sábado, diciembre 21

La mirada de los medios que hace vulnerable a la mujer negra

La mirada de los medios que hace vulnerable a la mujer negra

Laura Mulvey, autora del famoso ensayo «Placer visual y cine narrativo», empezó a utilizar por primera vez el término «mirada masculina» en 1975. Lo empleó para  analizar la representación de las mujeres en el cine, aunque también puede aplicarse a la televisión y las artes visuales. El texto sostiene la idea de que el cine retrata a las mujeres como sujetos pasivos que existen para el placer visual del espectador masculino. Básicamente la consecuencia de esta mirada es la objetivización de las mujeres y privarlas de su autonomía sexual.

La mirada masculina es parte de un sistema patriarcal que también es cis y heterosexual. Define quién es deseable y bello, ya que queremos parecernos a los mensajes que nos dan de los medios.

Las mujeres negras y racializadas sufrimos un añadido a esa mirada masculina, el factor racial. Es una mirada blanca.

Este elemento complica esta teoría ya que la raza hace que la experiencia de cosificación sea diferente para una mujer racializada. Aunque todas las mujeres son objetivadas en los medios, la belleza blanca se idealiza y se convierte en canon, creando una escala o jerarquía en la que lo blanco es lo más bello y lo negro lo más feo, con una enorme cantidad de tonos marrones en medio.

Laura Mulvey
Laura Mulvey en la pasada edición de Fil Madrid donde impartió un taller.

Para demasiadas mujeres negras o racializadas es normal sentir que no son bellas porque no son blancas. Cuanto más oscura es su piel, más se alejan del ideal de belleza.

En consecuencia no sorprende que las mujeres racializadas aprendan desde muy jóvenes que para ser atractivas deben esforzarse en parecer más blancas y si no es posible, tiendan a ajustarse al estereotipo que el hombre blanco tiene de las mujeres racializadas: salvaje, hipersexualización, ect.

Al final para las mujeres negras el efecto es tremendamente negativo, ya que  actúa en como nos definimos sexualmente y en cómo nos expresamos. Es una bomba para nuestra autoestima.

Las consecuencias son demasiado comunes, demasiado frecuentes. Cuantas veces he tenido que oír de boca de un hombre blanco eso de «siempre he deseado tener sexo con una mujer negra». Convertidas solo en fantasía sexual para satisfacer un momento de placer.

Esto es resultado de la forma en que todavía somos retratadas en los medios de comunicación, que convierten en un espectáculo nuestros atributos físicos y limitan nuestro valor a la sexualidad, en lugar de retratarnos en perfiles más complejos y significativos.

Si analizamos la cantidad de agresiones sexuales que reciben las mujeres racializadas (donde hay datos y censos étnicos para saberlo) vemos que el número que sufrimos es significativamente mayor en proporción a la población.

Siendo definidas sexualmente de esa manera por los medios nos volvemos muy vulnerables al ataque, sobre todo debido a los estereotipos y suposiciones sobre nuestra disponibilidad y apetito sexual. Siempre sonsideradas fáciles, calientes, etc.

Para las mujeres negras y racializadas estos temas no son banales. Nos jugamos nuestra salud mental y nuestra seguridad en la calle. Mientras seamos un mero fetiche para los medios y se siga añadiendo el factor racial a la mirada masculina en los mismos, seremos objeto de más sufrimientos y agresiones.

Hay que cambiarlo y lo cambiaremos.


Ayomide Zuri 

Inconformista, luchadora, africana y mujer negra. @ayomidezuri ayomidezuri@gmail.com


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