Apenas unos cientos de personas han salido a la calle este sábado en las principales ciudades canarias en la manifestación xenófoba contra la inmigración en el archipiélago.
La convocatoria de la manifestación ha estado rodeada de polémica durante la semana, después de que un grupo de 40 abogados y 60 organizaciones sociales pidiera su paralización al considerar que podía incurrir en un “delito de odio” por “incitar a la hostilidad y la discriminación”, una medida que fue descartada por la Fiscalía.
En Santa Cruz de Tenerife una de las cabezas visibles de la manifestación ha sido el influencer de ultraderecha Rudy Ruymán, quien en declaraciones a los medios ha indicado que en “los pueblos y barrios de Canarias están ocurriendo muchas injusticias” y ha afirmado que se tiene que “mandar a su país a quien delinca” porque las islas no “pueden recibir a más personas que llegan en narco-lanchas-patera”.
La manifestación ha comenzado frente a la subdelegación del Gobierno en Tenerife, donde han leído un manifiesto en el que han solicitado “el refuerzo de la seguridad fronteriza, emplear tecnología avanzada para detectar embarcaciones sospechosas, establecer acuerdos con los países de origen para la repatriación inminente de inmigrantes ilegales o la creación de centros de internamientos rápidos”.
Y ha continuado por las calles de la capital chicharrera, donde han portado carteles y han gritado las típicas proclamas de tinte xenófobo como “primero los canarios”, “stop narco lanchas pateras” o “no somos racistas somos realistas”, hasta llegar a la plaza de la Candelaria, donde han permanecido hasta el final de la protesta.
También se han proferido gritos en contra del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y han pedido su detención.
En la capital grancanaria, el portavoz de la federación de Asociaciones Vecinales de Las Palmas de Gran Canaria, Iván González, siguiendo con el discruso de extrema derecha, ha asegurado que se ha roto la equidad y no se atienden muchas necesidades de los canarios.
Más de 5.000 migrantes han muerto intentando llegar a España por mar durante los primeros cinco meses del año, la gran mayoría de ellos en la ruta de Canarias, lo que equivale a 33 muertes por día, informó en junio la ONG Caminando Fronteras. AGENCIAS
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