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jueves, octubre 3

La desinformación y los bulos convierten a la inmigración en el principal problema para los españoles según el CIS

Inmigrantes rescatados por la Salvamar Ízar, de Salvamento Marítimo, este miércoles cuando intentaban llegar a Lanzarote en una lancha neumática, EFE/Carlos de Sala

Recientemente, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) reveló en su barómetro que la inmigración ha desplazado al paro como la principal preocupación para los españoles. Esta encuesta, realizada entre el 2 y el 6 de septiembre de 2024 con 4,027 participantes, muestra cómo la percepción de la inmigración ha pasado de estar en el noveno lugar en junio al primer puesto en tan solo tres meses. Un 30.4 % de los encuestados mencionaron la inmigración como uno de los tres problemas más importantes que enfrenta el país.

Sin embargo, esta preocupación generalizada sobre la inmigración está lejos de estar alineada con las experiencias personales de los encuestados. Cuando se les pregunta sobre los problemas que más les afectan «personalmente», la inmigración cae al quinto lugar, por debajo de los problemas económicos, la sanidad, la calidad en el empleo y la vivienda. Este contraste demuestra que la percepción de la inmigración como una amenaza ha sido exagerada en el ámbito público, influenciada por narrativas mediáticas y políticas más que por experiencias reales.

El papel de la extrema derecha y la desinformación en esta percepción

La percepción de la inmigración como un problema se ha visto alimentada por un discurso político deliberadamente manipulado. La extrema derecha en España, representada por partidos como Vox o el agistador de extrema derecha Alvise Pérez, ha sido clave en la promoción de narrativas que asocian la inmigración con la delincuencia, el desempleo y la sobrecarga de los servicios públicos. Estos partidos utilizan la inmigración como una herramienta de movilización política, alimentando temores infundados para ganar apoyo electoral.

A nivel internacional, la estrategia de vincular a los migrantes con problemas socioeconómicos no es nueva. En muchos países europeos, la extrema derecha ha empleado tácticas similares, exacerbando tensiones y utilizando a los inmigrantes como chivos expiatorios para problemas estructurales que, en realidad, tienen causas mucho más complejas. Las redes sociales y ciertos medios de comunicación han sido instrumentalizados para difundir desinformación que refuerza estas narrativas xenófobas.

La fachosfera y la amplificación de bulos en redes sociales

La fachosfera, un término que describe una red de sitios web y cuentas en redes sociales que difunden discursos reaccionarios, ha jugado un papel crucial en la diseminación de bulos relacionados con la inmigración. Estas plataformas se especializan en amplificar noticias falsas, manipulando imágenes o creando contenidos alarmistas sobre inmigrantes que presuntamente cometen delitos o colapsan los sistemas de bienestar. Este flujo constante de desinformación ha contribuido a la creciente preocupación por la inmigración en sectores de la población, especialmente en aquellos más propensos a creer en teorías de la conspiración o a desconfiar de los medios tradicionales.



Este fenómeno se agrava por el uso de bots y cuentas falsas que amplifican mensajes de odio y desinformación, haciéndolos parecer más generalizados y aceptados de lo que realmente son. La combinación de un discurso político polarizante y la proliferación de bulos crea un ambiente en el que los ciudadanos se sienten desinformados, lo que refuerza la percepción de que la inmigración es una amenaza, aunque no lo experimenten directamente en su vida cotidiana.

A pesar de la retórica política y los bulos que circulan sobre la inmigración, la realidad es mucho más compleja. Datos del propio CIS reflejan que una gran mayoría de españoles, el 96.6 %, reconoce la existencia de “muchas desigualdades entre los países pobres y ricos”, y el 87.3 % identifica estas desigualdades como una de las causas principales del aumento de la inmigración. Además, el 72.2 % cree que España debería hacer mayores esfuerzos para ayudar al desarrollo de las regiones que expulsan migrantes.

Estos datos sugieren que, aunque el discurso público tiende a criminalizar la inmigración, muchos ciudadanos también son conscientes de que la inmigración es consecuencia de problemas globales más profundos, como la pobreza y la desigualdad, y no de una “elección” de los migrantes. Al entender la inmigración desde esta perspectiva, es posible replantear las políticas migratorias para que se basen en la cooperación internacional y el respeto a los derechos humanos, en lugar de en el miedo y el rechazo.

Uno de los mitos más comunes en torno a la inmigración es que los inmigrantes son una carga para los sistemas de bienestar, un argumento repetido con frecuencia por la extrema derecha y sus aliados mediáticos. Sin embargo, numerosos estudios desmienten este mito. Lejos de ser una carga, los inmigrantes suelen desempeñar un papel crucial en las economías receptoras, especialmente en sectores como la agricultura, la construcción y el cuidado, donde muchos trabajadores locales no están dispuestos a emplearse. Además, las contribuciones fiscales de los inmigrantes ayudan a sostener los sistemas de pensiones y seguridad social en muchos países europeos, incluyendo España.

Otra narrativa falsa es la que vincula la inmigración con un aumento en la delincuencia. Aunque algunos políticos y medios han utilizado casos aislados para alimentar esta creencia, los datos muestran que no hay una correlación directa entre inmigración y criminalidad. De hecho, en muchas zonas con alta presencia de inmigrantes, los índices de criminalidad se han mantenido estables o incluso han disminuido.

El papel de los medios de comunicación tradicionales

Aunque los bulos sobre la inmigración se propagan principalmente en redes sociales y sitios web marginales, los medios de comunicación tradicionales también juegan un papel en la formación de percepciones. Con demasiada frecuencia, los inmigrantes son representados de manera negativa, ya sea a través de imágenes estereotipadas o del uso de un lenguaje sensacionalista que los asocia con crisis, oleadas o invasiones. Este tipo de cobertura contribuye a deshumanizar a los migrantes y a reforzar el miedo y la hostilidad hacia ellos.

Redacción Afroféminas



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