Mi nombre es Marbella tengo 27 años soy una mujer negra afromexicana. Me cuesta trabajo pronunciarme frente a las posturas feministas. En casa nunca se habló de feminismo, en realidad, hace poco que me aproximé, pero me siento fuera de lugar. Parece como si las demás chicas quisieran implantar en mi cerebro una nueva forma de pensar porque la mía es errónea sólo porque mis experiencias son otras. Me siento juzgada y desvalorizada por no conocer autoras y teorías. Me parece un entorno racista y sumamente clasista. Por esta y muchas otras situaciones comencé a tener poca confianza en el feminismo.
Hace unos días me encontraba reunida con un grupo de mujeres promotoras culturales para generar un protocolo de seguridad y así hacer frente a situaciones alarmantes de hostigamiento y acoso sexual que se han presentado durante nuestras jornadas laborales. Hice una intervención. Mi comentario molestó muchísimo a una compañera de postura feminista radical que minutos después de mi participación se rió de lo que dije. La encaré, le comenté que me sentí lastimada con su risa, que me parecía una falta de respeto grave, además, sumamente peligroso que se riera del comentario que hice cuando se suponía que estábamos en un espacio seguro, de escucha y acompañamiento entre mujeres.
Entiendo que mi comentario le causara molestia, pude haber dicho cualquier otra cosa con la que ella estuviera completamente en desacuerdo, pero #amigadatecuenta riéndote de mí no me ayudas a construir, al contrario, tu discurso feminista es un discurso de odio abanderado de una sororidad hipócrita en el cual sólo caben las mujeres iguales a ti, con los mismos privilegios, experiencias y pensamientos, nada que salga de eso cabe, nada que lo cuestioné es válido. Es un sermón que predica el #yotecreo y en el fondo ejecuta el #yotecallo.
Esto no es algo que sólo me ocurra a mí, hace unos días censuraron por tercera ocasión el perfil de Facebook de mi amiga Valeria Angola, antropóloga afrocolombiana y representante de Afroféminas en México, Valu es contundente en su postura antirracista, la libre expresión de lxs cuerpxs racializadxs, etcétera. Al parecer su opinión también incomoda. Su voz, la mía y la de muchas otras mujeres negras causan tanto impacto que hay que reírse, censurar, opacar, borrar, o no tomar en cuenta por que molestan y mucho.
La invalidación de las voces provenientes de cuerpxs racializadxs es una constante, se da a todos los niveles y en todos los espacios. Las prácticas cotidianas y los privilegios que generan comodidad para quienes los perpetúan alimentan las desigualdades que se ejercen sobre nuestros cuespxs, el feminismo blanco es excluyente y juicioso, se siente con derecho de decidir sobre lo que se puede o no decir, sobre lo que se puede o no mostrar.
Hace meses tengo la fortuna de coincidir con otras mujeres negras, el aprendizaje es mutuo. A partir de ahí, he conocido otros feminismos, he aprendido qué hay tantos feminismos como mujeres en el mundo. Comprendo que ese feminismo en el que me sentí juzgada y menospreciada no es una verdad universal y absoluta y que incluso de ahí puedo nutrirme con lo que me sirva y lo demás dejarlo ir respetuosamente.
Hoy me pronuncio a favor de una sororidad abierta, autocrítica, de acompañamiento sin juicio, con libertad, con un ejercicio de amor incondicional y de justicia indivisible.
Mucho tiempo he permanecido callada, ya no lo permito. Aunque la voz se me corte y las lágrimas escapen de mis ojos, hablo, escribo, canto, bailo o grito ante cualquier situación sobre la cual me parece importante hacer escuchar mi voz. No vuelvo a lastimarme callando. Procuro no lastimar silenciando.
El feminismo será antirracista o no será.
Marbella Figueroa
Soy un conjunto de ideas, pensamientos, situaciones, lugares, sentires y emociones. La
mayor parte de mi tiempo la dedico a la creación plástica. Me encanta jugar y divertirme con
colores, texturas, hilos, brillantinas y todo lo que encuentre por mi paso.
Obtuve una licenciatura en artes visuales por la FAD/UNAM con especialización en medios
audiovisuales. Mi exploración interdisciplinaria aborda principalmente la negritud, las
conexiones ancestrales y el cuerpo. Soy creadora y colaboradora del proyecto autogestivo
Afrochingonas. He impartido diverso talleres de arte comunitario en la Costa Chica de
Guerrero y en Zonas de la periferia de la CDMX.
Actualmente me dedico a la gestión cultural y a la producción artística autogestiva.
Si quieres estar en contacto conmigo picale al link
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Yo quiero dejarte esta experiencia mía,no soy racializada,se supone que blanca,color crema diría yo y supuestamente,con una cultura media. Participo a veces con el colectivo 8M y creo como tu,que el feminismo debe ser antirracista de izquierdas y radical,en el que quepan todo tipo de mujeres.Te cuento esto pq yo sé y creo que ese es el camino. Puedo decirte que desde el colectivo se ha invitado y ha habido compañeras que han invitado a colectivos de mujeres de otras razas y culturas y que no quisieron venir a nuestras asambleas,el pq ,lo desconozco. Mi experiencia el 25 N ,fué la siguiente,yo iba en la manifestación a mi aire,pq me apetecía y mezclé con diverso grupos.Me gusta leer las pancartas,hacer fotos de ellas y bueno mezclarme con cualquiera que haya allí manifestándose conmigo,en un momento del recorrido coincidí con un grupo de chicas de origen sudamericano que llevaban tb sus consignas y sus pancartas reclamando por sus derechos y problemáticas y canté con ellas. Una de las consignas.que además me pareció que representaba
perfectamente bien una realidad que viven,decía lo siguiente»cuando una blanca rompe un techo de cristal,la mujer que lo limpia es inmigrante,negra e ilegal» creo que era así.Pues bueno,les hice fotos,estuve allí disfrutando e intentando compartir con ellas,pq sentia que era tb mi lucha y cuando intenté entablar conversación y acercarme a compartir con ellas,prácticamente me ignoraron,de hecho ,ni me contestaron,no eran caras cómplices,como yo lo era o intentaba ser con las que yo trataba y consideraba como compañeras. No pretende ser una crítica,si no una experiencia más. Solo una cosa más,yo tb he sentido eso mismo que cuentas entre compañeras del 8M,hacia mí,cuando iba a las asambleas,siempre había compañeras,que no te consideraban o no te tenían en cuenta,pq eras la nueva o pq no eras amiga de…o por lo que quiera que fuese. Sabes,yo creo que hay tb otro problema que subyace en todo esto y es que no nos comunicamos,no nos miramos,no nos sentimos y eso no es solo un problema racial,es humano,nos miramos mucho nuestro ombligo y poco el de la de enfrente. Por supuesto que hay ese tipo de feminismo,estoy contigo,pero creo que somos cada vez más las que no pensamos así.
Un saludo y un abrazo,si un día coincidimos,me tendrás allí a tu lado.