jueves, noviembre 21

Es la inmigración, estúpido


Vox cumplió su amenaza y rompió con el Partido Popular (PP). Tras casi tres horas de reunión Santiago Abascal anunció el pasado jueves que el Comité Ejecutivo Nacional de Vox «constata que los acuerdos regionales están rotos como consecuencia de la agresión del señor Feijóo». Como consecuencia, Vox ha decidido abandonar todos los cargos institucionales y «retirar el apoyo parlamentario» al PP en las comunidades de Aragón, Castilla y León, Murcia, Extremadura, País Valencià e Illes Balears.

«Los vicepresidentes anunciarán su dimisión y VOX pasará a la oposición tan leal como contundente», declaró solemnemente Santiago Abascal, el líder de la extrema derecha, que dejaba descolocado a todos los medios de comunicación.

A partir de ese momento comenzaron a utilizarse expresiones como gran error y a vaticinar para VOX un futuro similar al de UPyD y Ciudadanos.

El detonante fue el exiguo reparto en las comunidades autónomas de poco más de trescientos menores no acompañados que están en condiciones nefastas en las Islas Canarias. Todas las comunidades, incluído la catalana, gobernada por el nacionalismo de izquierda, pusieron grandes reticencias, a pesar de que se trataba de una cantidad de menores ridículo, que además no soluciona para nada el problema.

Los opinadores de los medios conservadores y los de tendencia más neoliberal, además de un nutrido grupo de tertulianos de izquierda, se han apresurado a sentenciar que esto favorece al PP, prácticamente como si le hubieran hecho un regalo.

Primeramente lo lógico sería preguntarse que si la ruptura con VOX, y la paralización consecuente que vendrá ahora al dejar los gobiernos autonómicos en minoría, es tan buena para el Partidos Popular, ¿por que no lo han hecho ellos mismos antes?

Nuestra idea es que esto lejos de perjudicar a la extrema derecha, le va a beneficiar a a medio/largo palzo. Desde luego entre su electorado natural, y puede comerse parte del electorado conservador tradiconal. VOX tiene un suelo lectoral muy firme, que permanció años oculto entre los votantes del PP, y que a pesar de campañas contra la formación realizadas desde los propios líderes de opinión de la derecha, no han conseguido erosionar significativamente.

Lo cierto es que afirmar que este movimiento es el final de VOX es no saber leer cómo está funcionando el tablero de juego en la derecha, con un electorado radicalizado por una campaña constante de tensión, tanto del PP como de VOX (ayudados por el fabricante de bulos Alvise Pérez), y la ya certeza de que para todos los votantes conservadores, la inmigración es un problema de primer orden. Han trabajado mucho en que esta percepción se instale.



Este sábado pasado, en una encuesta rápida de La Sexta, se podía comprobar que el nivel de preocupación que causa la migración entre los votantes de los dos partidos de la derecha con representación parlamentaria se acercaba prácticamente al 100%. Años de bulos racistas y campañas en los medios de criminalización de la migración han hecho mella y han conseguido el objetivo principal: Convertir la migración en un problema.

El Partido Popular sigue hablando de inmigración

La verdad es que antes de la ruptura de VOX el PP ya estaba hablando de migración. Incluso pidiendo que fueran fragatas de la Armada española a frenar los cayucos que salen de las costas africanas.

Y después de la ruptura, en la misma rueda de prensa donde el líder del PP daba sus impresiones sobre la ruptura de los gobiernos autonómicos, utilizaba de nuevo el miedo a la migración hablando de que el aumento de la llegada de personas migrantes había aumentado un 300% desde principios de año. Un dato falso.



Feijoo sabe que la migración va a ser el campo de batalla ideológico de los próximos años. Lo sabe porque conoce a su electorado, que es profundamente xenófobo, cuando no claramente racista. Las comunidades autónomas gobernados por los populares estan poniendo todo tipo de trabas para que no se firme un pacto migratorio que les oblige por ley a recibir a mos menores no acompañados en base un reparto obligatorio. Nuestra apuesta es que el PP no firmará ese pacto, porque no lo quieren sus bases, y porque cree que el pacto provocaría un supuesto efecto llamada, como ya han dicho varios de sus dirigentes, y como siempor ha pensado la formació conservadora.

Los datos del Ministerio del Interior revelan que la inmigración irregular a España ha aumentado en el último año, aunque no en las proporciones afirmadas por Feijóo. En el periodo del 1 de enero al 30 de junio de 2024, han llegado a España 24.894 personas de forma irregular, frente a las 12.704 del mismo periodo en 2023. Esto representa un incremento del 96%, y no del 300% como afirmó Feijóo, según el balance de inmigración irregular publicado quincenalmente por el Ministerio del Interior.

La migración no va a parar. Las condiciones de vida, las guerras patrocinadas por las grandes potencias y la ambición de las tecnológicas y la depredación neocolonial de recursos naturales de los países occidentales, China y Rusia sobre África, hacen imposible que la situación mejore. Hasta que no se solucione el problema en origen, los procesos migratorios son imparables.

Segundo, porque en una sociedad racista sistemáticamente y que teme al diferente (al negro y al musulman), es lógico que el aumento en las calles, trabajos y escuelas de personas de tez oscura y costumbres diferentes, y donde se entiende la blanquitud como la norma, lo moral y superior, hagan aumentar las actitudes racistas entre la población blanca/autóctona.

Nadie, ningún lugar, se salva de esta lacra. Ahí tenemos el fenómeno Alianza catalana en Catalunya y Junts, que está haciendo un discurso abiertamente xenófobo.

Esto no es una condena inevitable. Por supuesto hay cosas que podemos hacer. La lucha será difícil y dura. Pero nada es inevitable si se utilizan las armas necesarias y se es consciente del problema. Educación, solidaridad, colectividad, unión, y alianzas duraderas. Son cosas que debemos hacer para parar la ola reaccionaria racista que nos viene encima.

El primer paso es ver la realidad y no hacernos trampas al solitario pensando que el PP ahora mismo es un partido centrado y que la migración no es vista como un problema por al menos la mitad de la población.

Acciones decididas, regularización y más medida para frenar el racismo intitucional.

Afroféminas



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