La llegada a España de Rocío Quillahuaman, cuando sólo tenía 10 años se le quedaría grabada para siempre. Un policía aduanero requisó su peluche de Winnie The Pooh y lo rajó de arriba abajo para luego extraer sus entrañas de algodón sintético. Buscaba paquetes de cocaína.
Rocío Quillahuaman describe esta terrible anécdota en el primer capítulo de su libro «Marrón» que ha publicado con la editorial Blackie Books. Este episodio retrata muy bien lo que Rocío empezaría a sentir en ese mismo instante como mujer racializada viviendo en España. Una sensación que acompaña a cada mujer migrante y racializada durante toda nuestra vida aquí. Una impresión que está presente casi en cualquier espacio y cualquier lugar donde nuestra corporeidad se hace presente.
Marrón son una memorias sentidas, muchas veces muy duras, pero escritas con sentido del humor. Roció nos relata su infancia y adolescencia creciendo en un mundo profundamente racista, machista y clasista, que no paraba de recordarle que era diferente.
Marrón tenía que escribirse. Habla a esas niñas y adolescentes de origen latinoamericano que crecen entre el desarraigo y el racismo y disecciona una realidad que muchos en España niegan, no entienden, o simplemente no quieren ver.
Han pasado 17 años desde el «asesinato» del peluche y Rocío Quillahuaman, y ahora es una de las ilustradoras más conocidas en España, gracias a sus animaciones humorísticas. Tiene más de 188 mil seguidorxs en Instagram y apareció en una muy blanca lista en Forbes como una de los cien españoles más creativos del mundo de los negocios.
«Marrón» es el libro que yo hubiera necesitado leer cuando era una adolescente. Me alegro de que las jóvenes de hoy tengan la oportunidad de hacerlo.
Elvira Swartch Lorenzo
Colaboradora.
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