Cuando hablamos de inclusión de personas, comunidades o territorios, dentro de las definiciones que podemos encontrar se destaca un común denominador liderado por la necesidad de agregar o integrar a alguien en una zona en donde se evidencia que no está siendo representado, partiendo de la idea de que debería estar ahí.
Ahora, todas sabemos que nuestra sociedad actual a nivel mundial se caracteriza por esa necesidad absurda de representar a las mayorías de forma hegemónica, basándose en un manual de conductas e imágenes en donde prevalece el elitismo, el clasismo, el patriarcado y la blanquitud. Aunque esto sucede en mayor o menor medida según el lugar del mundo en el que estemos, cada vez son más las personas que generan presión en el esquema del sistema para que esto deje de suceder en la sociedad ya que es absurdo buscar representar comunidades diversas a punta de generalidades, a partir de esto, las instituciones de todo tipo, empresas, industrias, estados, entre otros, han empezado a implementar una cantidad de actividades, programas, incentivos o ideas para que a futuro dejemos de ver la otredad como amenaza y podamos convivir con la diversidad de forma genuina y natural.
Para llegar a estas prácticas lo primero que hay que hacer es reconocer que este problema existe, pues no se puede buscar una solución cuando las personas no ven un problema en el entorno, por lo tanto, es importante aceptar que las sociedades clasifican a sus individuos y que a partir de esto relegan a una parte de ellos a vivir con más dificultades que el resto por una razón en específico.
Posteriormente se debería realizar un estudio para identificar que grupos de personas son excluidas del ciclo rutinario de la comunidad y el porqué de esta situación, pues existen múltiples razones por las que un grupo puede verse exiliado de la sociedad, ya que esto se puede desde condiciones físicas puntuales hasta diferencias por creencias religiosa, hay una infinidad de motivos por los cuales un grupo social puede destinar a un sector de los suyos a una convivencia más dura sin justa causa.
Después, es importante darle voz a estos grupos excluidos socialmente para que puedan manifestar su sentir, ya que esta es la única forma de entender porque sucede la exclusión, como se manifiesta y que la genera, sobretodo porque la persona que excluye se caracteriza por no tener opresión a nivel social sobre la ideología que le hace alejar al otro, son personas que no necesitan exigir que los escuchen porque siempre han tenido una voz que es aceptada en sociedad.
La continuación a todo esto sería entonces el reeducarse, ¿por qué? Porque yo no excluyo al otro porque si, cuando yo excluyo al otro de forma directa o indirecta es porque en alguna parte de mi crianza me enseñaron que algunas cosas no merecían mi aceptación, de esta forma, cuando yo encontró personas o lugares con estas características si o si voy a generar un desagrado hacia las mismas, desagrado que se puede manifestar de muchísimas formas, unas más violentas que otras y que generan en mi la incapacidad de dejar que el otro sea. Por esto todos debemos reeducarnos, los que excluyen para reestructurar su forma de pensar para que puedan comprender que lo que hacen está mal y los que son excluidos para reivindicarse con ellos mismos, ya que por lo general un proceso de exclusión deja traumas poco visibles para quienes lo sufren y se necesita de la iniciativa de toda la sociedad en bloque para que estos procesos sean efectivos.
El resultado de todo esto debidamente ejecutado debería finalizar en la aplicación de estrategias para erradicar las ideologías que generan la exclusión y estas se aplicarían de tal forma que a futuro ya no sean necesarias porque se lograría con estas la posibilidad de vivir la diversa de la comunidad de forma respetuosa y tranquila en un punto en donde nadie necesite incluirse porque precisamente nadie le ha hecho sentir que no hace parte del núcleo.
Al presente, ¿Qué sucede actualmente?, que nada de esto se hace o se intenta a hacer de forma correcta y lo que se está generando es un resultado a medias representado en la cuota de inclusión.
La cuota de inclusión se utiliza actualmente para incluir, valga la redundancia, a las poblaciones exiliadas socialmente con el fin de darles la visibilidad que siempre debieron tener y que nadie debió quitarles nunca, pero como el proceso no se ha realizado decentemente, lo que debía ser una oportunidad para reformarnos como comunidad se ha vuelto una forma de utilizar las imágenes simbólicas de las comunidades excluidas como decoración para realizar falsa sensación de ‘’aquí estamos representando a todos’’. Y puede que en algunos casos si estén representando a todos, la pregunta aquí es ¿Cómo los están representando?
La inclusión y el respeto por la otredad va más allá de un foto de una tienda con modelos de todos los colores y tallas, de nada sirve tener en una serie a una persona trans para mostrar inclusión pero que durante las grabaciones el staff siempre discriminara y menospreciara a la persona por eso mismo, de nada sirve una publicidad de una tienda de ropa con mujeres gordas para mostrar que tienen todas las tallas pero que cuando estas las mujeres del común van a esas tiendas nunca encuentran su talla y para rematar reciben atención gordofobica por parte de los empleados, de nada sirven una propagando de maquillaje con mujeres negras e indígenas para mostrar diversidad de tonos pero que el día que se gramo el comercial las modelos tuvieron que maquillarse por sí mismas porque las estilistas no sabían tratar su tipo de piel, de nada sirve contratar a personas con discapacidad si todo sus compañeros lo van a tratar con sensación de lastima, de nada sirve un bar que haga anuncios con la bandera de la comunidad lgtbiq+ pero que cuando estos quieran entrar a sus eventos el personal de seguridad los intimide o no los deje entrar, en fin.
De nada sirven estas prácticas enfocadas en impactos visuales si no hay un trabajo interno de campo para reconocer, reparar y no repetir.
Y esto, es un trabajo que debemos hacer todos, no solo las instituciones, porque al final las instituciones somos nosotros también, por lo tanto, es una tarea que se debe hacer de forma individual y colectiva en unísono para generar los cambios deseados y además, es algo que se debe hacer desde todas las perspectivas y reconociendo que si bien existe una base privilegiada de la población que tiende a ejercer con más fuerza estas opresiones, yo como persona excluida también puedo estar excluyendo al otro desde un punto de vista diferente a la que el otro esté usando para excluirme a mí, y eso es algo que no podemos omitir bajo ninguna circunstancia.
Finalmente, la invitación a revisarnos, a hacernos responsables, a hacernos cargo, a detectar todo este tipo de situaciones y a intervenir en ellas desde la necesidad de cambio, de aprendizaje y de respeto.
Espero tengan una buena semana, bye.
Yurlei Cortés Ortega
Un ser humano que se fija en los pequeños detalles. Mujer negra afrocolombiana.
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