Mujeres activistas negras: Agotamiento y autocuidado
Una amiga me llamó hace unos días para contarme que iba a tomar una pausa de su rol en la organización a la cual ambas pertenecemos. En parte, su anuncio me tomó por sorpresa. Ella suele demostrar energía y empuje en su trabajo como activista. Esto la ha convertido en pieza central de la organización, al punto que sin ella es difícil imaginar el funcionamiento de esta. No me sorprendió, por otro lado, su razón para tomar una pausa. Ella confesó estar cansada. Y cómo no estarlo con toda la inversión emocional, mental y física que el activismo demanda. Al menos así lo interpreté yo desde mi propio contexto: yo también estoy cansada.
Nuestra conversación y nuestros cansancios me recordaron el inicio del ensayo de Yásnaya Aguilar sobre la resistencia, donde debate la paradoja entre sentirs...




















