martes, diciembre 3

La paja en el ojo ajeno

Estos días tenemos el #blackface en la palestra debido a que ha salido a la luz la patinada del primer ministro canadiense Justin Trudeau de hacer blakface en 2001 para disfrazarse de Aladdin. El primer ministro, en plena campaña electoral, ha pedido disculpas públicamente en tres ocasiones ya, indicando lo inaceptable de la práctica por su connotación racista en la historia.


Justin Trudeau en blackface en 2001 para disfrazarse de «Aladdin»

Lo sorprendente del caso es que esta vez varios medios españoles sí se han hecho eco del tema catalogándolo como racista (bien!) peeeeeero ubicándolo en el contexto norteamericano y (aquí viene lo más sorprendente aún) aclarando que en España “no está tan mal visto porque se practica en las cabalgatas cada año e incluso personas públicas como Alberto Ruiz Gallardón lo han practicado” sin que se les caiga la cara de vergüenza con humor.

A eso le llamamos claramente ver la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio.


Escurrir el bulto: Explicación gráfica del tratamiento del blackface por la prensa española

La práctica del blackface, tal como define SOS Racismo “Es una práctica que perpetúa el racismo hacia las personas negras, mediante la ridiculización y exageración de los rasgos característicos de las mismas, usando como punto de partida maquillaje en el que se simula la piel negra y pelucas de pelo afro. El blackface por tanto, es creado por personas blancas, para personas blancas convirtiéndolo en una práctica evidentemente racista.”

Si bien es cierto que los casos mas conocidos documentados históricamente son en norteamerica, no es el único terriorio donde se practica(ba) y no tiene nada que lo haga exclusivo de USA o Canadá, además denota la poca o nula documentación de, por ejemplo esta pieza de La Sexta Noticias , al ignorar la historia del blackface en España, tanto anterior (aqui o aquí) como actual.

Manifestar que el #blackface es racista allí pero no aquí es un claro indicativo de lo muchísimo que queda por concienciar aún a la sociedad española. Y está siendo un trabajo duro porque:

“A veces las personas tienen una creencia fundamental que es muy fuerte. Cuando se les presenta pruebas que van en contra de esa creencia, la nueva evidencia no puede ser aceptada. Se crearía un sentimiento que es muy incómodo, y como es tan importante proteger la creencia central, se racionaliza, ignora e incluso se niega todo lo que no encaja con la creencia central”

(Fanón, 1973)

El racismo es un problema estructural que está tan arraigado en nuestra socialización que, para darse cuenta de cómo reproducimos y perpetuamos prácticas racistas, hay que primero, tener voluntad de hacerlo y, segundo, prestar mucha atención.

Las personas racializadas, frente a esto, podemos cuidarnos a nosotras mismas (autocuidados, empoderamiento, conciencia, sanar heridas, prevenir emocionalmente) y podemos poner el tema encima de la mesa una y otra vez, con contundencia, hasta con intransigencia, evidenciarlo para que sea imposible evitar hablar del elefante en la habitación

Pero NO lo podemos solucionar.

Y básicamente no podemos solucionar el racismo porque el racismo es un problema de las personas (blancas) que lo ejercen y lo perpetúan precisamente por no considerarlo un problema. Quien no lo sufre, no lo ve y por lo tanto no lo siente y no lo considera un problema. Es frustrante. (esto aplica a cualquier dinámica de opresión estructural y por si acaso aclaro que #notallwhites).

Si eres una persona blanca y no haces nada al respecto, haces de transmisor de esas prácticas integradas: descontextualizar y aliviar la carga racista de ciertas expresiones, palabras y prácticas amparándose en la ingenuidad/inocuidad de la intención de quien las practica o simplemente ignorarlo porque no te apetece meterte en lios -usando tu privilegiada posibilidad de ignorarlo porque no te afecta- es hacer de correa transmisora para el racismo estructural.

No basta con decir no ser racista, hay que practicar el antirracismo.

Y se practica tomando conciencia primero, y actuando después. Poniendo el cuerpo. Porque leer y escuchar no sirve de nada si no lo pones en práctica en tu dia a dia. 

Hacer follow, like y share en redes no sirve para nada si esa información no se traduce en acción directa.

Si eres una persona racializada lo primero son los autocuidados y responder ante situaciones racistas como puedas en ese momento. No es tu deber hacer pedagogía constantemente y lo principal es no exponerte (emocional e incluso físicamente) si consideras que la situación no es segura o simplemente no tienes el día. Elige tus batallas y ante todo protégete.

Si eres un persona blanca tu deber moral es actuar. Que la broma acabe en ti, no te calles delante de prácticas transmisoras de esta opresión estructural. Haz tu parte.

Pero es que además, indicar -como han hecho los medios- que el #blackface es un problema ajeno es ignorar una realidad que desde hace ya AÑOS venimos denunciando diferentes personas, colectivos y medios de la comunidad afrodescendiente en España.

La denuncia masiva al bochornoso blackface de Alcoy y la recientemente estrenada obra de teatro de la hermana Silvia Albert Sopale «Blackface y otras vergüenzas» son solo unos ejemplos del recorrido de esta reivindicación en España.

En Afroféminas hemos escrito largo y tendido sobre el tema, puedes encontrar todos nuestros artículos al respecto en este enlace.

Y no lo olvides: haz tu parte.

#StopBlackface

Basha Changuerra


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