Diario de pandemia. Balcones, aplausos y miradas desconfiadas
Los días en cuarentena pasan de manera lenta. Nos hemos hecho habitantes del aburrimiento y ciudadanos de Netflix, que es donde pagamos impuestos todos los meses. Las que ya no trabajamos y nos han hecho un ERTE (palabra técnica para sustituir un vete a tomar por…) nos comemos las uñas y visionamos las series en una sentada con abuso de palomitas y dulces incluido. La tristeza me ha caído encima en forma de un futuro incierto y que augura sufrimiento económico. Estoy preparada: soy mujer negra e hija de migrantes y la vida en el alambre la tengo más que visitada.
La primera semana me hice todas las tablas de ejercicio que compartía la millonaria esposa de un millonario golpeabalones del Real Madrid. Mi salón tenía el tamaño de su mesilla de noche. Ellas me enseñan su vida de ensueño y d...




















