jueves, noviembre 21

Cuando las flores nativas se rebelan

Sandra Chagas de Matamba con la lideresa indígena Moira Millán. Foto Huerquen

Desde el pasado 9 de octubre, mujeres indígenas mantienen una ocupación pacífica en el Ministerio del Interior  de la Nación Argentina, para decirle basta al terricidio. Denuncian el terrorismo de Estado, detenciones y allanamientos arbitrarios, desapariciones, torturas y desalojos, bajo el lema “Sembraron terricidio cosecharán rebelión”.

El domingo 9 de octubre mujeres indígenas llegaron a Buenos Aires para hacer un acampe pacifico en las puertas del Ministerio del Interior  de la Nación Argentina, decretándose en rebelión bajo el emblema “Sembraron terricidio cosecharán rebelión”.

Foto Huerquen

Estas valientes mujeres indígenas se auto-convocaron para exigir la conformación de una mesa resolutiva interministerial que le arroje respuesta a sus reclamos, y es por ello que el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir exige el reconocimiento de un Estado plurinacional y el “buen vivir” como derecho, al tiempo que afirman tener propuestas para contribuir a la lucha contra el cambio climático, con el fin de  recuperar las prácticas de sociedades recíprocas con la naturaleza que sostienen la vida como principal valor, restablecer la equidad, reciprocidad entre los pueblos y con las mujeres.

A continuación el comunicado de prensa entregado al público:

 “Las mujeres indígenas en Argentina decimos BASTA al terricidio. Nosotras las mujeres indígenas de diferentes territorios en conflicto, pertenecientes a diversas naciones indígenas de Argentina, venimos a traer el pensamiento, la palabra, la propuesta, que ha surgido desde el corazón de la tierra que late bajo nuestros pies. Este corazón está constituido por todo el mundo espiritual que sostiene la vida de la tierra, a las que nombramos de diferentes maneras, según las voces de nuestros pueblos, reafirmando la plurinacionalidad  territorial que conformamos desde siempre. Nos auto-convocamos para venir porque  los funcionarios tienen la obligación de escucharnos. 

Nosotras  somos dadoras y guardianas de la vida y como cuando una madre le dice a sus hijos: basta, que pare, venimos a decirle basta a este sistema capitalista, racista y patriarcal que está poniendo en riesgo la vida del planeta. 

A través nuestro, hablan miles de años de cultura que han construido una forma de habitar el mundo en relación de reciprocidad y amorosidad con la tierra. A través nuestros hablan nuestras ancestras y ancestros, que fueron guardianes  de esa sabiduría y que con mucho dolor y sacrificio pudieron legarnos su saber. A través nuestro habla la tierra, esa tierra con la que nos vinculamos en nuestra espiritualidad, en nuestra forma de entender la vida. Honrando el suelo que pisamos, honrando el fruto de la tierra que nos alimenta. Honrando las distintas formas de vida,  venimos con decisión, con coraje y dignidad a decir: Basta.

Acusamos de terricidio a los gobiernos, y a las empresas que están asesinando nuestros territorios. Llamamos terricidio al asesinato no sólo de los ecosistemas tangibles y de los pueblos que lo habitan, sino también al asesinato de todas las fuerzas  que regulan  la vida en la tierra, a lo que llamamos ecosistema perceptible. Esos espíritus,  son los responsables de que la vida continúe sobre la faz de la tierra y ellos están siendo destruidos conjuntamente con su hábitat. No habrá posibilidad de reparar y restablecer estos ecosistemas, por más que se pueda reforestar o crear espacios verdes, la fuerza que habitó esas aéreas habrá desaparecido para siempre, estamos a tiempo de evitarlo”.

Dentro de sus exigencias también contemplan los siguientes reclamos:

  • Cupos laborales indígenas en la plaza laboral pública y privada.
  • Derechos indígenas dentro de las negociaciones de paritarias y los derechos laborales.
  • Reconocimiento legal a la medicina indígena.
  • Transformación educativa para el reconocimiento de la educación autónoma indígena.
  • Que todos los territorios indígenas sean reconocidos y otorgados en su propiedad comunitaria y que estén bajo el control de los pueblos indígenas sin la intromisión de mega-proyectos extractivistas.
  • Que se reconozca la gravedad de la desnutrición infantil indígena, como parte de un infanticidio indígena, que se está dando; nuestros niños no solo mueren por la represión policial o la represión de las fuerzas institucionales, sino que también de hambre. Frente a eso exigimos un programa de nutrición con comedores y siembra de gastronomía identitaria y proteica.
  • Investigación de todos y cada uno de los desaparecidos, relevamiento de la cantidad de desaparecidos indígenas, relevamiento e investigación del feminicidio indígena. Desmantelamiento del sicariato en argentina, del sicariato de las empresas transnacionales contra las poblaciones indígenas.
  • Despenalización de los luchadores indígenas, que queden sin efecto todas las órdenes de desalojo, que se descriminalice la lucha indígena.
  • Conformación de una comisión que investigue el caso de la desaparición de Marcelino Olaire, el joven de 31 años, es parte de la comunidad Qom y en la primavera del 2016, quien despareció de un hospital público ubicado a 140 kilómetros de su casa. Ni la familia ni la comunidad saben nada de él. En el hospital dijeron que había sido trasladado, pero no lo encuentran. La justicia investiga un posible caso de trata de personas.
  • Juicio y castigo ya para los asesinos de Ismael Ramírez, un niño de de 13 años, que fue asesinado de un balazo en el pecho, el 3 de septiembre de 2018 en la localidad chaqueña de Presidencia Roque Sáenz Peña.

El Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, también afirma en su pronunciamiento: “ocho de cada diez mujeres indígenas sufren violaciones, abusos y violencia física. Siete de cada diez lo sufren por parte de policías y fuerzas de seguridad del Estado. De cada ocho mujeres, siete no pueden acceder a la justicia. Cinco de cada ocho mujeres violadas y asesinadas son ancianas, en la mayoría de los casos autoridades espirituales”, datos obtenidos en base en la encuesta realizada por el 2do Parlamento de Mujeres Indígenas afirman: “ocho de cada diez mujeres indígenas sufren violaciones, abusos y violencia física. Asimismo, concluyen que “Nosotras las mujeres indígenas somos los cuerpos que más padecemos estas atrocidades ya que nos toca a nosotras históricamente sostener y guardar la vida y la de nuestras familias”.

Después de concluir el séptimo día de ocupación, las Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, comunicaron:  “Hemos obtenido respuesta de compromiso en la apoyatura desde la secretaria de justicia, respecto a los casos: desaparición de Marcelino Olaire, justicia para Ismael Ramírez el niño Qom asesinado por policías de Chaco y la situación de violencia y violaciones de las niñas Qom por parte de comerciantes criollos, el resto de los casos no consiguen ser escuchados y por supuesto sin respuesta a nuestra demanda. Seguiremos firmes a la espera de respuesta. Estamos sacrificándonos, sin dormir, con cansancio y frío, pero no hay tiempo, para esperar muchas comunidades ya tienen sentencia de desalojo, muchos territorios están condenados a la muerte, sólo podemos evitarlo si nos unimos a reclamar por la vida, gracias muchas gracias a quienes nos dan apoyo. Seguimos en 25 de mayo esquina Bartolomé Mitre ciudad de Buenos Aires”.

Por otro lado, la columna antirracista compuesta por diferentes colectivos afrodescendientes, anunciaron a través de las redes sociales el apoyo al reclamo de las compañeras indígenas, a través de las siguientes declaraciones: “Hemos decidido acompañar la ocupación pacífica del Ministerio de Interior, de las Mujeres Indígenas auto-convocadas al grito de » La Rebelión de las flores nativas», y hacemos un llamado al  movimiento de mujeres y movimiento feminista, para acompañar la lucha digna y la digna rabia de las Naciones Indígenas”.

Los reclamos hechos por este movimiento de mujeres indígenas, deben ser escuchado por el Estado Argentino y por la sociedad civil, estas voces disidentes no pueden ser ignoradas, no pueden ser apagadas por la desidia, porque en el mundo fracturado en el que vivimos, exigir nuestros derechos nos hace en ,algunos casos, ser merecedores de la guillotina; debido a que el Estado que ignora las denuncias de sus ciudadanos también está ejerciendo violencia.  Como dijo Eduardo Galeano en su libro, Las venas abiertas de América Latina: “El racismo produce amnesia”, y es por eso que estas mujeres, hoy están levantando su voz, para despertar y alertar al Estado que durante tanto tiempo las ha ignorado. NO PERMITIR EL OLVIDO ES DERECHO Y OBLIGACION.


Melina Schweizer

Periodista Dominico-Argentina, ciudadana y libre pensandora


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