Cientos de miles de personas se han visto azotadas por estos dos desastres, entre ellas muchas migrantes y refugiadas atrapadas en ambos países. La organización destaca que estos fenómenos tienen un importante impacto en el desplazamiento de personas hacia Europa. Por este motivo, reclama habilitar vías legales y seguras para evitar que las personas desplazadas tengan que arriesgar su vida en el mar o saltando vallas.
CEAR ha pedido hoy a los países de la UE, principalmente a España, que se comprometan a impulsar medidas para garantizar el acceso a la protección de la población afectada por el terremoto de Marruecos y las inundaciones en Libia, países ambos de tránsito y de acogida de personas migrantes y refugiadas. Estos desastres naturales no solo han provocado miles de muertes, señala la entidad, sino que han destruido ciudades y comunidades, desencadenando desplazamientos forzados que a medio y largo plazo pueden tener un fuerte impacto en los flujos migratorios hacia Europa.
En el caso de Marruecos, al menos 300.000 personas se han visto afectadas por el terremoto. Por este motivo, CEAR muestra su enorme preocupación por las consecuencias que puede tener en las condiciones de vida del pueblo marroquí y de todas las personas migrantes y refugiadas que residen o están en tránsito en el país, ya que desgraciadamente se han visto especialmente azotadas las zonas más empobrecidas, que tradicionalmente generan emigración hacia Europa. En este sentido, señala que las comunidades subsaharianas varadas en las zonas afectadas afrontan una mayor vulnerabilidad. Al menos 19.323 personas refugiadas están registradas por ACNUR como refugiadas o solicitantes de asilo, pero miles más se encuentran en el país sin reconocimiento oficial.
En el caso de Libia, el ciclón Daniel ha demostrado una vez más las dramáticas consecuencias que está teniendo el cambio climático en todo el planeta, ante un fenómeno de proporciones nunca antes visto en el Mediterráneo. Especialmente preocupa la situación en la que quedan poblaciones que ya se encontraban antes en situaciones de extrema vulnerabilidad, debido a conflictos o violaciones de derechos humanos como las que sufren las personas migrantes y refugiadas en el país norteafricano, donde al menos 50.000 viven atrapadas debido al control y externalización de fronteras europeas.
Refugio medioambiental
El año pasado se produjeron 71,1 millones de desplazamientos internos, de los cuales 32,6 millones fueron como consecuencia de desastres, en 137 países, una cifra que supone un aumento del 41% respecto del año anterior. Por primera vez desde que hay registros, más personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares por desastres medioambientales que por la violencia y conflictos.Estos fenómenos afectan especialmente a las personas migrantes y refugiadas, ya que muchas de ellas viven en zonas particularmente difíciles, con escasez de recursos, exponiéndolas a nuevas causas de desplazamiento y disminuyendo las posibilidades de regresar a sus hogares.
La mayoría de estos desplazamientos ocurren dentro de las fronteras del país, lo cual dificulta el acceso a la protección. Las personas que se ven forzadas a cruzar una frontera internacional tampoco tienen un acceso claro a este derecho, ya que no existen instrumentos jurídicos vinculantes aplicables para estos casos. Además, normalmente la protección de todas estas personas suele quedar fuera de los debates y medidas que se toman en relación a las consecuencias del cambio climático, muy centradas en la mitigación y adaptación.
“Los países europeos han reaccionado enviando equipos de rescate a ambos países. Lo que pedimos es que esta solidaridad también se manifieste después de la emergencia, cuando ya no estén los focos mediáticos, y miles de personas necesiten más que nunca que se les garantice la protección y un futuro digno”, reclama Estrella Galán, directora general de CEAR.
Campaña de firmas
Para reforzar esta petición, CEAR ha lanzado una campaña de firmas ciudadanas en la que especifica varias medidas urgentes que los Estados miembro de la UE deberían promover para garantizar los derechos de las personas desplazadas forzosamente por ambos desastres:
- Avanzar hacia interpretaciones amplias de la Convención de Ginebra, incluyendo como personas refugiadas a quienes tienen que huir como consecuencia del cambio climático o la degradación medioambiental.
- Habilitar vías legales y seguras para que puedan llegar a Europa sin arriesgar sus vidas. Entre ellas reclama conceder visados humanitarios para facilitar las llegadas; cuotas de reasentamiento más ambiciosas desde Marruecos o Libia, para trasladar lo antes posible a las personas refugiadas atrapadas en ambos países; facilitar la solicitud de asilo en embajadas y consulados, como marca la Ley de Asilo española; flexibilización de los requisitos de reagrupación familiar.
- Aplicar la obligación de no devolución a un país cuando existe un grave riesgo para la vida e integridad física, como podría suceder en ambos casos.
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