¿Racismo al revés?

¡Ay, el racismo al revés! Esta expresión tiene su cosa ¿Será que hay un racismo al derecho? Escucho a algunos blancos gritar ¡¡¡eso es racismo al revés!!! No son aliados nuestros. Son gente que dice que nuestras acciones afirmativas son racismo contra ellos. Son las personas blancas que realmente creen que sufren más racismo que la gente negra.

¿Pero como puede una persona blanca estar tan ciega ante sus privilegios?

Algunos católicos, por ejemplo, afirman que están siendo oprimidos religiosamente porque los derechos de las personas lesbianas y gays han sido reconocidos. Hay un incipiente movimiento de derechos de los hombres (entiéndase hetero) que afirma que están siendo oprimidos tanto o más que los transexuales, los gays, etc. Todo esto es muy estúpido, la verdad.

Muchas veces, cuando la gente habla de racismo, sexismo o cualquier otra forma de opresión, simplemente se refieren a cuando una persona hace algo que ofende a otra sobre su identidad. No hay absolutamente ningún reconocimiento de sistemas más amplios de opresión y poder.

Pero cuando decimos cosas como «bueno, a veces los negros pueden ser tan racistas como los blancos», estamos contribuyendo al problema. Hay que ser precisa y ser directo en el lenguaje para no equivocarnos.

Cualquier persona puede ser un estúpido para cualquier otro de cualquier identidad. Pero eso no es opresión. Ni siquiera lo hace racismo o sexismo, etc. No debemos olvidarnos de mencionar el poder social, opresión y privilegio en nuestro discurso.

Si nos olvidamos de esto último y nos movemos solo en las relaciones interpersonales, olvidamos atacar a los sistemas de opresión, que son el verdadero problema. Nuestras interacciones interpersonales son reflejos de  las estructuras de la desigualdad y de la opresión sistemáticas.

Ahora bien, no todas las palabras o acciones hirientes son iguales.  Algunas tienen detrás una  historia y un sistema de opresión,  violencia, represión, deshumanización, dominación y degradación.

Pongamos por caso el tema de los «negrets» de Alcoy, que en Afroféminas estamos denunciando. Muchos se preguntan que problema hay en pintarse la cara de negro. Cientos de personas pintadas como pajes (curiosamente la figura del sirviente es la del negro) de manera burlona hacia nuestra etnia.

Si no viviéramos en un sistema que actualmente e históricamente es de opresión y marginación, si no estuviéramos en este contexto, entonces, tal vez esa parodia, sería solo eso, una parodia. Pero hay una pequeña cosa llamada marco.

El marco es el periodo de más de 500 años, donde los negros fuimos vendidos como propiedades por los europeos, que reforzaron su sistema a través de la violencia y la represión, y que una vez abolida la esclavitud, mantuvieron a las personas de etnia negra oprimidas, invisibilizadas, infrarepresentadas, olvidadas y sumidas en la pobreza. Aún hoy estamos muy lejos de la normalidad.

Y está el contexto del uso de nuestros cuerpos negros. De la fetichización, humillación de nuestros atributos, ofensa, violación…para que más.

Finalmente diré que esta reacción a nuestras demandas y peticiones se define con una palabra: miedo. Es un miedo que habla del progreso, del que estamos construyendo. Es un miedo que habla de la clase de resistencia que podemos esperar a medida que avanzamos en estas luchas.

Es nuestra responsabilidad vencer este miedo, dándonos la oportunidad de hacer proselitismo entre aquellos que sienten temor ante nuestros avances. Tenemos que conseguir que crezca el número de aliados que se unan a estos cambios, que no nos engañemos (no os engañéis), son imparables.

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