La atleta venezolana Yulimar Rojas es una mujer que ha alcanzado muchos méritos importantes en su carrera como atleta y siempre ha expresado abiertamente su apoyo por la comunidad LGBTI y la igualdad de género. Es una luchadora incansable que trabaja muy duro por representar en el mundo del deporte a las comunidades que actualmente no tienen los mismos derechos en su natal Venezuela, y que históricamente se ha renegado la existencia de grandes representantes de estos colectivos en la educación sexista y homofóbica que lamentablemente aun reina en el país caribeño.
En Venezuela, leyes como el Matrimonio Igualitario, el aborto seguro y leyes que amparen los derechos de la personas Trans son una lucha pesada, pues todavía persiste y parece incrementarse más con el uso de las redes sociales el lenguaje de odio hacia personas LGBTI y específicamente hacia las mujeres lesbianas o bisexuales existe un estigma muy fuerte, recuerdo en mi infancia como dos niñas que cursaban el bachillerato fueron asesinadas por su orientación sexual en mi ciudad natal: El Estado Aragua, en Venezuela y recientemente los crímenes de odio que sufrieron una pareja de hombres homosexuales en su propio hogar y una mujer Trans en una reunión con sus compañeros de trabajo. Y entiendo que para muchas personas no es lo mismo, un chiste de internet que un asesinato, pero la diferencia entre pensarlo y hacerlo es el impulso, no sabemos realmente sí es seguro nuestro país para personas que sean miembros de la comunidad. Yo desde mi conocimiento sé que no lo es, pero aún falta mucho entendimiento y sensibilidad para lograr avanzar como sociedad.
Hace unos días antes de que, la ahora campeona del mundo y record histórico, Yulimar Rojas, consiguiera hacer historia, los comentarios homofóbicos, misóginos y racistas en redes sociales eran realmente desagradables, intentaron masculinizar, ofender, cosificar y atacar a esta mujer hasta por su ideales políticos, y es impresionante porque siempre hay una excusa para llamar de manera peyorativa “negra y lesbiana” a una mujer que abiertamente habla de su preferencia sexual y que si es una orgullosa mujer negra venezolana y eso no es un insulto. El problema mayor es que utilizan estas excusas de carácter político para disfrazar el racismo y la homofobia con el hecho de que no apoyan a un sistema de gobierno y realmente es doloroso ver la doble moral del machismo de un país que no logra aceptar a las mujeres negras que no son para el consumo masculino; la masculinidad frágil que normaliza peligrosamente la misoginia hacia los cuerpos de la mujeres parte del colectivo LGBTI.
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