En las últimas semanas asistimos con perplejidad a un fenómeno que no es nuevo, pero que si se ha recrudecido en los últimos tiempos, el racismo en el futbol.
Varios sucesos televisados y aireados por los medios han hecho que este problema esté en las noticias deportivas y no deportivas. Hemos querido tratar este tema ya que los comportamientos en deportes como el futbol son un reflejo de lo mejor y lo peor que tienen nuestras sociedades.
Uno de los momento que más repercusión tuvo es el que protagonizó el jugador de futbol brasileño del FC Barcelona Dani Alves cuando un aficionado del Villarreal le lanzó un plátano. La reacción rápida e imaginativa del futbolista recogiendo el plátano del suelo y comiéndoselo allí mismo antes de sacar el balón de la banda dio la vuelta al mundo y produjo una reacción posterior de apoyo de mucha gente conocida y anónima que mostraron su indignación colgando fotografías en las redes sociales comiéndose un plátano al modo de Alves. Este incidente al final ha producido una reacción positiva que ha superado con creces el estúpido acto que lo inició.
Cuando el Club de futbol Villareal localizó al responsable del tema y le expulsó de por vida del campo de futbol, su familia y amigos se manifestaron en numerosas ocasiones diciendo que la reacción contra el joven era desproporcionada y que se le estaba sometiendo a un escarnio público. Quizás el muchacho y sus allegados deberían haber pensado en el escarnio que sometía a Dani Alves al insultarle lanzándole un plátano e insinuando que era un mono.
Pero hemos visto más episodios:
En la misma liga española, el senegalés del Levante Pape Diop denunció haber recibido gritos de mono de hinchas del Atlético de Madrid, una semana después del episodio de Alves. En las imágenes de televisión se ve como incluso algún aficionado hace gestos amenazantes de cortarle el cuello.
Solo unos días después una mujer hizo unos gestos racistas al jugador africano Mahmadou Koné (Racing Santander) durante el partido que el equipo cántabro jugó ante el Llagostera. Las imágenes también salieron en todos los tabloides. Resultó que la mujer era una trabajadora del museo del FC Barcelona y fue despedida inmediatamente por el club.
La UEFA ha sancionado al Real Madrid, reciente Campeón de Europa, con la clausura parcial de su estadio en su próximo partido de la Liga de Campeones, por incidentes racistas en el encuentro de ida de las semifinales frente al Bayern Múnich. Según confirmó la UEFA, la sanción se ha decidido en aplicación del artículo 14 de su regulación disciplinaria, ante las acusaciones de comportamiento racista de los seguidores del Real Madrid.
Pero aunque España es el epicentro últimamente, no es el único lugar de Europa donde se suceden episodios racistas vinculados al futbol. El delantero del Milán, Mario Balotelli, fue ofendido mientras se encontraba en un entrenamiento con la selección italiana en Coverciano, Florencia. Aunque el entrenador de Italia Cesar Prandelli dijo no haber escuchado el insulto racista proveniente de los asistentes al día de entrenamiento, otros jugadores del equipo dijeron si haberlo oído. Lo más hilarante es que se trata de aficionados italianos que insultan a un jugador de su propia selección.
Al final la lista de incidentes es demasiado larga y sucede desde hace mucho tiempo. Y las razones están muy claras. Lo que no está tan claro es la forma en que los equipos y sobre todo los propios jugadores afrontan estos temas.
Normalmente los equipos de futbol cuando estas cosas no son aireadas por los medios no suelen reaccionar. Las acciones ejemplarizantes aparecen cuando hay imágenes. Incluso jugadores de futbol de raza negra cuando aficionados de su propio equipo tienen comportamientos tan denunciables, callan. Como son de los míos no digo nada, esa parece ser la consigna.
Se echa de menos en el mundo del futbol una reacción más dura. Que los jugadores de cualquier equipo hablen de ello sin miedo. Normalmente es un tema no tratado. No se trata de un tema de forofismo, ni de colores deportivos. Es un asunto de dignidad humana y valentía. El mismo arrojo para defender unos colores hay que tenerlo para defender a las personas de cualquier raza. Más valentía en el futbol.
Elvira Swartch Lorenzo
Colaboradora.
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