miércoles, diciembre 4

Cinco cosas sobre racismo que las escuelas seguramente no enseñan

Si ustedes ya participaron en algún debate sobre racismo en las redes sociales, seguramente advirtieron que para la mayoría de las personas, aquella definición de racismo que aparece en el diccionario es más que satisfactoria.  Pero, como en realidad el tema es mucho más complejo que “actitudes discriminatorias”, “sentimiento de superioridad” y deseos de “segregación y exterminio” aún vale la pena aclarar que, como todo en la vida, nada es tan simple como nos enseñan en la escuela… A continuación, una lista de conceptos introductorios que todos deberían aprender urgentemente.

Ennegreciendo

Hablar sobre racismo no el lo mismo que defender la distinción entre razas

Es común que algún comentarista online afirme no hacer distinción de color. A pesar de no ser daltónico. Es como si siglos de esclavitud y opresión hubiesen sido justificados con base en ese criterio y no por el hecho de que todas las instituciones europeas de la época se dedicaron a defender el tratamiento inhumano a todos los pueblos no- blancos a través del argumento de que Europa  sería una civilización superior y predestinada a perfeccionar y explotar el resto del mundo y sus habitantes. A pesar de que ese pasado lamentable haya sido superado debido a los avances científicos que hoy afirman que los seres humanos NO PUEDEN SER CLASIFICADOS BIOLÓGICAMENTE EN RAZAS, cuando se habla en racismo  actualmente, no se pretende reafirmar esa clasificación deshumana, pero sí  discutir las consecuencias de que un  día, (históricamente no hace tanto tiempo), se haya  creído que sí.

La culpa (casi) nunca es solo del individuo

Una de las mayores dificultades en debatirse el tema con personas blancas es que raras veces ellas tienen la comprensión de que individualmente, nadie es capaz de oprimir a nadie. Esa falta perceptiva, hace que blancos -y emblanquecidos- frecuentemente entiendan el conflicto/acusación como algo personal cuando deberían simplemente reconocer que no están familiarizados con el tema. Tal actitud demuestra claramente cómo entienden superficialmente  un problema profundamente arraigado en nuestra cultura y sociedad. Se hace evidente que nunca dedicaron mucho de su tiempo para aprender sobre la complejidad de un mal que no terminó con la abolición, ni con la elección de Obama, ni mucho menos con el nombramiento de Joaquim Barbosa. O sea, siempre que alguien toma como algo personal alguna contestación sobre racismo, esa persona acaba exponiendo su ignorancia sobre la realidad de ese concepto. Sin embargo,  toda vez que esa misma persona contestada  reincide en el error mencionado anteriormente, es posible identificar  una adhesión voluntaria a una práctica racista.


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Ningún negro es atacado de forma aislada y ningún blanco es racista individualemnte

Cuando una persona negra es agredida por su color de piel, no solamente ella es atacada, pero todas las personas que comparten esa característica fenotípica. Sus padres, abuelos, ídolos, etc. De la misma manera, una actitud  o discurso racista no surgen de la nada; son descendentes de la secular y ultrapasada convicción de una superioridad blanca. Por lo tanto, tener actitudes o reproducir discursos racistas no se trata meramente de una falencia moral o restricta a nazistas, pero sí de la eficacia del contexto histórico que adoctrinó  el mundo sobre la supuesta  inferioridad de los pueblos no-blancos. Por ello incluso personas consideradas buenas  pueden, involuntariamente, actuar conforme esta contribución cultural europea que se mantiene viva gracias a los pocos esfuerzos en educar la sociedad sobre las consecuencias históricas y actuales de esa falsa supremacía.

Las personas negras no pueden ser racistas

Sin lugar a dudas, personas negras pueden tener prejuicios con personas blancas, indígenas, asiáticas, aborígenes, etc., pero,  no toda ofensa es opresión. Muy probablemente, lo que sucede en esos casos es un mecanismo de auto-preservación  ante ataques racistas. Personas negras en América- y en el mundo – no tienen condiciones (poder) para invertir el juego y oprimir  ni siquiera una persona blanca. Gran parte de la  cultura (y riqueza) mundial fue construida con la sangre de  pueblos indígenas y negros esclavizados  con el único objetivo de beneficiar personas blancas, entonces, a menos que podamos volver en el tiempo y colonicemos Europa, los “insultos”  como “branquelo”, “palmito” y “leche agria” permanecerán siendo solo chistes infantiles y de mal gusto. Actitudes como esa pueden y deben ser condenadas, pero nunca podrán ser consideradas racistas, pues ninguna persona blanca  es perjudicada – de cualquier forma- únicamente por ser blanca. Y no, compartir privilegios con segmentos históricamente menospreciados –por decir lo menos – no es prejuicio- Es un intento de hacer justicia.

Racismo es una cuestión de poder, no solo sentimientos

Contrariamente a lo que muchas personas creen, el racismo no se trata solamente de ofensas a personas negras, sino que incluye también la exclusión de personas no blancas de las esferas de poder. No es solamente una cuestión de segregar locales públicos como lo hicieron durante el Apartheid  y en los Estados Unidos antes de los movimientos sociales. El racismo se hace presente, principalmente, en  el conjunto leyes e instituciones que naturaliza la prevalencia de rostros blancos en cargos relevantes  incluso en países africanos, a la vez que refuerzan la  predominancia de negros en presidios y favelas. Todo eso, sin mencionar el síndrome de Cabral que hace  que tantas personas blancas encuentren justificaciones para tomar posesión (expropiar) de cualquier símbolo de otras culturas: Como si descendientes de europeos  tuviesen algún derecho innato sobre todo aquello que hallaren conveniente. Incluyendo nuestros derechos, géneros musicales, indumentarias y todo lo demás que resulte en ganancias o beneficios para el estatus de los ciudadanos colonizadores  del mundo. El racismo lastima, pero además mata, desemplea, encarcela, criminaliza, tortura, aísla, desprecia, secuestra identidades culturales, animaliza y otra infinidad de cosas que ningún texto sería capaz de dar cuenta…


Leopoldo Duarte

Texto publicado en Portal Forum en agosto de 2015

Traducción Ines Sylvestre



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