La inmigración genera cierta polémica en la sociedad actual, hay bulos que la gente prefiere creer y no contentos con ello, usarlos también como argumentos para negar un derecho humano. Sin embargo, siguiendo la teoría de Adela Cortina nos damos cuenta de que no es que no quieran inmigrantes, lo que no quieran son inmigrantes pobres que vengan sin nada que ofrecer.
Analicemos la situación actual, cuando un país recibe turistas, aparecen en periódicos anunciados con mucho entusiasmo: “Han venido 81 millones de turistas este año”. Pero en cambio, a esos otros extranjeros, a los que no vienen con dinero, aparecen en los periódicos deshumanizados y sometidos a prejuicios sociales.
Aquí entra en juego el término aporofobia, acuñado por la filósofa Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, quien cuestiona si hay tanto rechazo al extranjero o a determinados extranjeros sí y a determinados extranjeros no.
Y es que a estos otros extranjeros, a los que vienen en pateras, muchos de ellos muriendo en el Mediterráneo, otros llegando a las costas y encontrando una valla que les impide el paso, se les responde con rechazo, y a diferencia de los turistas que vienen con dinero y a los que recibimos con hospitalidad, a ellos se les recibe con lo contrario, hostilidad.
Adela Cortina explica que vio la necesidad de crear este nuevo término, ya que las injusticias sociales no las podemos señalar con el dedo y necesitan algo que las determine para poder ser reconocidas, identificadas y poder tomar posición frente a ellas y así erradicarlas.
El concepto de aporofobia fue acuñado en el año 1990, para diferenciar esta actitud de la xenofobia. Sin embargo no fue hasta el 2017 que fue incluido en el Diccionario de la lengua española y elegida palabra del año por Fundéu. La fundación decidió premiar esta palabra porque entendieron que era capaz de transformar la realidad social.
La palabra «aporofobia» es importante para que agudicemos nuestra sensibilidad viendo en cada lugar quién es el que está siendo, en ese momento, preterido y relegado.
Ahora bien, ¿cómo podemos erradicar este problema?
Como para muchos otros problemas la solución la encontramos a través de la educación, una educación formal e informal, en las escuelas y universidades, en los medios de comunicación, en las redes sociales…
También, con la creación de instituciones igualitarias, porque estamos acostumbrándonos a instituciones asimétricas, que generan desigualdad y asimetría.
Y por último un deber que tenemos aún pendiente, erradicar la pobreza. Porque realmente hay medios para hacerlo, y hay que dar a todos los seres humanos la posibilidad de llevar adelante una vida exenta de injusticias sociales causadas por la pobreza.
Lihem Giménez
Activista antirracista y afrofeminista
IG: missafrogirl
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