sábado, diciembre 21

Aurora, toda una madraza


Cuando Ángela era más pequeña, buscábamos fotos de niñas para coger ideas de peinados. Y le iba diciendo: mira qué niña más bonita, mira qué ojos, mira qué labios..

Afroféminas: Aurora sé que eres madre de dos niños. Lo primero que me gustaría saber cómo han sido acogidos en tu entorno (familia, amigos).
Aurora: Pues muy bien, la verdad. De hecho, no hay ninguna diferencia respecto a si hubieran sido blancos o biológicos. En eso creo que somos muy afortunados, porque sé de gente que sí nota diferencias.

A: Por lo que veo la niña es la mayor. ¿Qué edad tiene ya?
Au: Ángela cumplió 7 años en octubre, aunque utiliza talla 12, así que parece más mayor.

A: Como todos los niños y niñas tienen una etapa que quieren parecerse a sus padres. ¿Has tenido dificultades en tanto que tú eres una mujer blanca? ¿Cómo lleva esta diferencia la niña? Es decir, ¿lo lleva con normalidad o has tenido que ir explicándole cosas?
Au: Cuando tenía 4 años, su profesora se quedó embarazada. Aunque nosotros habíamos ido explicándole cómo había sido su adopción, que había crecido en otra barriga, etc., ese embarazo le dio que pensar.

Un día me dijo que ella quería haber estado en mi barriga… Como te vas preparando, le contesté con todo el aplomo y la naturalidad que pude, que si hubiera estado en mi barriga, ella no sería como era y que yo la quería más que a nadie por todo lo que ella era, por dentro y por fuera.

Con el tema del color, empezó algo más tarde. Lo «normal»: que ella quería ser blanca, que quería ser como yo… Y bueno, también le contesté con lo «normal»: que tiene un color de piel maravilloso, que a mí me gustaría ser como ella pero no puedo, que cada uno es como es y eso es lo mejor que tenemos, el no ser iguales…

Hay momentos en los que para ella ha sido un problema y otros en los que es una ventaja y lo sabe. Además, en su grupo de amigas algunas le dicen que quisieran ser negras como ella, tener su pelo (por los peinados)… así que poco a poco su autoestima va aumentando y va «asumiendo» que ser diferente no tiene por qué ser malo.

Cuando el episodio ha sido negativo, pesa más que veinte positivos

A: Conocí una vez una chica blanca casada con un hombre negro. Ella tenía muchas preocupaciones con respecto a cuando su niña comenzara el colegio. ¿Cómo ha sido tu experiencia?
Au: Pues en eso también hemos tenido suerte. Sí que en el cole ha habido algún episodio por el hecho de que fueran negros, pero más positivos que negativos.

El problema es que cuando el episodio ha sido negativo, pesa más que veinte positivos, claro. Pero intentamos «normalizar» la situación, explicándoles que gente así se van a encontrar toda su vida y que tienen que sentir mucha lástima por la gente que hace según qué comentarios, porque está claro que tienen un problema muy gordo. Aunque ya te digo que ha sido muy aislado y muy puntual.

A: Sabes que los medios nos bombardean con un solo tipo de belleza, la del pelo liso, la de chicas hiperdelgadas y rasgos donde muy rara vez tiene espacio la belleza afro. Me gustaría saber cómo una mujer blanca logra enseñar a su hija a amar su negritud tal cual. ¿Cómo ha sido este proceso?
Au: Internet, internet y más internet!!!!! jajajajaja

Luego pasamos a los vídeos musicales! Beyoncé, W. Houston, Tina Turner, Aretha…

También llegó Disney con su Tiana y el Sapo, Obama fue elegido presidente de EEUU y tiene dos hijas preciosas.

Le he ido explicando las «ventajas» de tener su pelo (puedes hacerte peinados que con el pelo liso no podrías, mira como tu amiga se queja de que cada día le duele cuando le peinan…), cuando le pongo crema hidratante voy acompañando el gesto de cosas como «qué piel más suave, como te brilla, ojalá yo tuviera la piel así de tersa…».

Debo decir que es un proceso en el que también me ha acompañado mucha gente sin saberlo. Con lo que llamamos la discriminación «positiva». Gente que sin conocernos de nada le dice cosas como «qué guapa es» «qué piel más bonita, como le brilla» «qué peinado más chulo!».

También la familia, madres de sus compañeros de colegio, profesores…

Alabándola siempre, pero sin menospreciar a los blancos tampoco.

A: Hace muy pocos días llegue al parque de mi barrio con mi hija de 19 meses. El recibimiento de algunos niños fue con la frase: ¡mira ella es marroncita! Yo decidí no responder para no dar importancia y así fue mucho mejor. No obstante me sorprendió que a estas alturas haya niños que señalen a otros por su apariencia afro como una curiosidad. ¿Que opinión te merece esto?
Au: Mis hijos también se definían a ellos mismos como marrones. De hecho, el pequeño, que tiene 3 años y 8 meses, lo hace. Yo les explico que ellos son negros, aunque su color no sea exactamente negro, igual que yo soy blanca y mi color tampoco es exactamente blanco.

Lo hago intentando que si en algún momento alguien les dice negros ellos puedan contestar diciendo que sí, que son negros, ¿y?

El hecho de que los niños digan cosas como lo que me cuentas de tu hija, a mi me parece relativamente «normal». Creo que los niños verbalizan siempre lo que les pasa por la cabeza y es como si tuvieran la necesidad de explicar lo que piensan. No tienen filtro, porque creo que no lo hacen con malicia.

En nuestro caso, señalan a nuestros hijos por ser negros, por tener el pelo rizado, por llevar trenzas de colores… Pero de verdad no creo que sea más que lo que tu dices, curiosidad.
Tengo una amiga con una niña rubia casi albina, con un pelo que parece más blanco que amarillo, y también alguna vez algún niño le ha hecho el comentario de «¡tiene el pelo muy blanco!».

No sé, yo no le doy mucha importancia a esas cosas. Siempre que no vayan acompañadas de un insulto o de una descalificación, que entonces sí que no me puedo callar.

«…y me contó lo que le había pasado, se me paró el corazón.»

A: Supe de una señora en Valencia que también tiene una niña de raza negra. Ella se quejaba a su madre porque notaba que nadie quería jugar con ella. ¿Has tenido que enfrentarte a algo parecido?
Au: No. Mis hijos jamás han sufrido una discriminación así. Sí que les han dicho cosas como «tienes el color de la caca», o «bombón de chocolate negro» (no de forma cariñosa), pero tienen amigos dentro y fuera del colegio y creo que se sienten queridos.

Este año, con la mayor, sí que nos ha pasado una cosa muy «curiosa».

Llegó un niño nuevo a clase y se encontró, por primera vez, con que alguien le decía que no le quería dar la mano porque era negra y a él los negros le daban asco.

Era algo que yo había oído que les había pasado a otros niños, y me parecía durísimo que con estas edades se enfrentaran a un racismo tan cruel, así que cuando la niña salió un día de clase y me contó lo que le había pasado, se me paró el corazón.

Lo curioso, en este caso, es que el niño en cuestión es mulato. ¡Hijo de padre blanco y madre negra!

Me sirvió para explicarle a mi hija que durante toda su vida se iba a encontrar con gente que le hiciera comentarios de este tipo y que debía de entender que el problema lo tenían ellos, y no ella por ser negra. Y, aunque sea muy cruel por mi parte, me ha ido muy bien que ese comentario mi hija lo haya oído por primera vez de ese niño, porque teniendo a su madre negra, que diga una cosa así, deja muy claro que el que tiene un problema, y muy gordo, es él.

Mi hija entendió perfectamente lo que quería hacerle entender y si alguna vez el niño en cuestión ha dicho o hecho algo para molestarla, ella se lo ha tomado con mucha tranquilidad y teniendo claro que ahí hay un problema de fondo que va a ser difícil de arreglar.

Además, tenemos muy buena relación con la madre de ese niño y a mi hija le sabe muy mal lo que debe estar sufriendo por los comentarios que hace su hijo.

Pero ya te digo que encontrarse con qué no quieren jugar con ellos y sentirse aislados por su color de piel, jamás.

A: Y ya por último. ¿Tú crees que los colegios preparan suficientemente a los niños para aceptar la diferencia?
Au: Pues mira, más que una cuestión de colegios, creo que es más una cuestión del profesor que te toque.

Creo que en la mayoría de colegios intentan llevar una política de normalidad y no discriminación que aplican en mayor o menor medida. Pero como te digo, depende de la actitud que tenga el profesor que te toque en ese momento ante el racismo o el bulling.

Yo me he encontrado de todo. Algunas son absolutamente inflexibles y no dejan pasar ni una. No sólo con el racismo, también con cualquier tipo de comentario discriminatorio por absurdo que parezca.

Otros han sido más benévolos y normalmente son los que dicen cosas como «son cosas de niños», «no hay que darle más importancia»…

Y yo no sé qué es mejor, la verdad. Si preparar a los niños para aceptar las diferencias, o tratarlas con toda la normalidad del mundo, sin dar ningún tipo de importancia a que uno sea negro, rubio, pelirrojo, blanco, verde…

Porque a veces pienso que el hecho de tratar las diferencias, hace que dejemos claro que hay diferencias y acaba siendo el pez que se muerde la cola. ¡No sé si se me entiende! jajajajaja


Antoinette Torres Soler
Directora y Fundadora de Afroféminas
Lic. Filosofía. Máster en Comunicación de Empresa y Publicidad.
Cubana y española
Madre, sobreviviente de cáncer y sobre todo BUENA PERSONA.


Descubre más desde Afroféminas

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

16 comentarios

Deja un comentario

Descubre más desde Afroféminas

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Verificado por MonsterInsights