Animismo y madre en África

Los secretos de la vida están ocultos en el vientre de la madre y en las entrañas de la tierra

Hampate Ba

La mujer en algunas partes de África como en el antiguo Mali es tan importante como el hombre y a veces, más. 

El Dios del animismo está tan lejos de los hombres que el hombre no se puede dirigir a él. El hombre se dirige a los espíritus intermediarios (antepasados, genios de la naturaleza, espíritus estelares, máscaras, estatuas, etc). Estos necesitan que se les agrade con una serie de ceremonias y es el sacerdote el que se presenta como interprete de lo oculto, éstos son respetados, temidos e incluso odiados. Y suelen tener oficios como de herrero y alfarero, que tienen que ver con la tierra, el agua, el fuego y el aire.

Amadou Hampate Ba dijo que las sociedades viven según las reglas transmitidas por los antepasados y dictadas por la divinidad hace mucho tiempo. 

Los oficios artesanales son muy importantes porque son una forma de iniciación con códigos de signos, acompañados de ritos y de oraciones. En estos oficios, muchos se practican directamente por mujeres, sobre todo la artesanía.

El labrador no hundirá la azada en la tierra sin decir una oración.

El cazador dirá una oración por la pieza abatida. Si se corta un árbol, al ser este un atentado a la fuerza vital del árbol hay que rezar una oración de desagravio. Por lo que vemos el culto a la tierra es una de las manifestaciones del animismo. Por ejemplo, la madre y la tierra son consideradas lo mismo. 

La tierra no es de nadie y el hombre se convierte en un mero administrador. La madre en África es un símbolo a la familia, es el elemento principal de la estirpe, la columna vertebral, la educadora.

En nuestro país, Mali, todo lo que somos y lo que tenemos es una vez gracias a nuestro padre y dos veces a nuestra madre, dijo Hampate Ba.

Virginia Fernández Collado

(Almería, 1977) es profesora de Administración de Empresas en Educación Secundaria. Ha realizado los cursos de doctorado en Economía Aplicada, tiene una master en “Asesoría Fiscal” de la escuela de negocios GADE en Madrid. Ha publicado en “El periódico urbano” en Santiago de Chile y en Quillota (Chile). Ha colaborado en la revista “Axarquía”. Algunos de sus poemas aparecen en libros conjuntos. Ha publicado los libros Depredador, ed. La oficina, 2015, Poemas 2006-2016, ediciones del Genal y Fundación Fondo Kati, 2017, Bosque/forest, Fondo Kati, 2020, Forest, Fondo Kati, 2020, Lluvia, poemas 2006-2016, Fondo Kati, 2020, Los cantos de Layla, Fondo Kati, 2020, Guía para preparar la programación didáctica del cuerpo de profesores de enseñanza secundaria, Fondo Kati, 2020. Ha coordinado varias antologías poéticas. Ha recibido el 1er Premio (modalidad poesía) en el XIII Concurso de Creación Joven, Ciudad de Almería en 2011.

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