viernes, diciembre 5

6 Estereotipos racistas sobre mujeres negras que siguen en el cine y la televisión

Durante décadas, el cine y la televisión han contribuido a la creación de imaginarios colectivos profundamente marcados por el racismo. Aunque se han logrado avances en términos de representación, las mujeres negras continuamos apareciendo bajo formas repetitivas que responden a estereotipos heredados del colonialismo y la esclavitud. A continuación, repasamos seis estereotipos que aún persisten en pantalla, acompañados de ejemplos concretos para que puedas identificarlos cuando los veas en pantalla.

1. La “madre fuerte” e indestructible

Este arquetipo presenta a la mujer negra como una figura casi sobrenaturalmente resistente. No llora, no se rompe, no se queja, pero cuida, lucha, aguanta. El problema es que esta «fortaleza» inhumana niega la vulnerabilidad y la complejidad emocional.

📺 Ejemplo: El personaje de Annalise Keating (Viola Davis) en Como defender a un asesino es una de las pocas que intentan romper este molde, mostrando una mujer fuerte pero, al mismo tiempo, profundamente vulnerable. Sin embargo, otras representaciones como la propia Viola en Criadas y Señoras o Mammy en Lo que el viento se llevó perpetúan este papel de cuidadora sacrificada, casi sin vida propia.

2. La “mujer sexualizada”

La hipersexualización de las mujeres negras en pantalla tiene raíces coloniales. Su cuerpo es exótico, potente, deseable, pero siempre al servicio de una mirada masculina (y generalmente blanca). Estas representaciones refuerzan ideas de animalización y fetichismo.

🎬 Ejemplo: En Monster’s Ball (2001), el personaje de Leticia Musgrove interpretado por Halle Berry es profundamente sexualizado, y la película recibió críticas por una escena sexual especialmente explícita que refuerza ese enfoque. En Empire, Cookie Lyon (Taraji P. Henson) se mueve entre la inteligencia empresarial y una representación marcada por el deseo, el poder y la amenaza sexualizada.

3. La “amiga leal” que sacrifica su vida por otros

La “best friend” negra es un clásico del cine y las series: divertida, comprensiva, sin historia propia. Su único propósito es ayudar a la protagonista blanca a crecer o a resolver sus problemas, sin conflicto personal ni trama central.

🎬 Ejemplo: En Sexo en Nueva York (la película), Jennifer Hudson aparece como la asistente negra simpática que ayuda a Carrie, sin una sola línea que no esté centrada en su jefa. En The Princess Diaries 2 (Disney), Bridget, interpretada por Raven-Symoné, es una de las pocas mujeres negras con tiempo en pantalla, y su papel es servir de apoyo, animar, cantar… pero su historia no se desarrolla más allá de su vínculo con la protagonista blanca.

4. La “villana agresiva”

La mujer negra como amenaza, como mujer «con carácter», como «la que grita». Este cliché convierte la indignación o la autodefensa en agresividad gratuita, y alimenta el prejuicio social de que las mujeres negras son conflictivas o incontrolables.

📺 Ejemplo: En Orange Is the New Black, personajes como Taystee (Danielle Brooks) y Cindy (Adrienne C. Moore) empiezan con profundidad, pero a menudo son arrastradas hacia la caricatura de la mujer negra gritona y peleona. En Scandal, Olivia Pope (Kerry Washington) es una excepción parcial, aunque en muchos momentos también se construye su autoridad a través del miedo y el control.

5. La “exótica” o “misteriosa”

Este estereotipo fetichiza la negritud como algo “diferente”, “colorido” o “místico”, despojando al personaje de humanidad real. No es una persona con cultura y vida, sino un «toque de diversidad» que sirve para enriquecer la trama con lo “étnico”.

🎬 Ejemplo: En Piratas del Caribe: En el fin del mundo, el personaje de Tía Dalma (Naomie Harris), una sacerdotisa vudú, representa a la mujer negra como bruja misteriosa. En Skyfall (James Bond), la agente Eve Moneypenny (Naomie Harris otra vez) se construye como mujer “exótica” y sensual, sin mucha profundidad emocional.

6. La “pobre mujer negra”

Aunque visibilizar la pobreza estructural es necesario, muchas veces las mujeres negras solo aparecen como víctimas pasivas, sin objetivos ni futuro, y sin explorar su capacidad de transformación o autonomía. Este enfoque se vuelve problemático cuando es la única narrativa disponible.

🎬 Ejemplo: En Precious (2009), la protagonista vive una vida marcada por múltiples violencias (abuso, pobreza, racismo), y aunque hay una intención de denuncia social, el film ha sido criticado por el exceso de miserabilismo. También en 12 años de esclavitud (2013), el personaje de Patsey (Lupita Nyong’o) encarna una acumulación brutal de sufrimientos, sin espacio para el gozo, la esperanza o la lucha individual.


Es muy importante que la representación de las mujeres negras en pantalla sea más diversa, mostrando personajes completos y complejos que experimenten un abanico de emociones y situaciones, sin verse obligadas a encajar en estereotipos o a representar a toda su comunidad. La pluralidad en estas narrativas es un elemento que ayuda acombatir prejuicios y transformar percepciones a través del cine y la televisión.

Redacción Afroféminas



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