lunes, diciembre 2

Retroceso en la actualidad brasileña

Después de más de una década de grandes conquistas de derechos ptara las minorías, estamos viviendo un momento de retrocesos. Vengo de un país que tristemente lidera posiciones de injusticias sociales y humanas. Injusticia contra los afro-descendientes, hay que tener en cuenta que fuimos el país que recibió el mayor número de seres humanos esclavizados del planeta y consecuentemente el último en abolir la esclavitud. 

Lideramos las estadísticas del femicidio (en los últimos años hubo una disminución entre mujeres blancas y un aumento entre mujeres afrodescendientes), somos el país donde más personas trans son asesinadas en el mundo.

Un país con un 51% de su población negra y apenas un 8% llegan a las universidades. País en donde hace unos meses, asesinaron a tiros a Marielle Franco: mujer, negra, lesbiana, «favelada» y defensora de los derechos humanos.

El movimiento feminista está compuesto de seres humanos distintos, ¡no son solo mujeres! Hay diversidad y cada uno tiene su derecho a voz, como bien explica la filósofa, feminista, activista y académica Djamila Ribeiro.

¡Nadie puede ser silenciado!: » No puede ser tu amigo quien exige tu silencio», Alice Walker.

No es necesario ser mujer para combatir el machismo, pero si la mujer no habla, ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo?

Es necesario fragmentar la normativa hombre, blanco, hetero. Entender que el lugar de este hombre es de escucha y enterder nuestra necesidad secular de hablar. ¡En cuanto ser mujer no sea considerado ser humano estamos perdidos! Seguiremos naturalizando la violencia.

Romper silencios y provocar incomodidad es necesario, puesto que sin esto no hay cambios. Ah, pero no es solamente escuchar, esta escucha tiene que ser verdadera, para que se de la deconstrucción. 

Si cada ser supiera el valor, poder e importancia que tiene la mujer… Explicaré esto en otro texto, donde hablaré de mi punto de partida, de lo espiritual, la cultura Yorùbá,- donde hay un entender y respeto a un poder ancestral femenino -, odu o signo Osetura, de Osun, de Iyami las grandes madres ancestrales, el culto gèlède.


Jaqueline Marins

Soy una mujer afro brasileña radicada en Argentina. Soy cocinera de profesión, compositora, estudiosa de la cultura africana y su DIÁSPORA, y principalmente soy Iyanifa y «Elegbe»(personas con una fuerte conexion con Egbe Orun) *Ifa y Ègbé Orun. *Ifa Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, Unesco 2005.


SUSCRÍBETE A PREMIUM AFROFÉMINAS



Descubre más desde Afroféminas

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

Descubre más desde Afroféminas

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Verificado por MonsterInsights