Los rasgos negros por lo general hacen referencia a inferioridad de status y pobreza, una experiencia familiar me llevo a reflexionar porque tenemos esta estructura de prejuicio impregnada hasta los huesos.
Soy madre de dos niñas afro indígenas en argentina y realmente no me había golpeado nunca el racismo como una coyuntura tan violenta en la convivencia social. Hace algunos días nos encentrábamos de viaje con la familia y recorríamos un gran mercado de especias y las pequeñas caminaban por los pasillos. Nos detenemos mirando un puesto y de repente… una familia que pasaba nos sorprende dándole dinero a una de nuestras niñas, además nos ofrece calzado y ropa.
Mi hija África de tan solo 3 años los miro y dijo -gracias (aunque no lo recibió). Ella me miró sin entender que ocurría.
Sinceramente el dolor me nubló la conciencia en ese momento, solo paso velozmente este hecho que nos ha latigado durante todo el viaje. ¿Ahora les pregunto, los cuerpos que no son hegemónicos merecen lastima? ¿Qué marcas dejamos en esos cuerpos con estos actos racistas? Solo recuerdo los ojos de mi niña buscando amor y aprobación en la presencia de su madre.
La pequeña no tenía un cartel que pidiera limosnas, de hecho llevaba ropa sana como cualquier otra niña. ¿Acaso se lee en su cuerpo la necesidad? Escribo para que me ayuden a dialogar con este hecho que nos acompaño varias veces a lo largo de todo el viaje.
SUSCRÍBETE A PREMIUM AFROFÉMINAS
En otra oportunidad su papá, que es afrodescendiente, caminaba por la calle con las niñas y nuevamente recibió dinero de un auto que pasaba por la calle. ¿Qué les ha impregnado en su rostro el mundo?…
Nos sentimos muy heridos e impotentes ante lo que se genera en la mirada del “otro” cuando ve a una niña negra. Aun así con el tiempo entendí que no lloraba porque mis hijas tengan la piel oscura, lloraba por las consecuencias que esto traía consigo; siendo rechazadas, anormales, no merecedoras de valor en la sociedad. Podría decirse que aquel que da la limosna, ocupa el lugar de privilegio blanco, y con ello reproduce el racismo que huele a imperialismo.
Bueno, les cuento… he decidido tomar las riendas de quien cotiza el valor que tiene ser negro (al menos dentro de nuestras vidas). ¿Cómo? Pues opte por asumir cada uno de estos hechos cotidianos que nos atraviesan, para contarles a mis hijas lo valiosas que son. La dolorosa historia que tiene la comunidad negra en el mundo, pero que aun así ellas deben con dignidad mirar adelante sabiendo que… van a ser valiosas en la medida en que amen su negritud como un tesoro muy preciado, lo que los demás valoren y desprecien ya no es su problema.
Lo que ha impregnado en su rostro el mundo, es parte de su propia miseria. Camino y veo a través de mis niñas como esta herida colonial profunda sangra a diario; y son heridas que no las llevan solo ellas, sino más bien las llevamos como cuerpo colectivo. Celebro que podamos utilizar los hechos de discriminación en los niños, como una valiosa herramienta pedagógica que nos ayude a dar color y sabor a todo lo que occidente nos impuso. Es tiempo de contar, de mirar y de transformar la miseria en frutos.
Siempre le recuerdo a África, que el solo hecho de que exista ya es revolucionario, tantas luchas guarda la memoria de su linaje. Ese acto de resistencia la hace ya haber nacido preparada para valorarse y luchar por la libertad.
Ada Juncos
Estudiante de Antropologia Social – Activista en la recuperación de saberes Afro Originarios
Descubre más desde Afroféminas
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
La mayoría del lado matero de mi familia tiene rasgos africanos, yo me parezco al lado paterno, pero mi hermana menor y sus hijos al lado materno, con mi sobrina cuando estado en distintos lugares nos han ocurrido distintos hechos desagradables.
Cuando mi sobrina tendría como cuatro años, un día en el mercado un niño igual de pequeño le dijo a su abuela sin malicia «mira abuela el color de ésta niña» la abuela le dijo que parecía cubanita, en México existe la creencia que en México no hay afrodescendientes cuando según los números hubo más personas que vinieron de África en calidad de esclavos que de España, es más si se consultan los censos coloniales los africanos se mezclaron más tanto con los españoles como con los indígenas que la mezcla entre estos dos últimos grupos.
En otra ocasión con esa misma sobrina visitamos un pueblito, ella ya era una niña más grande, una niña güera (blanca) que parecía de un ranchito y con menos posibilidades económicas que mi sobrina la confundió con la empleada de una tienda.
Y otra ocasión en un centro comercial la vigilante, los vigilantes a mi parecer se parecen a los esclavos de casa de los que hablo Malcom X, la regaño porque subió sus pies a las barras que abajo tenía la mesa, yo muy indignada le reclamé, mi sobrina le dijo a su mamá que hubiera visto como me puse, ahora con la sobrina de mi hermano menor veo como tratan a su hija, como es blanca hasta los vendedores le dan cosas, a esa sobrina la quiero porque tiene otras vulnerabilidades, como el hecho de que sus padres estén separados y no sé si más adelante vaya a sufrir de otra manera.
En la actualidad mi sobrina morena ya es grande, termino su carrera, fue una alumna destacada y con excelentes calificaciones, pero le está siendo difícil conseguir empleo y siento que tiene que ver mucho con su color de piel, porque la gente aquí así es, yo lo veo en el trabajo la mayoría de las personas, sobre todo hombres, contratan a las mujeres por su físico y hasta conozco un grupo de rusos horribles que su factor de contratación es que sean blancas, jóvenes y delgadas.