Recientemente vi Green Border, una película dirigida por Agnieszka Holland, directora polaca, que aborda la crisis migratoria en la frontera entre Biolorrusia y Polonia. A lo largo de 2 horas y 33 minutos, Holland nos adentra en un bosque primitivo y oscuros humedales que forman parte de la frontera entre Bielorrusia y Polonia, siguiendo de cerca la vida de una familia de refugiados sirios, un grupo de activistas, un guardia fronterizo y una mujer que se suma al grupo de activistas tras observar de cerca la violencia a la que están expuestas las personas que intentan cruzar la frontera.
Finalmente estas personas terminan en el fondo de un gran bosque pantanoso que refleja la miseria, desorientación y terror que les aguarda. La película se basa en hechos reales que siguen teniendo lugar en la frontera entre Biolorrusia y Polonia mientras escribo este texto.
‘Frontera verde’
La llamada ‘frontera verde’ entre Bielorrusia y Polonia es un territorio selvático de más de 390 km compuestos por bosques, humedales y áreas rurales, donde transitan personas migrantes, en su mayoría de Oriente Medio y algunos países del continente africano, que intentan llegar a la Unión Europea. Perdidos y sin el apoyo de ningún estado, se ven atrapados en medio de un bosque pantanoso, donde Polonia y Bielorrusia han convertido la tragedia humana en su terreno de juego, en una lucha por evitar que las personas refugiadas entren a sus países, sin tener en cuenta que en medio de este juego se pierden las vidas de cientos de personas y se vulneran los derechos humanos de quienes huyen de países en conflictos.
Esta crisis humanitaria comenzó en 2020, cuando el gobierno bielorruso, encabezado por Alexander Lukashenko, resultó ganador de las elecciones presidenciales tras casi treinta años en el poder, a pesar de las múltiples denuncias de fraude electoral. Como respuesta, Bruselas impuso sanciones, lo que llevó al régimen de Minsk a iniciar un «juego del terror» en el que Lukashenko fomenta la migración a través de promesas de un tránsito fácil hacia otros países de Europa.
La historia que se narra en la película nació tras una conversación de la directora Agnieszka Holland con sus amigos: “Mis amigos encontraron un cuerpo
en la frontera. Estaba desnudo, había muerto por congelación. Este no fue el primer cuerpo que encontraron, pero fue cuando supe que cuando alguien tiene hipotermia siente como si tuviera fiebre alta y comienza a quitarse la ropa. Esa imagen, de ese joven muerto de frío aquí en mi país, justo al lado, allí en el bosque donde la gente pasea a sus perros y busca setas, es algo horrible. Frente a esta crisis fabricada por los políticos, debemos adoptar una postura clara: como artistas, como personas, como sociedad y como país”. Agnieszka Holland.
En Polonia, las detenciones son sistemáticas y buscan devolver a la mayor cantidad de personas posible en el menor tiempo, sin limitar el uso de la fuerza.
«Las personas solicitantes de asilo que han entrado en Polonia desde Bielorrusia, muchas de ellas obligadas por la guardia de fronteras bielorrusa, están ahora recluidas en centros de detención inmundos y masificados donde los guardias las someten a tratos abusivos y les niegan el contacto con el mundo exterior» Jelena Sesar, Investigadora regional de Amnistía Internacional
Asociaciones como Chlebem i Solą (Pan y Sal), Grupa Granica y grupos de personas organizadas se esfuerzan por brindar apoyo humanitario a las personas migrantes atrapadas en este juego político en la frontera entre Biolorrusia y Polonia. Entran a las áreas restringidas que impiden el paso a personas ajenas a la guardia fronteriza, arriesgándose, para ofrecer ayuda a personas que se encuentran desorientadas en medio del bosque, con síntomas de hipotermia, heridas y marcadas por la desnutrición y sed tras semanas de viaje. Estas asociaciones buscan asegurar que los derechos humanos sean respetados y que las personas migrantes puedan tramitar su solicitud de asilo antes de ser interceptadas y devueltas a Bielorrusia por la guardia fronteriza.
Amnistía Internacional, en su informe La situación de los derechos humanos en el mundo, publicado en abril de este año, asegura que “las personas refugiadas y migrantes que llegaban al país desde Bielorrusia seguían enfrentándose a la hostilidad oficial. La guardia fronteriza empleó la violencia para obligar a la gente a regresar a la frontera, negándole la protección internacional. Hubo personas rechazadas por la guardia fronteriza polaca que posteriormente fueron maltratadas también por guardias bielorrusos y obligadas a volver al bosque de Białowieża. Según informes, desde el comienzo de la crisis en 2021 hasta finales de 2023, al menos 55 migrantes y solicitantes de asilo han muerto por desnutrición, agotamiento y falta de asistencia médica”. Miles de personas refugiadas y migrantes que habían logrado entrar en Polonia desde Bielorrusia, entre las que había menores, continuaban detenidas arbitrariamente en centros cerrados para extranjeros.
186 kilómetros de acero y electricidad
En junio de 2022, Polonia terminó la construcción de una valla electrificada, coronada con concertinas, en el bosque de Białowieża, en la frontera con Bielorrusia. La valla, de más de 186 kilómetros y cinco metros de altura, tiene como objetivo impedir el paso de personas migrantes. Esta situación generó controversia en la población local, dividida en cuanto a la creación de esta barrera y al trato que reciben las personas migrantes y solicitantes de asilo en Polonia.
La violencia se extiende
La muerte de un soldado herido por una persona migrante con arma blanca mientras intentaba cruzar la frontera, el pasado mes de junio, sirvió de pretexto para la aprobación de una ley que facilita el uso de armas de fuego por parte de militares y la policía en la frontera.
Tras la aprobación de esta ley, se exime de responsabilidad penal a los funcionarios públicos —incluyendo a la policía, guardia fronteriza y el ejército— que usen armas con fines de defensa personal o preventiva cuando consideren que su vida o la de otros está en peligro, y con fines de protección en la frontera. Esta medida ha sido justificada por el gobierno polaco debido a la crisis migratoria y los conflictos violentos en los últimos años.
Además de las fuerzas de seguridad en la zona de la valla, existen las llamadas “patrullas patriotas”: grupos civiles cuya indumentaria recuerda el estilo militar. Equipados con binoculares de visión nocturna, patrullan de manera independiente la frontera para detectar e impedir el paso de personas migrantes a Polonia. La Guardia Fronteriza de Polonia ha indicado oficialmente que no requiere su ayuda, pero los grupos continúan patrullando la zona.
Un hito en la lucha por los derechos humanos en las fronteras
En julio de 2024 la justicia condenó por primera vez a Polonia por expulsar a dos migrantes heridos a Bielorrusia. Uno de los denunciantes se fracturó un pie al lanzarse desde lo alto de la valla y el otro se rompió una pierna al caer de una escalera que usó para superar la barrera. Este fallo es significativo porque es la primera vez que se responsabiliza formalmente a Polonia por el trato dado a los migrantes en su frontera con Bielorrusia. La situación en esta frontera ha sido objeto de numerosas denuncias por parte de organizaciones de derechos humanos que han documentado una serie de abusos, entre ellos el uso excesivo de la fuerza, expulsiones «en caliente» y negación de asistencia médica a personas heridas o en condiciones vulnerables.
El fallo de la justicia representa un hito en la lucha por los derechos de las personas migrantes en la frontera oriental de la Unión Europea, y subraya la importancia de un tratamiento humanitario y legal conforme a los principios de derechos humanos internacionales.
Pero contrario a lo que sucede en Green Border, donde tras dos horas y media la película termina, en la vida real esta historia no tiene un final, al menos no por el momento. El pasado mes de octubre, el gobierno polaco planteó suspender las solicitudes de asilo, al menos temporalmente. Donald Tusk, presidente de Polonia, asegura que debe proteger la frontera y afirmó a través de su perfil en X que no dará marcha atrás en esta decisión, pese a ser consciente de que la medida entra en conflicto directo con el derecho internacional y las normas de la Unión Europea.
Zinthia Álvarez Palomino
Afrovenezolana Creadora del proyecto literario @negrasquecambiaronelmundo que visibiliza las aportaciones de mujeres negras. Autora de los libros «Mujeres negras en la ciencia» y «Mujeres negras en la Filosofía».
Referencias:
Huffington Post. (2022, 30 de junio). Polonia levanta una valla de más de cinco metros en su frontera con Bielorrusia.
National Geographic. (2022, 10 de febrero). El muro fronterizo de Polonia atravesará el último bosque antiguo de Europa.
TVN24. (2024). Tensión en la frontera de Polonia: Análisis sobre la situación migratoria y las medidas gubernamentales
Amnesty International. (2024, octubre). Poland plans to suspend the right to seek asylum, flagrantly unlawful. Recuperado de https://www.amnesty.org/es/latest/press- release/2024/10/poland-plans-to-suspend-the-right-to-seek-asylum-flagrantly-unlawful/
Amnesty International. (s. f.). Poland: Human Rights in the Republic of Poland – Report. Recuperado de https://www.amnesty.org/es/location/europe-and-central-asia/western- central-and-south-eastern-europe/poland/report-poland/#endnote-2
Amnistía Internacional Argentina. (s. f.). Polonia: Los planes de suspender el derecho a solicitar asilo flagrantemente ilegítimos. Recuperado de https://amnistia.org.ar/polonia- los-planes-de-suspender-el-derecho-a-solicitar-asilo-flagrantemente-ilegitimos/
Huffington Post. (s. f.). Polonia quiere bloquear solicitantes de asilo en guerra híbrida con Rusia que suma al viraje ultra en Europa. Recuperado de
https://www.huffingtonpost.es/global/polonia-quiere-bloquear-solicitantes-asilo-guerra- hibrida-rusia-suma-viraje-ultra-europa.html
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