Bonetti la amenazaba y le amedrentaba. Según Vicky, los vecinos estaban más preocupados con el bienestar de los gatos y otros animales de la familia Bonetti. En 1998 la víctima consiguió ser rescatada, aprovechando que los Bonetti se habían ido de vacaciones a Brasil, dejando a su víctima a cargo de la casa para cuidar a los animales y con 5 dólares para comprar comida. La víctima tenía prohibido comer los alimentos de la casa, y todos los armarios y la nevera, quedaban cerradas con candado en la ausencia de los dueños. La llevaron a un hospital con la colaboración de un cura que ayudó a crear una red de apoyo y financiación de médicos para la víctima, que tenía sangramientos, varios tumores y un tumor del tamaño de un melón en la tripa. Al volver de las vacaciones y no ver a la víctima en casa, la familia Bonetti sospechó que habían sido descubiertos.

René que tiene nacionalidad estadounidense y había renunciado a su nacionalidad brasileña fue detenido. Las estadounidenses temían que él huyera a Brasil, dado que incluso miembros del gobierno brasileño intentaban recolocar a René en un cargo público en el sistema de defensa de la Amazonia e intentaban revocar la pérdida de la nacionalidad brasileña. Fue juzgado en el año 2000 y condenado por la justicia estadounidenses por mantener durante más de 20 años a una mujer negra brasileña en situación de esclavitud. En EUA cumplió una condena de 6 años, y a pagar una indemnización a la víctima y actualmente está en libertad y trabaja en Northrop Grumman Innovation Systems, una empresa de tecnología que tiene negocios con la NASA, y donde ocupa un importante cargo de dirección y recibe unos 220 mil dólares anuales.

Margarida no renunció a la nacionalidad brasileña y huyó a Brasil antes de ser juzgada, aprovechándose del artículo 5º LI de la constitución federal brasileña de 1988, que dice que «Ningún brasileño será extraditado, salvo el naturalizado, en caso de crimen común, practicado antes de la naturalización,…».

La mansión abandonada de Margarida.

Margarida, que fue la responsable de muchas de las torturas infligidas a la víctima, nunca pagará por su crimen. Aunque ella podría haber sido juzgada también en Brasil, pues el crimen fue contra otra brasileña, si hubiese habido colaboración de las autoridades brasileñas y estadounidenses, pero esto no fue posible por falta de acción de alguna de las justicias de alguno de los 2 países. Nunca sabremos por qué eso no ocurrió, y dado que ya está prescrito tanto en los Estados unidos, que prescribió a los 5 años, como en Brasil que lo hizo a los 16, ella nunca será juzgada por esto, aunque Margarida tiene varias demandas judiciales, todas ellas por cuestiones de herencia familiar.

La víctima tuvo que cambiar de nombre y actualmente aún vive en Estados Unidos, protegida por el gobierno americano. Gracias a su caso, en el congreso estadounidense la víctima de la familia Bonetti se reunió con republicados y demócratas para cambiar la legislación de los Estados Unidos con relación al trabajo esclavo contemporáneo después de que Washington constatara que había una creciente explotación de empleadas del hogar y sirviente llevados al país. Hicieron una conferencia e invitaron a personas de la sociedad civil para discutir un proyecto de ley que garantizaba que las trabajadoras pudieran denunciar a sus empleadores y no fueran deportadas. Había millares de mujeres que fueron llevadas forzadas a trabajar en situaciones de semiesclavitud. Todas subieron en el púlpito para contar su caso. La ley fue aprobada en 2001 y ahora ellas tienen derecho a un plan de salud, vacaciones y el derecho de recibir un sueldo digno por su trabajo.

Otro caso que choca mucho en el pódcast es el caso de una familia blanca de Río de Janeiro, que esclavizo a una mujer negra por 72 años. Fue rescatada en marzo de este año, dormía en un sofá y hoy está al cuidado del ayuntamiento de Río de Janeiro. Fue el tiempo más largo de explotación registrado en Brasil. Este crimen es bastante común en Brasil y también en Latinoamérica y caribe. Se estima que en la región hay 1,2 millones de personas sometida a trabajos análogos a la esclavitud, según la OIT Organización internacional del trabajo.

El objetivo del pódcast era de investigar y denunciar el caso de Margarita y otros casos de esclavitud moderna que ocurren constantemente en Brasil, pero se convirtió en un show de banalización del crimen y un espectáculo con gente acercándose a la puerta de la casa abandonada con la esperanza de sacar una foto con Margarida, pedir un autógrafo e incluso defendiendo a la criminal. También estuvieron estrellas mediáticas del activismo animal, haciendo directos invadiendo la casa para sacar a los animales que allí vivían, mientras hacían lives en sus redes sociales, quitando completamente el foco de la discusión principal. Esto demuestra el descaro de los medias y de la sociedad delante del racismo y las desigualdades que significaba esta esclavitud moderna. Las autoridades brasileñas informaron que después de la publicación del podcast, el número de denuncias aumentaron significativamente

Brasil fue el último país de occidente en abolir la esclavitud. El domingo 13 de mayo de 1888 fue aprobada la ley número 3353, también llamada Ley Áurea, votada en el senado y firmada por la Princesa Isabel después de más 3 siglos. Era una ley sin ninguna preocupación por reparar el daño e incluir a los negros en la sociedad, y cuyo único objetivo era aumentar la popularidad de la princesa Isabel y mantenerla en el poder para evitar la república, lo que no ocurrió. Brasil fue el mayor destino de tráfico de personas africanas durante la esclavitud, se estima que más de 5 millones de personas.

Teóricamente, la esclavitud en Brasil terminó en aquel domingo de 1888, pero la realidad es otra. Existen muchas Margaridas y muchos Renés aún en Brasil. Fue apenas en 1995 que Brasil reconoció ante la ONU la existencia de trabajadores esclavizados en su territorio y pasó a crear medidas para combatirlo, aunque el Artículo 149 del código penal brasileño Ley n.º 2.848 del 07 de diciembre de 1940 ya contemplaba el crimen de analogía a la esclavitud, en 2003 fue modificado y se establece la ley N.º 10.803, del 11 de diciembre de 2003 para establecer penas de 2 a 8 años más multa y la pena correspondiente a la violencia e indicar las hipótesis en que se configura la condición análoga a la esclavitud.

De 2003 a 2021, más de 2,3 millones mujeres fueron rescatadas de trabajo esclavo en Brasil, según información de la División de la fiscalización para la erradicación del trabajo esclavo (DETRAE) del Ministerio de Economía. De estas mujeres, el 61% eran negras, 36% eran del nordeste del país, la mayoría entre edades de 30 a 39 años. También fueron rescatados 75 niños entre 15 y 17 años, y 0,3% entre 10 y 14 años. Según el teléfono de atención de derechos humanos Disque 100, hubo 5125 denuncias de trabajo esclavo y tráfico de personas y 3601 denuncias por tráfico de niñxs y adolescentes entre los años 2012 a 2019. Los trabajos análogos a la esclavitud no son solo en trabajo doméstico, y puede estar en varios ámbitos como la agricultura, la industria, la construcción, etc.

El trabajo análogo a la esclavitud no es un hecho aislado, sino que es algo que también existe en España, principalmente en el campo y en los servicios domésticos. Todos podemos y debemos identificar y denunciar casos como estos que son cada día más comunes, seguramente, alguno de nosotros tengamos un vecino o conocido con una empleada que está en situación análoga de esclavitud.

«Pero no abrazo que de ayer para hoy ser negro se volvió guay, payasos en fiesta, raíces cortadas. El dolor de los judíos choca, el nuesto genera chiste» – (Bang! Emicida)


Talita de Fátima B Moreira

Afroactivista, Creadora de contenidos antirracistas, estrella negra en @influenciasNegras, a veces hablo en el podcast No te rayes QSP.

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