Quiero un feminismo que sea también para mi madre
Me considero una feminista negra y le tengo mucho aprecio a esa definición de mi misma. Pero ponerle nombre vino después. Yo era una feminista negra desde el momento en que descubrí, a través de la experiencia de mi madre, que la violencia doméstica tenía género.
Cuando su pareja pegaba a mi madre, y yo llamaba a la policía, me enfadaba por la reacción que ella tenía. El pavor que sentía hacia los agentes estaba por encima de su integridad física. Prefería aguantar golpes que pedirles ayuda. Como una inmigrante que no conocía prácticamente el idioma y cuyo agresor tenía el control total de su documentación, para mi madre nunca fue una opción pedir ayuda a la policía.
Después, en mi adolescencia, empecé a entender que mi madre era una mujer negra atrapada en su propi...