Racismo sutil III: ¿Es nena o varón?
Como una mamuschka, el racismo sútil inicial puede esconder racismos paralelos encubiertos. A veces conviven. Sacás una capa y aparece otra y otra al infinito.
Seguramente les resuene. El violento avance de tocar sin permiso o hacer comentarios sobre el pelo de mi hija Evangelina puede no quedar ahí. Algunos también osan por hacer preguntas de género.
Ya saben... las motas suelen encogerse. En el caso de Eva crecen hacia arriba desde que es pequeña. Le corté pocas veces el pelo aconsejada por una amiga de que lo dejara crecer para que tomara su rumbo natural. Y el movimiento desafió la gravedad y fue hacia el cielo.
He ahí la cuestión. En Buenos Aires, como probablemente en muchas de las ciudades en las que estén leyendo esta nota, ser mujer sigue siendo sinónimo...