Llevo varios años impartiendo clases universitarias, #EnnegreciendoelProntuario y Ennegreciendo los espacios con tan solo mi presencia en ellos. Nunca antes me había sucedido esto que a continuación les contaré, aunque me estuve preparando desde siempre para dicha eventualidad:
El semestre pasado una estudiante de segundo año se quejó porque «de pronto» casi todas las lecturas eran sobre Negritud o sobre autorxs negrxs. Para ella la gota que colmó la copa fue el ensayo final sobre el movimiento Black Lives Matter o los colectivos antirracistas de Puerto Rico.
No incluiré mi respuesta a la estudiante. Solo comparto esto para que veamos cómo opera el poder, la supremacía blanca y la peligrosidad de llevar años enseñando desde kinder una educación sin representación genuina de las diversidades racializadas.
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La Educación de Puerto Rico, todavía hoy, deja fuera la historia de mi gente negra. De mis ancestros y ancestras. Es tan grave el asunto, que damos por sentado la blanquitud exagerada a la que exponemos a nuestros niñes. Y creemos que es esa la única alternativa.
Repito: esto es peligroso y es grave. Es tan grave que el año pasado un escritor blanco se molestó cuando cuestionamos por qué había tantos autores blancos en espacios literarios y culturales. Es tan grave que si invertimos los conceptos y comenzamos a llamarle blancoide a una literatura que por siglos ha llamado a lo nuestro negroide, se cantan como «ofendidos» y corren a decir que nuestra denuncia se basa en una «burla», que «les hacemos bullying».
Es tan grave que una escritora blanca llora y se ofende cuando le indicamos que sus ilustraciones no funcionan en 2021. Es tan grave que un activista negro de la comunidad lgbtqi+ se burla de las cuerpas negras y gordas de mujeres turistas y dice que él puede hacerlo porque él no es racista. Es tan grave que una escritora académica antirracista lo defiende porque es su amigo. Es tan grave que ya hay eventos para discutir el por qué se ofenden grupos racializados ante tanta blankitud y le llaman al evento cultura de cancelación. Es tan grave que los exponentes invitados a este evento han llamado «changuitos» a algune de nosotres, han realizado comentarios transfóbicos siendo periodistas o han defendido a ofensores racistas que han atacado proyectos de gente negra y pobre del oeste.
Así de grave y peligroso es esto. Así como la actitud de mi estudiante que por haber consumido toda su vida cultura blanca, de la blanquitud o blancoide y luego haber pasado por tan solo un semestre de su blanqueada existencia conmigo, una profesora negra, se queja.
Y habrá quien le haga caso. Y habrá quien le de la razón. Y habrá quien valide a la estudiante y a los blancoides bien peligrosamente.
Yolanda Arroyo Pizarro es escritora y activista puertorriqueña. Ha publicado libros que denuncian y visibilizan, con apasionados enfoques que promueven la discusión de la afroidentidad y la sexodiversidad. Su libro de cuentos Las negras, ganador del Premio Nacional de Cuento PEN Club de Puerto Rico en 2013, explora los límites del devenir de personajes femeninos en época esclavista, quienes desafían las jerarquías de poder. La autora ha ganado también el Premio del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2012 y el Premio Nacional del Instituto de Literatura Puertorriqueña en 2008. Su más reciente obra se titula “Yo, Makandal, poemas”. Editorial Boreales. 2017.
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