Para no desesperarles, empiezo por el final: el test de ADN se puede hacer en Ancestry.com y lo puedes comprar tanto en ese sitio web, como en Amazon y en Gedmatch.
Dicho lo anterior, quiero hablarles hoy del evento que ha marcado mi pasada semana: luego de 5 semanas de espera, ya tengo en mi poder los resultados de mi prueba de ADN. Eso quiere decir que ya sé de dónde provengo.
¿Qué cómo se me ocurrió hacer algo así? Pues les cuento que hasta hace muy poco, exactamente cuatro meses, yo sabía de la existencia de esta prueba usada en litigios acerca de la paternidad, si bien no conocía a ninguna persona que la hubiera usado para conocer sobre sus raíces.
Fue una amiga quien me dijo por primera vez que “ciudadanos mortales”, entiéndase por iniciativa propia y sin la existencia de un proceso judicial, podrían acceder a la realización del test con la finalidad de conocer su ascendencia.
Recuerdo que la primera vez que hablamos sobre el asunto me mantuve a la expectativa durante la conversa, y hasta con su poquito de ansiedad. La posibilidad de poder acceder a los resultados de esta prueba, «de manera sencilla» me parecía increíble, quizás porque en Cuba no tenemos acceso a estos procedimientos.
Pues así de fácil fue el asunto: Se trató de encargar el kit, o sea comprarlo, depositar en el tubito la muestra correspondiente de saliva y enviarlo de vuelta a Ancestry.com, la misma compañía donde se adquirió.
Así se fue, el día 1 de marzo estaba yo cerrando el paquetico que enviaría al laboratorio. Unos días más adelante recibí la noticia de que mi muestra había llegado y que sería procesada próximamente
Me preparé de la manera que pude antes de recibir el resultado de la mencionada prueba. Inicié mi árbol genealógico, le pedí ayuda a familiares para obtener algunos datos de mis abuelas y abuelos, así como busqué fotos, fechas, de nacimiento, etc.
Finalmente, el pasado jueves 12 de abril estuvieron los resultados. En total fueron 43 largos días de espera. Y aquí están:
Ahora ando a la búsqueda de mis “primxs”, muy contenta de poder saber de donde provengo exactamente, aunque, como habrán visto, tengo de conga y de carabalí y también de igbo, asiática…
Sandra Abd´Allah-Álvarez Ramírez
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