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jueves, octubre 3

No me queda más sororidad para dar

No me queda más sororidad para dar

La denuncia interpuesta por las cuatro mujeres marroquíes, temporeras en Huelva,  ha quedado archivada porque según el Juez las cuatro mujeres mienten como parte de una “maniobra para quedarse en España” tras ser despedidas de la finca.

Mentiría si dijese que a estas alturas me sorprende la decisión del Juez, que está haciendo lo que se lleva haciendo desde siempre en este país.

Oigo en algunos medios hablar de justicia patriarcal, que seguramente lo será. Pero hermanas, yo sé y vosotras también que lo que ha marcado este caso es la condición migrante de las denunciantes. No ha sido justicia patriarcal. Ha sido, lo que es siempre con nosotras y nosotros, hombres y mujeres de otra piel, otra religión u otra lengua. Ha sido justicia RACISTA.

Porqué las temporeras de Huelva, mujeres árabes, musulmanas y pobres, son todo lo que rechaza esta sociedad engreída y ciega de su falsa superioridad moral. Ellas han puesto a este país frente a un espejo, con un Juez que ni siquiera ha querido escuchar lo que tenían que contarle. ¿Por qué va a escucharlas? Su palabra no vale lo mismo que la de un autóctono. Para que oírlas, si son la no personas, las no humanas, las que no importan.

Queridas mujeres hermanas y aliadas, yo sé y vosotras también, que si hubieran sido hombres marroquís hubieran corrido parecida suerte. Porque el inmigrante, el distinto, no tiene cabida en esta sociedad. Y si la tiene, es para servir y que no proteste. Porque bastante hacéis con dejarle estar en vuestro maravilloso mundo, recogiendo vuestras fresas, limpiando vuestras casas, fregando vuestros suelos, siendo vuestro objeto de odio y culpabilización.

Muchas de mis hermanas están pidiendo en la redes sororidad a otras mujeres, y han sido convocadas varias concentraciones de protesta en muchas ciudades del país. Es un loable esfuerzo muy loable. Es más de lo que ha sucedido en otras ocasiones, y tras la puesta en evidencia de medios como el nuestro, que denunciamos la pasividad del feminismo hegemónico cuando se trata de mujeres racializadas las víctimas.

Escribo esto antes de esas concentraciones que tendrán lugar hoy y mañana. Pero hermanas y aliadas, sé y vosotras sabéis que serán pocas personas las que acudan. Pocas mujeres  blancas acudirán y seguramente, no llenarán las calles como cuando «La Manada» fue puesta en libertad.

Y quiero deciros  que estoy harta y cansada. Hermanas y aliadas, quiero contaros que estoy triste y llena de dolor. No puedo dar más amor a quien me lo niega. No puedo dar mi mano a quien la esconde cuando la levanto para alcanzar el borde y sacar la cabeza.

No puedo, no quiero vivir más decepciones. No quiero ser esa amiga que espera y que nunca es correspondida. Esa a la que se le dan palmaditas y se admite para hacer la buena acción del día.

Porque ya no espero nada de vosotras, yo ya soy, y eso no tiene vuelta a atrás. No quiero una esquina, ni un pedacito. No quiero una limosna inclusiva.

El año pasado, a pesar de la decisión de Afroféminas, yo decidí hacer la Huelga del 8 M. Fue una decisión meditada y en la que creía. Por eso y por lo que ha venido sucediendo durante este año os comunico que no haré huelga el próximo 8M.

Hermanas y aliadas, ya no me queda más sororidad para dar.

 

 

Ayomide ZuriAyomide Zuri    @ayomidezuri

Redactora de Afroféminas, Cáceres

ayomidezuri@gmail.com

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