Soy una chica de 24 años, nacida en España y con padres africanos, y os voy a hablar de dos temas recurrentes para nosotras. Seguro que habéis hablado de ellos muchas veces en vuestras vidas, y es algo que a veces duele y hasta incordia. Es la primera vez que escribo en un lugar público, pero creo que es la única forma de que se me escuche, de poder desahogarme y ver si realmente me siento una de las muchas personas que sufre en silencio. Allá voy.
Me doy cuenta que toda nuestra vida no hemos sido de ningún lugar. Y lo digo con fundamento, ya sea por propia experiencia, o por experiencia de otros, y no precisamente AFRICANOS.
Hemos nacido en un lugar en el que nos hacen creer que no es nuestro, que no somos de aquí, y que nuestro origen se encuentra allá de donde vienen nuestros padres. Vamos allí, y más de lo mismo, nos dicen que somos EUROPEOS. Que sí, que nuestras raíces se encuentran con ellos, pero que somos europeos. Personalmente, antes me sentía española, me sentía catalana, pero al volver de ÁFRICA me di cuenta que aunque me sintiese como tal, una gran parte de la población seguía considerándome foránea. A día de hoy, sigo sin entender por qué, pero he aprendido a vivir con ello.
Ahora más que nunca amo mis raíces, he aprendido a valorar lo que tengo, lo que siento, cómo me siento y adónde quiero llegar.
He recibido múltiples desprecios, y sigo recibiendo comentarios como «no vas a llegar a nada», «capaz que ni tienes la ESO», «no eres tan lista para llegar a la universidad» y aquí estoy, a punto de terminar trabajo social. Esa determinación y lucha, hace que me sienta orgullosa de mí misma, y al igual que yo, quiero que las futuras generaciones luchemos para salir, para no quedarnos en «tener la ESO y nada más», en estar etiquetados en trabajos sin titulación, o trabajos PRECARIOS.
Hoy más que nunca, los de segunda generación, aquellos que nacieron en España o se han criado en este país, estamos creciendo, luchando, y abriendo puertas. Estamos haciendo que nuestros mayores se enorgullezcan, y la única forma de hacerlo es quitándonos etiquetas y estereotipos. Ellos ya han terminado su lucha, y ahora nos toca a nosotros.
Por eso, insto a todo aquel que me lea, todo aquel que tenga un hermano menor, todo aquel que tenga a un familiar, a un amigo que se está formando, a que le anime, a que haga que siga luchando y consiga su sueño, porque así algún día, cuando cumpla dicho sueño, pueda estar orgulloso de sí mismo y derrotar aquellos que le hicieron sentir débil mediante sus triunfos.
María es una joven Afrocatalana que está a punto de terminar trabajo social
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Increible, me he sentido identificada con cada una de las palabras que he leído. Por mi parte las etapas de soy de origen…o nacida en … ya han dejado de ser tan importantes. Descubrirse e identificarse como individuo personal en si sin que te afecten los calificativos externos ya es bastante tarea a nivel personal. Nuestros logros y metas deben ser motivaciòn para generaciones venideras y por ello debemos continuar con nuestra como yo la llamo » lucha» por nuestra identidad y superaciòn.