Una bofetada en Alemania: cuando la víctima es castigada e ignorada
A veces, la violencia racista te alcanza cuando menos te lo esperas, en el lugar más impensado. Lo que sigue es una cadena de despropósitos que te obligan a luchar doblemente: contra la agresión y contra un sistema que, a menudo, parece diseñado para proteger al agresor blanco y racista. Esto es lo que le ocurrió a Happy Panda, una mujer negra en un gimnasio de Alemania, en un episodio que destapa las capas de racismo y machismo aún presentes en la sociedad.
Todo empezó con un simple comentario. Nuestra hermana le pidió a un hombre, un cliente del gimnasio, que recogiera su mancuerna. La respuesta fue una bofetada brutal que la tiró al suelo. Un acto de violencia sin provocación, directo y cobarde. Lo más indignante es que esto ocurrió delante de un empleado del gimnasio, un hombre blan...




















