Hemos hablado con la actriz Montse Plá, a la que hemos podido ver en míticas series de televisión como Policías, Compañeros o La que se avecina, para conocer qué ha supuesto para ella ser artista racializada en España. Hija de la también actriz Beatriz Carvajal, decidió usar el nombre de su abuelo para que no la vincularan con su madre y esto supusiera un hándicap en su carrera, tal como también hizo ella en su día. Aunque hemos podido verla en cine, televisión y teatro, la artista confiesa que es muy feliz en los escenarios y que está a la espera de nuevos proyectos profesionales, ya que todavía hoy los papeles para mujeres negras siguen siendo escasísimos.
Montse, ¿crees que lo tuviste difícil en tus inicios?
Sin duda. Siempre es difícil arrancar en esta profesión e ir haciéndose un hueco. Hay que llamar a muchas puertas para mostrar tu trabajo o de lo que eres capaz como actriz. De algún modo, los actores estamos siempre empezando y cuando termina un proyecto regresamos a la casilla de salida, como decía el gran Fernando Fernán Gómez. Mis inicios, como los de muchos actores, consistió en preparación académica y multitud de castings. La formación y las pruebas nunca se acaban en esta profesión.
¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser actriz?
Siempre fui muy payasa. De pequeña acompañaba a mi madre en muchas de sus giras, de modo que empecé a respirar el ambiente de los teatros, los camerinos, los hoteles de paso, los viajes… muy pronto. Cuando empecé a estudiar imagen y sonido, muchos de los compañeros me usaban como actriz para sus propios trabajos de clase. Ahí empecé a darme cuenta de que actuar no solo era algo que había “mamado” en mi infancia gracias a mi madre, sino que me resultaba fácil y placentero. Fue cuando decidí que quería dedicarme a ello profesionalmente. Me apunté a clases de interpretación y empecé a audicionar.
¿Te has arrepentido alguna vez de elegir la profesión de actriz?
No, nunca. Me dedico a lo que me hace feliz. No voy buscando la seguridad o la estabilidad laboral en mi vida. Si lo haces, desde luego no elijas nunca esta profesión.
¿Te ha influido ser hija de la famosa actriz Beatriz Carvajal? ¿Cómo fue trabajar junto a tu madre en Los Diablillos Rojos?
Cuando decidí dedicarme a esto profesionalmente no quise usar el apellido Carvajal para que no se me acusara de aprovecharme de ello. De hecho, me presenté al casting de Compañeros (la serie en la que trabajaba mi madre) sin decirle al director de casting que era hija de Beatriz. Por tanto, no me ha influido ser su hija a la hora de encontrar trabajo. Ni me ha abierto, ni me ha cerrado ninguna puerta. Trabajar con ella no solo es una maravilla por lo emocional que nos une, sino por el aprendizaje constante a su lado.
Cuando estudiaste Imagen y Sonido hemos oído que eras la única chica en tu grupo o en tu promoción. ¿Por qué crees que era así? ¿Piensas que hay ciertas profesiones que se han asociado a un género concreto?
Sí. Aunque no fui la única chica en mi clase, sí que éramos minoría. En mi época de estudiante que había una cierta tendencia a que la rama técnica del cine la ejerciesen solo hombres. Ahora hay cada vez más mujeres en departamentos técnicos, aunque no las suficientes como para considerar que haya completa paridad.
El pasado sábado, Adam Nourou se convertía en el primer actor negro en ganar un Goya por Adú. ¿Crees que cada vez hay más actores de otras razas en España o queda aún mucho por hacer?
Creo que aún queda mucho por hacer en este aspecto. Para mí la batalla estará ganada cuando un actor racial no tenga que interpretar un papel en el que su raza sea su trama. Del mismo modo que no hay tramas que traten sobre el color de ojos o cabello de un actor blanco, cuando se le deje de dar importancia al color de piel de una persona, a sus orígenes raciales, será cuando podremos decir que hemos superado la barrera racial. Por supuesto que la ficción debe denunciar entretanto la intolerancia, el racismo, los abusos cometidos contra los inmigrantes o las dificultades de estos para alcanzar una vida mejor, pero ojalá podamos ver pronto a actores raciales interpretando muchos personajes cuya trama no trate sobre el color de su piel. Para mí, la lucha es esta. Mientras sigamos poniendo el foco en la diferencia (aunque sea para denunciar algo), seguirá quedando en el espectador la idea de que “hay diferencias” entre un blanco y un negro. Y creo que la ficción tiene la obligación no solo de denunciar cuando toca, sino de apostar por romper estereotipos.
Bajo tu propia experiencia, ¿has encontrado muchas barreras en tu profesión?
Sí, claro. Y la primera barrera es que no se piensa en mí para interpretar papeles principales…sencillamente porque soy negra y los directores habían imaginado ese personaje para una mujer blanca. No creo que ocurra igual con el color de pelo de una actriz. Es decir, no creo que sea condición sine qua non para un personaje el color de los ojos o el cabello de la actriz. Sin embargo, el color de piel sí que importa a la hora de decidir el reparto de una historia. “Ah, pero es que el personaje es el de una médica, y no entras en el perfil de lo que andamos buscando”, te pueden llegar a decir. De esta manera, la primera barrera que te encuentras es el propio prejuicio de las personas que deciden los repartos, que no se plantean romper estereotipos.
¿Consideras que los actores racializados están asociados a unos papeles limitados, como inmigrantes? ¿Lo has vivido en primera persona al hacer una audición?
Sí. Son muy pocos los casos en los que a un actor o actriz negro le dan la ocasión de ser el protagonista de la historia. Y si ocurre, seguro que el color de su piel, su raza, o los problemas de intolerancia o racismo que se encuentra son parte de la trama. Cuando la raza, la condición sexual o el aspecto físico de una persona dejen de ser parte de la historia para justificar a ese personaje en el reparto, habremos avanzado.
En unas declaraciones tuyas anteriores que hemos leído decías que por la calle a menudo notabas que pertenecías a otra raza, supongo que por las miradas y comentarios de la gente. ¿Piensas que España ha evolucionado en este sentido?
Aún queda mucho camino por recorrer. Los niños no ven esas diferencias hasta que los adultos se las señalan. El color de la piel es solo un rasgo más de la diversidad humana. Hasta que no deje de dársele importancia, seguirá habiendo racismo a distintos niveles de intensidad.
“Es importante tener modelos de personas de tu raza que han logrado triunfar en su área profesional.”
Hace un año tuviste un encontronazo con un taxista que se asombraba por tu acento y tuvo mucha repercusión en las redes. ¿Cómo lo viviste? ¿Es habitual ese tipo de comentarios?
En el fondo no lo viví como un ataque racista, ni mucho menos. Pero sí como un estereotipo que ya cansa. El hombre fue amable, pero el hecho de que una negra hablase castellano perfecto le chocaba porque supongo que tenía asociado el color de piel con la inmigración más reciente y le costaba asimilar que hay muchos negros nacidos en este país. Es como cuando te preguntan de dónde vienes y siempre me entran ganas de decir “pues verás, mi padre puso una semillita en mi madre y…”. Entiendo que haya curiosidad por saber los orígenes de uno y muchas veces se hace esa pregunta sin ninguna intencionalidad, pero no creo que en EE.UU. le pregunten a los negros de dónde vienen, como no le cuestionan a un blanco si su antepasado vino de Irlanda o de Italia hace ya doscientos años. Quizá necesitemos doscientos años para llegar al momento en que el origen no sea una pregunta. Y para eso es necesaria una total integración y la ruptura de estereotipos raciales.
Hace poco el programa Salvados estrenó un programa dedicado al racismo en nuestro país y se contaban en él los testimonios de varias mujeres que afrontaban el hecho de ser negras en España y que afirmaban haber vivido verdadero racismo en las calles españolas. ¿Estás de acuerdo con ellas? ¿Qué crees que queda por hacer o cómo se podría invertir esta situación?
El racismo es un problema de educación, sin duda. Hay personas que no están educadas en la diversidad. Creo que hay que combatir este tipo de actitudes en la escuela, en la calle… y no ser cómplices de actitudes xenófobas. Al racista, al intolerante, hay que señalarlo. En ese sentido, todos somos parte del problema y de la solución. Por otro lado, como te decía, creo que la ficción tiene el deber de romper esos estereotipos y contribuir a ver la diversidad como algo normal y sin importancia. Mientras esto no ocurra, lamentablemente habrá personas que sufran ataques racistas.
¿Qué opinión te merecen los acontecimientos ocurridos el pasado verano tras la muerte de George Floyd en Estados Unidos? ¿Consideras que la situación de racismo en España es equiparable?
Hay un problema tremendo en EEUU en cómo se trata al negro por parte de muchos policías. Automáticamente, por el simple color de su piel, ya se les considera sospechosos de algo. Como si la delincuencia solo tuviera una raza. Evidentemente, los siglos de esclavitud en ese país no se borran de un plumazo y el racismo se ha seguido transmitiendo de generación en generación por parte de aquellos que en su día empuñaron el látigo en las plantaciones. En España no tenemos esa herencia, por suerte. Pero hay que estar vigilantes con los discursos del odio, porque calan en personas sin formación y luego son muy difíciles de erradicar. Estamos a tiempo, sin embargo, de hacerlo. Pero para ello necesitamos la complicidad de toda la sociedad.
- Relacionado con ello, sabemos que perteneces a The Black View, que es una asociación de artistas negros. ¿Qué actividades de visibilización lleváis a cabo?
No solo pedimos igualdad de oportunidades, sino que visibilizamos los logros conseguidos por artistas negros para que sirvan de inspiración. Es importante tener modelos de personas de tu raza que han logrado triunfar en su área profesional.
“La gente aún no ha asimilado que hay muchos negros que han nacido y crecido en España.”
Precisamente sobre la barrera racial, trataba tu última película Lo nunca visto, estrenada en 2019, y que grabaste junto a Carmen Machi. ¿Cómo fue trabajar en esta producción?
Precisamente la película habla de romper barreras y prejuicios, y del valor de la integración, desde una clave cómica. La historia va sobre un grupo de inmigrantes que llega a la España vaciada huyendo de la explotación de las mafias de trata de blancas. La llegada de estas personas enfrenta a los habitantes de un pueblo con sus propios prejuicios, hasta que estos van cayendo por su propio peso. Para mí fue un regalo poder contar esta historia que tiene un final tan optimista y esperanzador, y poder hacerlo de la mano de actrices a las que admiro tanto como Carmen Machi y Kity Manver, entre otras. Fue un rodaje duro a nivel físico, pero el resultado es maravilloso. Creo que es una comedia fantástica.
¿Consideras que son necesarias más producciones de este tipo?
Sin duda. Porque permiten que el espectador se dé cuenta de sus propios prejuicios y se ría de ellos al identificarlos. Es una manera fantástica de luchar contra el racismo, haciendo humor y señalando lo patéticos que pueden resultar a veces nuestros propios prejuicios.
¿Cuáles de tus personajes recuerdas con más cariño? Yo recuerdo mucho tu papel en Compañeros porque cuando era niña era muy fan de la serie, pero sabemos que tienes tras de ti una larga lista de personajes muy queridos por el público.
Mi personaje favorito es Susan, la abogada que interpreté en la obra de teatro Razas, de David Mamet. También disfruté muchísimo el personaje que tuve en la película Ola de crímenes, de Gracia Querejeta. Interpretaba a una cuidadora cubana, un tanto descarada y muy divertida. Y otro personaje que gocé fue Madison, en la serie diaria Derecho a soñar«.
¿Qué tal has vivido el tiempo de pandemia? Durante el confinamiento pudimos verte a ti y a tu pareja, Víctor Clavijo, en Diarios de cuarentena. ¿Cómo se os propuso participar en este proyecto?
Desde la productora se nos propuso a Víctor y a mí grabar una escena para un proyecto de serie que se iba a presentar a TVE. A los pocos días nos dijeron que la cadena había comprado el proyecto y que empezaríamos a rodar desde casa con un teléfono móvil y siguiendo las indicaciones del director por videoconferencia. Técnicamente era muy complicado porque suponía convertir tu propia casa en un set de rodaje y hacer todas las funciones técnicas. Nos mantuvo entretenidos durante los peores momentos de la pandemia.
¿Qué actrices son un referente para ti?
Kerry Washington, conocida por sus papeles en películas como Pequeño pero matón y Django desencadenado y por su interpretación como Olivia Pope en la serie Scandal.
Y, por último, ¿qué mensaje mandarías a las niñas racializadas que quieran ser artistas en España?
Les diría que no dejen que su sueño se vea afectado por las barreras que puedan encontrar por el camino con motivo de su raza, y que no hay obstáculo que pueda con el talento.
Natalia Ruiz-González
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