El parlamento francés aprobó este martes un proyecto de ley de inmigración respaldado por el gobierno del presidente Emmanuel Macron después de que este enfrentara una importante rebelión dentro de su propio partido por el apoyo de la extrema derecha a la legislación más estricta.
La cámara baja votó a favor de la legislación por una amplia mayoría, y el partido gobernante al final no necesitó el apoyo del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen para impulsar el proyecto de ley.
Varias enmiendas han hecho que las medidas de inmigración se hayan endurecido aún más desde que se presentó originalmente el proyecto de ley, y la izquierda acusó al gobierno de ceder a la presión de la extrema derecha.
Le Pen respaldó el proyecto de ley reforzado, pero miembros clave de izquierda del Partido Renacimiento de Macron y facciones aliadas indicaron que ya no podían apoyarlo, y varios ministros supuestamente amenazaron con dimitir.
«Podemos regocijarnos por el progreso ideológico, una victoria ideológica incluso para la Agrupación Nacional, ya que ahora está consagrada en la ley como una prioridad nacional», dijo Le Pen, tres veces candidata presidencial que encabeza a los legisladores del RN en el parlamento y que se espera que vuelva a presentarse a la presidencia en 2027.
La RN había dicho anteriormente que votaría en contra del proyecto de ley o se abstendría. Los medios franceses calificaron su sorpresiva medida como un «beso de la muerte» para el partido de Macron.
El proyecto de ley había sido rechazado sin siquiera haber sido debatido en la Asamblea Nacional la semana pasada, lo que supuso un duro golpe para Macron.
El Senado, la cámara alta, también había aprobado anteriormente la legislación, que luego pasó por la cámara baja con 349 votos a favor y 186 en contra.
‘Momento de deshonra’
Un elemento clave de la ley es que las prestaciones de seguridad social para los extranjeros ahora estarán condicionadas a cinco años de presencia en Francia, o 30 meses para quienes tienen empleo.
Ahora también se pueden acordar cuotas de migración y existen medidas para que los condenados con doble nacionalidad también sean despojados de la nacionalidad francesa.
El destacado parlamentario de izquierda del Renacimiento, Sacha Houlie, había dicho que votaría en contra de la legislación y había pedido a otros que lo siguieran, y algunas fuentes dijeron que alrededor de 30 parlamentarios pro-Macron lo harían.
En una señal de la gravedad de la situación, Macron convocó una reunión de su partido gobernante en el Palacio del Elíseo antes de la votación, dijeron a la AFP fuentes del partido.
Según un participante en la reunión, Macron dijo que sometería el proyecto de ley a una nueva lectura en lugar de promulgarlo si se aprobaba sólo con la ayuda de los votos del RN de Le Pen.
El ministro de Sanidad, Aurelien Rousseau, la ministra de Educación Superior, Sylvie Retailleau, y el ministro de Vivienda, Patrice Vergriete, se reunieron con la primera ministra Elisabeth Borne y advirtieron que podrían dimitir, indicaron fuentes a la AFP.
«La mayoría se mantuvo unida, el plan de la extrema derecha fracasó», afirmó Borne en la red social X después de la votación.
Rousseau entregó el martes por la tarde una carta de dimisión a Borne, quien no dijo si la aceptaría, según una fuente ministerial que confirma una información del diario Le Figaro.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, un ambicioso hombre de 41 años que encabezó la legislación, advirtió el domingo que Le Pen corría el riesgo de ganar las elecciones presidenciales de 2027 si el proyecto de ley no se aprobaba.
La izquierda reaccionó con horror ante la perspectiva de que se aprobara la legislación, y el jefe de los legisladores socialistas en la Asamblea Nacional, Boris Vallaud, lo calificó de «gran momento de deshonra para el gobierno».
La aprobación de la legislación fue fundamental para Macron, quien no puede volver a presentarse en 2027 después de dos mandatos consecutivos y corre el riesgo de ser visto como un pato saliente cuando le quedan más de tres años de mandato.
El gobierno no ha tenido mayoría en el parlamento desde las elecciones legislativas que siguieron a su reelección en 2022.
‘Cambio en la historia’
«La crisis política en torno al proyecto de ley de inmigración es un momento de la verdad en el que todas las fragilidades del mandato de Emmanuel Macron se unen», afirmó el diario Le Monde en un editorial.
Decenas de ONG criticaron lo que describieron como potencialmente la ley de inmigración «más regresiva» en décadas.
Es «el proyecto de ley más regresivo de los últimos 40 años para los derechos y las condiciones de vida de los extranjeros, incluidos los que llevan mucho tiempo en Francia», afirmaron en un comunicado conjunto unos 50 grupos, entre ellos la Liga Francesa de Derechos Humanos.
«Con este texto directamente inspirado en los panfletos de RN contra la inmigración, nos enfrentamos a un cambio en la historia de la república y en sus valores fundamentales», afirmó el líder del Partido Comunista francés, Fabien Roussel.
(AFP)
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