La Generalitat ha respondido con una aparente contundencia ante la condena a penas mínimas de los seis agentes de los Mossos d’Esquadra involucrados en la agresión racista de 2019 que denunciábamos ayer en redes. La decisión de expulsar inmediatamente del cuerpo a estos Mossos es el mínimo exigible a la institución policial.
La decisión de separar del cuerpo a los seis agentes de los Mossos d’Esquadra es la medida administrativa más severa que la conselleria dirigida por Joan Ignasi Elena (Ezquerra) puede tomar. Hasta este momento, el departamento no había modificado la decisión de su predecesor, Miquel Buch (Junts), quien, a pesar de la solicitud del Parlament de apartar temporalmente a los agentes mientras se celebraba el juicio, optó por reubicarlos en una unidad diferente.
Dado que la sentencia de los seis mossos racistas se ha vuelto firme después del acuerdo alcanzado el lunes, los procedimientos administrativos no se prolongarán demasiado. La causa pasa ahora de los juzgados a la Generalitat una vez que Interior recibe la sentencia definitiva. En ese momento, se procederá a cerrar el expediente disciplinario y se les retirará la condición de funcionarios a los seis agentes. Esta medida refuerza el mensaje de que la Generalitat toma en grave las violaciones de derechos y comportamientos racistas dentro de sus fuerzas de seguridad.
Los hechos ocurridos en 2019 en Sant Feliu Sasserra, en el Bages, durante un desahucio en el que detuvieron al joven, son profundamente preocupantes. La víctima, que pudo grabar cómo era golpeada, insultada y menospreciada por su color de piel, ha conseguido en esta ocasión cierta justicia, pero solo el hecho de poder grabarlo es lo que ha propiciado que esta se de.
Seguiremos vigilantes para comprobar que se cumplan las expulsiones.
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