viernes, febrero 7

Las madres blancas de niñas negras. Un enfoque desde el Feminismo Negro

feminismos negros afroféminasEn la medida en que el mundo se globaliza hay una serie de cuestiones que desde el feminismo negro podrían quedar desapercibidas. Una de ellas es esta nueva figura que antes era como poco algo rara, ahora ya bastante menos.

Me refiero a la madre blanca de niña negra. Esa mujer que tuvo hijos  con un hombre negro; la madre blanca casada con hombre blanco y que decide adoptar;  también la pareja de mujeres lesbianas que deciden ser madres a través de la adopción y por último la madre soltera o la familia monoparental como suele llamarse aquí en España.

No es la primera vez que algún padre o madre pregunta a Afroféminas cómo gestionar la educación de un niño o niña que lleva en su sangre dos culturas.

En el caso de la madre negra de niña negra esta parte puede quedar solventada. Aún las mujeres tienen un papel muy relevante en la educación de los hijos,  lo cual espero que algún día cambie y los hombres blancos y negros entiendan que es tarea de los dos, pero esto ya es otro asunto.

Decía que la madre negra de hija negra encontraría ciertas soluciones que a la madre blanca en principio le resultaría más complejo. La madre negra generalmente está adaptada a que se le juzgue no sólo por mujer sino por su raza, con lo cual ha ido construyendo a lo largo de la historia sus propios mecanismos de resistencia.

Sin embargo para la madre blanca hay cosas, incluso preparándose, que les descoloca. Me refiero a que el color de su hija comienza a tomar una relevancia en los espacios sociales, algo a lo que ellas  no están acostumbradas, que aprenden por el camino y que algunas crean también sus soluciones como formas de resistencias. En cambio, en otros casos, desgraciadamente, se niegan a prestar atención a estas cuestiones. Y digo desgraciadamente porque evidentemente esto acarrea a consecuencias que con toda probabilidad la niña arrastre de adulta porque lo que es una clara realidad para ella para su madre no existe.

En estas familias colisionan dos corrientes feministas que históricamente se han desarrollado de manera muy diferente. Saber esto es primordial para entender.

Hay que saber que la negritud no es la cantidad de melanina que lleves sino cómo se ha construido social e históricamente el término  negra o negro.

Reconociendo esto, se pasa de manera natural al tema pelo afro natural y todos los debates que encierra.

Por todo esto me alegra que cada día lleguen a Afroféminas  más madres que responden a este perfil  y que las madres negras se mantengan y también lleguen como nuevas lectoras.   Eso significa que quieren saber, y que los debates sobre los niños y niñas negras nacidos en España,  que a día de hoy despiertan tantas pasiones, en un futuro quedarán en eso, en historia.  

AntoinettetsCV_AfroféminasAutora: Antoinette Torres Soler

Directora de Afroféminas

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18 comentarios

  • Soy hija mulata de madre blanca y rubia. También soy madre mulata de una niña blanca y rubia. Tengo 42 años y mi madre sigue sin saber que soy mulata, de hecho cuándo alguien se lo pregunta se extraña pues ella no me ve mulata, pero es la única, en consecuencia nunca ha aceptado el 50% de mi negritud, no se lo recrimino, eran otros tiempos y en Barcelona no deberían haber más de un centenar o menos de mulatos. A veces cuando veo a mi madre blanca, a mi hija rubia y a mi marido blanco paseando juntos, pienso que qué pinto yo en medio de todos ellos, soy como un escalón perdido. Perdona el pensamiento en voz alta, creo que es la primera vez que lo exteriorizo.

    • Te agradezco tu comentario porque responde a uno de los objetivos de este post que por cierto ya se ha leído cerca de 3 mil veces. Lo que relatas en tu comentario es una realidad que se niega más de lo que nos gustaría.
      Detrás de todo esto pueden haber muchas causas: un mal recuerdo por ejemplo, pero me atrevo a decir que en la mayoría de los casos se trata además de la percepción negativa que se tiene de la negritud por más que se intente negar y dizfrazar de supuestas contradicciones. Esta es una prueba más, además de los otros comentarios, que el Feminismo Negro se nutre intensamente de la experiencia vital de la mujer afrodescendiente. Somos nosotras quienes tenemos que poner todos estos temas sobre la mesa. El resto no lo hará porque quien no lo vive, no lo ve, no le interesa y hasta podría dedicarse a descalificarlo por el simple hecho de no responder a su realidad. Espero que en el futuro el Feminismo deje de ser una teoría de corte colonial y comience a mostrar las realidades de todas las mujeres. Un saludo. Antoinette Torres Soler

      • Yo estoy aprendiendo mucho con vuestras reflexiones, por mucha empatía que intentemos tener las madres blancas de hijas negras estamos muy lejos siquiera de imaginar lo que viven nuestras hijas cuando no estamos con ellas y las blanqueamos. Por eso, cuando oigo los casos de hijas negras con madres blancas que viven en mundo blanco que tardan décadas en reconocer que han vivido o viven algún episodio racista me resulta curioso. Porque si no han vivido en una burbuja, me cuesta creerlo.Mi hija los ha vivido desde los 6 años. Por eso comprendo que las mujeres negras tienen realidades muy distintas a las occidentales, aún siendo de clase alta.

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