Ser mujer y ser afro es soportar humillaciones y agravios en cualquier escenario intelectual, es experimentar el ninguneo al expresar nuestros conocimientos y vivencias, es percibir la descalificación y la eliminación simbólica en cada espacio así se posea de un historial de éxito, es sentir la laceración profunda de unas actitudes que debieron ser calcinadas desde hace mucho tiempo, sin embargo están soterradas bajo el nombre de condescendencia intelectual.
El término Mansplaining fue difundido por la escritora Rebecca Solnit en su ensayo: “los hombres me explican cosas”; es la explicación despectiva y condescendiente de hombres hacia mujeres sobre temas que ellos asumen que nosotras no conocemos o creen poder hacerlo mejor, igualmente funciona con el Whitesplaining, pero desde personas blancas o mestizas hacia personas afro o de otras etnicidades. La escritora Desirée Bela aclara que las personas blancas creen poder hacer interpretaciones más adecuadas hasta de nuestras propias experiencias, por ello “dan explicaciones nivel erudita a una persona negra sobre sus vivencias, sus discriminaciones, o el origen de las injusticias que vive”.
Muchos hombres blancos consideran que por el solo hecho de nacer con sexo biológico masculino y con una tonalidad de piel más clara que el resto, los hace dominadores de todas las áreas del conocimiento, por tanto acostumbran a ostentar de su espectral superioridad, impartiendo clases que no se les ha solicitado a todo ser que no encaje en su ideal de perfección.
De igual manera ocurre con los hombres de otras etnias, hacen uso de su privilegio masculino para menospreciar a las mujeres en los diferentes entornos; esta conducta también se evidencia en algunas mujeres blancas, las cuales aportan a la incredulidad y desconfianza que se tiene del intelecto de las mujeres afros. En el artículo: “Whitesplaining: ¿Qué es y Cómo funciona?” de la Universidad de Sídney, se aclara que estos actos son “esencialmente una expresión de privilegio: los beneficios del prejuicio inconscientes, no ganados y en gran parte no examinados”.
Todos aquellos prejuicios los vemos desde en una simple e “inofensiva” conversación de amigxs, hasta en cada área de las instituciones estudiantiles y laborales que habitamos. La autora Priya Satia, en su artículo “El llanto blanco de la historia ha terminado” destaca que “En las últimas décadas, las mujeres y las personas de color han sido fundamentales para producir nuevos conocimientos que rompan las narrativas dominantes, sin embargo, la lucha por diversificar la academia sigue siendo una batalla cuesta arriba; Los prejuicios institucionales están profundamente arraigados”, siendo evidente que las mujeres afros vivimos aquella batalla de manera más agresiva.
Por lo anterior, enfrentamos constantemente ataques racistas y machistas en forma de condescendencia intelectual, que no es más que su necesidad de acaparar todos los espacios, inferiorizandonos y silenciándonos para cerciorarse de que sus creencias y su entorno natural no se verá perturbado, ni invadido por nosotras.
Algunos de esos ataques los evidenciamos cuando un hombre o una persona blanca:
- Afirman que las mujeres afros somos demasiados sensibles, irascibles y/o divisivas, insinuando que pueden racionalizar de forma más adecuada nuestras vivencias.
- Nos envían a leer autores sobre nuestra área de estudio porque consideran tener mejores referencias en el campo que nosotras.
- Creen explicar mejor aspectos de nuestra profesión, así la suya sea totalmente diferente y no tengan ni idea de lo que hablan.
- Nos interrumpen y callan en una exposición o conversación que es sobre un tema que hemos investigado y tenemos experiencia, ignorando totalmente nuestros planteamientos.
Es completamente comprensible que vivamos con inseguridades intelectuales y profesionales, porque desprecian nuestro trabajo, lo comparan con otras personas o intentan mostrarnos la manera de hacerlo mejor, con el fin de alejarnos de esa área de estudio, porque no es para nosotras, no es para mujeres y menos mujeres afros, lo cual contribuye a que algunas nos autoeliminemos de aquellos espacios, viéndonos a nosotras mismas como el problema que realmente es originado por las barreras de género y raciales.
Ni los hombres, ni las personas blancas deben tener el monopolio de todas las áreas intelectuales, nuestros trabajos también son merecedores de reconocimiento, continuemos haciéndonos espacio, arremetiendo contra las barreras impuestas.
Bibliografía
Solnit, R. (2014). Los Hombres Me Explican Cosas.
Bela, D. (7 de Mayo de 2020). Whitesplaining: ¿sabes qué es? Obtenido de https://www.desireebela.com/whitesplaining-que-es/
Blake, J. (7 de Febrero de 2019). Stop ‘whitesplaining’ racism to me. Obtenido de CNN: https://edition.cnn.com/2019/02/17/us/whitesplaining-racism-blake-analysis/index.html
Cunningham, P. (7 de Marzo de 2017). Las cosas que asumimos: Mansplaining y Whitesplaining. Obtenido de Afrofeminas: https://afrofeminas.com/2017/03/07/las-cosas-que-asumimos-mansplaining-y-whitesplaining/
Satia, P. (28 de Marzo de 2018). The Whitesplaining of History Is Over. Obtenido de The Chronicle of Higher Education: https://www.chronicle.com/article/the-whitesplaining-of-history-is-over/
The University of Sydney. (2 de Octubre de 2015). ‘Whitesplaining’: what it is and how it works. Obtenido de https://www.sydney.edu.au/news-opinion/news/2015/10/02/-_whitesplaining–what-it-is-and-how-it-works.html
Eliza Ramírez
Administradora de empresas, mercadóloga digital y bloggera de temas raciales y de género.
Instagram: @elizaramirez___
E-mail: Elizaramirezrivas2019@gmail.com
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