La 60 Bienal de Venecia se centra en el hemisferio sur del planeta y la presencia de los artistas latinoamericanos y sus singularidades en este escaparate internacional del arte contemporáneo se multiplica, con la vista puesta en migrantes y desplazados y en la emergencia climática.
La destacada presencia latinoamericana en la 60 edición de la Bienal de Venecia, que abrió sus puertas el pasado sábado 20 de abril y que estos días se muestra a los medios de comunicación, se traduce en más de un centenar de artistas invitados, un tercio del total, y una decena de pabellones nacionales: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.
El de Argentina fue inaugurado este jueves, un pabellón que bajo el título ‘Ojalá se derrumben las puertas’, de Luciana Lamothe y comisariada por Sofía Dourron, apuesta por la madera en sus diferentes expresiones para reconsiderar, dijo la artista, las formas en las que el ser humano se relaciona con el planeta y conecta la arquitectura moderna «con otras formas de habitar».
Tanto la artista como la comisaria destacaron en la inauguración el esfuerzo colectivo que se hizo para sacar adelante la presencia de Argentina en esta Bienal, debido a la situación económica del país, la necesidad de sostener la «trama artística y cultural» que lo hizo posible.
México está presente en la Bienal con su proyecto ‘Como nos fuimos, siempre estamos volviendo’, comisariado por Ana Catalina Valenzuela González, y que ha sido elaborado por el artista Erick Meyenberg.
Meyenberg explicó que quiso salir del «nacionalismo mexicano» en línea con el lema de la Bienal ‘Extranjeros en todas partes’ y, como descendiente de emigrantes alemanes y libaneses, habla de la hospitalidad que deberían encontrar los migrantes en un proceso tan duro.
Unas pantallas envuelven todo el pabellón mexicano con el vídeo de una comida alrededor de una mesa en el campo de una familia albanesa emigrada en el norte de Italia, alrededor de una mesa y los enseres realizados en cerámica blanca.
Uruguay, en el pabellón ‘Latente’, el artista Eduardo Cardoz quiso reproducir su taller lleno de marcas de óleo, paredes pintadas y repintadas de otros colores y con las que habla también de desarraigo y de como, al venir a Venecia, es una extranjero en este lugar.
Perú en ‘cosmics Traces’ ha llevado al fotógrafo Roberto Huarcaya que, con sus gigantescas fotografías, quiere cuestionar la forma en la que representamos y comprendemos el medioambiente y con la que reclama una artesanía que reconoce la idosincrasia.
Bolivia en su pabellón montó el proyecto ‘Mirando al futuropasado, estamos pisando adelante’. Comisariado por Juan Carlos Cordero Nina, recoge obras de una veintena de artistas latinoamericanos que convergen en el Abya Yala, un término reclamado por los amerindios para definir su conexión con las tierras ancestrales.
Chile, con ‘Cosmonación’, comisariado por Florencia Loewenthal, muestra la obra de Valeria Montti, la primera artista no nacida en Chile que representa a este país en la Bienal, cuyas piezas convergen en la ‘Mamita Montaña’, que simboliza un refugio colectivo para los desplazados, la nación fuera de la nación, explica la curadora de la exposición, Andrea Pacheco.
Cuba titula su proyecto ‘Curtain’, del artista Wilfredo Prieto, que con la simplicidad de su ‘Piedra iluminada, piedra noiluminada’ con la que quiere poner de relieve su apuesta por lo esencial frente a la saturación.
Venezuela y el artista seleccionado para representarla en Bienal de Venecia, Juvenal Ravelo, hacen un tributo al arte cinético con una instalación inmersiva y participativa, un viaje sensorial de colores y formas.
Panamá se estrena este año con un pabellón en el que cuatro artistas – Brooke ALfro, Isabel de Obaldía, Cisco Merel y Giana dee Dier– reflejan en sus obras las huellas perdurables de la migración en los individuos y sus entornos, con pinturas de embarcaciones llenas de personas en mares embravecidos o en densas selvas.
Brasil ha nombrado su pabellón como Hahawpua dedicado a la comunidad Tupinambá y los artistas originarios de este área que se convirtieron en extranjeros en su propia tierra, una historia de resistencia indígena y la adaptación a la emergencia climática a través de pinturas, fotografías y vídeoinstalaciones.
Puerto Rico cuenta por primera vez con representación con la organización afropuertorriqueña Consolato REM Brega!!!, que mostrará su exposición ‘Desde San Juan Bautista…’ dentro de los Eventos Colaterales seleccionados por Pedroso para la 60 edición del festival. EFE
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