Hace mucho que no me sorprende nada de lo que sucede en torno al Feminismo y sus centro de poder. La historia de Afroféminas con él ha sido variable y difícil, pero el cariz que han tomado los acontecimientos en las últimas semanas hace que sea un imposible llegar a ningún entendimiento con una parte muy importante del mismo.
Desde el NO que les dimos en la huelga feminista del 2018 muchas feministas blancas nos la tiene jurada. Rompimos, con mucho ruido, esa quimera de unidad de las mujeres como un todo. Mostramos las costuras de un movimiento que jamás había pensado en las mujeres no blancas. Enseñamos claramente que sus reivincicaciones eran para ellas, y las demás servíamos para poner un afro en el cartelito o sujetar la pancarta. Eso cuando no estábamos limpiado la casa y cuidando a los niños mientras ellas se tomaban su día de huelga.
Los meses posteriores hasta llegar al 8 de marzo de 2019 solo sirvieron para ratificar nuestra decisión: agresiones en congresos a nuestras líderes, con acoso sistemático de las feministas oficiales. Ninguneo en las redes poniendo en entredicho todas nuestras posiciones, organizando escraches contra nuestra plataforma, por no decir lo que ellas desean que digamos.
Pero lo más increíble, ya metidas en la locura en que se está convirtiendo esta batalla de poder dentro del feminismo oficial, es lo que está sucediendo con el nuevo episodio de acosos a las mujeres trans acusándolas de las cosas mas horribles imaginables.
La conclusión a que llegamos hace tiempo en Afroféminas, es que esa imagen casi mítica de la unión del feminismo, caminando como una sola mujer, no es realista. Las mujeres negras están muy lejos en cuanto necesidades y reivindicaciones de ese feminismo caduco que intenta imponer sus verdades a golpe de ataques violentos e insultos en las redes. Y por supuesto estamos muy lejos de aquellas mujeres que han decidido atacar a las mujeres trans de la manera más vomitiva, odiante y sonrojante que yo recuerde. ¿Como se puede odiar tanto?
Tenemos aliadas en ese otro feminismo que acepta la diversidad, que habla de FEMINISMOS y que escucha, como nostras escuchamos, sin tratar de imponernos su visión de como debe ser una mujer.
Ya nos han expulsado otras veces. Por ejemplo a las sufragistas negras. Estos días hemos tenido que oír todo tipo de mentiras sobre como las sufragistas blancas acogieron en sus brazos a las mujeres negras para las que pedían los mismos derechos. La verdad es otra:
Las sufragistas negras fueron marginadas del movimiento sufragista principal, cuyas líderes temían alienar a las mujeres blancas y perder apoyo en el sur.
A veces la discriminación era explícita, como cuando los organizadores del desfile por el sufragio femenino de 1913 en Washington, D.C., ordenaron a los participantes negras marchar al final. En otros momentos, era más sutil: la National American Woman Suffrage Association (Asociación estadounidense pro sufragio de la mujer), creada en 1890, se negó a incluir grupos sufragistas o mujeres negras en sus filas.
Hoy las discriminaciones han cambiado, se han trasladado a otros ámbitos, pero sigue produciéndose.
No han faltado las personas racializadas que han validado los discursos excluyentes y transfobos de este feminismo blanco haciendo un ejercicio de tokenismo impresentable. Hemos tenido que oír de boca de personas racializadas llamarnos divisivas, misóginas, neoliberales, negrocéntricas y otras lindezas, presurosas en ser aceptadas por ese feminismo que ellas consideran el ideal, incluso aplaudiendo las agresiones a otra personas racializadas.
Son muy pocas, pero muy visibles, ya que se les da espacio para validar sus discursos segregacionistas. Desde ese feminismo pedante, aviejado y colonial de Tribuna Feminista dejan hablar a mujeres racializadas para atacar a otras mujeres racializadas. Ese es su papel, validar con su racialización las opiniones de mujeres blancas de clase media/ alta que se llaman progresistas a sí mismas, y nos llaman neoliberales a nosotras. Así no pueden ser acusadas de racistas, a pesar de que jamás colocan a estas personas para otra cosa que no sea validar sus opiniones.
¿Puede haber un papel más triste que ser el títere de gente que solo se acuerda de ti para atacar a otros como tú?
Mañana será el día de la mujer afrodescendientes. ¿Cuantas de estas mujeres se acordarán de nosotras?
Ayomide Zuri
Inconformista, luchadora, africana y mujer negra. @ayomidezuri ayomidezuri@gmail.com
Descubre más desde Afroféminas
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
[…] TOMADO DE: https://afrofeminas.c.wetopi.com/2020/07/24/de-feminismo-tokenismo-y-transfobia/ […]