La población afrocolombiana está en un mayor grado de vulnerabilidad por la exclusión y marginalización histórica. Las familias afrocolombianas afectadas por el conflicto armado, además de verse afectadas profundamente por los feminicidios y el asesinato y reclutamiento de sus menores, son obligadas a desplazarse de la zona rural, su territorio, hacia zonas urbanas periféricas, enfrentándose a mayores desventajas sociales, derivadas de la discriminación racial, que incluyen aspectos como no conseguir empleos por los prejuicios, y ser privados de educación y salud de calidad.