Cuando en 1999, Ken Bugul, escritora senegalesa que vivió muchos años en Europa, defendió la poligamia como modelo de familia en su obra” Riwan”, las feministas clamaron al cielo.
Una década más tarde, el libro “Tres almas para un corazón” de Guillermina Mekuy, un relato que sin entrar a defender directamente la poligamia la abordaba desde una visión sin prejuicios negativos, distinta a la línea habitual, también fue bastantes criticado. ¿Cómo era posible que una joven que creció en el centro de Madrid, licenciada por la Universidad Complutense, prototipo, por tanto, de mujer africana empoderada, pudiera abordar la poligamia desde una posición que no fuese la de rechazo radical?
La poligamia es, de hecho, un ejemplo recurrente a la hora de señalar la situación de desigualdad frente al varón que sufre la mujer en África, o en el mundo musulmán y también se suele presentar la penalización de ésta en los sistemas de sociedad europeos y occidentales como una señal del reconocimiento en los mismos de los derechos y la dignidad de la mujer.
Tema controvertido como pocos, es un hecho que la opinión generalizada sobre este tema es de oposición, incluso en aquellas sociedades donde su práctica está profundamente arraigada. Desde hace unas décadas, en el seno de la mayoría de las sociedades donde la poligamia es una práctica, se ha asentado la idea occidental de que poligamia es igual a sometimiento de la mujer frente al hombre, un reflejo de ausencia de empoderamiento y se considera una lacra creada por un sistema patriarcal y machista. Esta idea viene acompañada, además, de la suposición de que sólo una mujer económica e intelectualmente limitada podría aceptar compartir esposo, por lo que cada vez que la poligamia es defendida o simplemente planteada en otros términos por mujeres como Ken Bugul o Guillermina Mekuy, la respuesta es la misma: ¿cómo pueden? y yo me pregunto ¿por qué no?
El camino hacia el empoderamiento de la mujer ¿no era acaso el camino a la autonomía de pensamiento? ¿La lucha por ser y definirnos como seres independientes, no sometidas al hombre ni social ni económicamente, no pasaba también por liberarnos de las ideas sobre nosotras que habían sido generadas y establecidas por hombres? Por ejemplo, ¿no fueron acaso los hombres los que representaron la poligamia como una victoria sobre la mujer centrándose solo en el hecho de que ellos podían yacer con todas ellas y ser atendidos por ellas? ¿Es que acaso, no era igual de valido el planteamiento que podría presentar la poligamia como una relación de iguales que un hombre establecía con varias mujeres, y que podría ser comprensible desde el punto de vista demográfico (hay más mujeres que hombres de media) y desde el punto de vista fisiológico (un hombre puede fecundar a varias mujeres en el mismo periodo de tiempo en el que una mujer solo puede concebir, gestar, parir y criar normalmente a un hijo)? ¿No podría esto validar que la práctica de la poligamia pudo nacer más que de la imposición unilateral por parte de los varones, como consecuencia de una suma de factores, y que por tanto pudo haber sido aceptada e incluso beneficiosa para la mujer? ¿Por qué vemos libertad en la mujer que asume la infidelidad en el matrimonio,»por el bien de los hijos» o en la que acepta ser la amante , la compañera de oficina con derechos, o la amiga con derechos (todas ellas sin ninguno de los derechos que sí tiene la esposa, excepto el de mantener relaciones sexuales) y sin embargo vemos sumisión ,y limitación en la mujer que es esposa con todos los derechos sólo porque, en su caso, no tiene que fisgonear el móvil, ya que sabe, exactamente, dónde duerme su marido cuando no pasa la noche en casa?
Hablamos de romper clichés, pero en realidad únicamente nos referimos a aquellos que no nos gustan. Hablamos de crecimiento intelectual pero nos ponemos un techo. Nuestro pensamiento sólo crecerá hasta el techo de lo que en occidente se considere políticamente correcto .Y volvemos una vez más al error de ignorar aquello que cualquier otra cultura o pensamiento pueda aportar, no querremos siquiera entrar en un debate objetivo .Y no podemos entender que mujeres formadas y empoderadas, puedan plantearse siquiera cuestiones que se salgan de esa casilla cuadrada en la que hemos metido todo aquello que consideramos debe pensar y decir, la mujer empoderada.
SI vamos a avanzar, que sea hacia delante y no dando círculos. La poligamia es un sistema que se mantiene fuertemente arraigado en el seno de muchas sociedades, y exige un debate desde la argumentación objetiva, libre de ideas preestablecidas y de prejuicios profundamente arraigados. Exige que mujeres empoderadas lo aborden desde un punto de vista libre de prejuicios y sin condicionamientos. Las barreras que hay que derribar no solo son económicas ni sociales, las barreras del pensamiento son poderosas y determinan en gran medida las existencias de las otras.
La dirección de Afroféminas no comparte el punto de vista de este artículo, pero creemos en la diversidad de expresión, más aún en un colectivo tan heterogéneo como el nuestro.
Estudiante de derecho en la Universidad de Salamanca
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Me a gustado tu articulo muy interensante, pero mi pregunta es que vamos hacer con tantas muyeres? prefieres que sean solteras?, sabes que el orgullo de toda mujer es tener una criatura, como proteger a esta criatura siendo tu hombre?
¿Que pasa Gaspar? ¿Que estás enfermo y por eso escribes estas tonterías? Te lo vamos a perdonar, tranquilo. Cuando nos sentimos mal a veces no nos damos cuenta que hacemos el ridículo.
Como? Eso me parece una excusa barata de una mentalidad machista …..Ahora resulta que la poligamia es beneficiosa…Lo que uno tiene que leer…. Buscate otros argumentos por favor….
No suelo entrar a comentar mis artículos pero como de algún modo, lo que buscaba con este es cierto debate, voy a responder a los comentarios:el articulo no plantea si la poligamia es beneficiosa o mala, el articulo plantea si no caben otros puntos de partida para responder a esa cuestión que los que son habitualmente utilizados.