Las apodadas ‘hijas de las Mitangan’ son mujeres estigmatizadas por haber recibido una educación occidental y ‘blanca’ durante el colonialismo español en Guinea Ecuatorial. Lucía es una de ellas. A través de sus vivencias y contradicciones, la novelista y activista queer Trifonia Melibea Obono traza un retrato vívido de la historia y la cultura de un país en transformación y de cómo las mujeres se enfrentaron -y se enfrentan- a la misoginia de la herencia colonial y de los pueblos originarios.
«El patriarcado español y el patriarcado fang de la época no eran tan diferentes», asevera Obono, al explicar cómo se «aliaron» para controlar la sexualidad femenina.
La trama de la novela ‘La hija de las Mitangan‘, publicada por Baile de Sol, se teje en torno a los cimientos de la Casa Cuna de Mikomiseng, dirigida por monjas de la Inmaculada Concepción, donde Lucía Ndjé Mikibi ingresa con ocho años, donde aprende a leer y escribir bajo los valores impuestos por la colonización.
La independencia del país africano marca el cierre de esta institución y, con ello, el retorno de Lucía a su familia, dejándola ante un mundo en plena redefinición.
Una vida que explica la historia de Guinea Ecuatorial
En el escenario incipiente de Guinea Ecuatorial, la escritora de etnia fang conduce a los lectores y lectoras a través de las turbulencias políticas y sociales que marcan el devenir de Lucía. En palabras de la autora, la inspiración surge de una serie de encuentros fortuitos durante sus años de estudio en Murcia, España. Allí, en la comunidad ecuatoguineana, Obono conoce a Lucía y queda cautivada por sus relatos sobre la época colonial (1926-1968) y la resistencia.
«Las mujeres educadas bajo la colonia no eran simples receptoras de conocimiento occidental, sino que usaron la escolarización y el uso de la educación adquirida para empoderarse en sus propios términos«, comparte la politóloga e investigadora.
Para la autora, la vida de Ndjé Mikibi, que se desarrolla en varias etapas de Guinea -la colonial, la preindependestista, el primer gobierno de Macías Nguema y el régimen de Teodoro Obiang-, es «la historia de un país con todas sus aristas».
Obiang, que lleva 45 años en el poder, dio en 1979 un golpe de Estado contra el entonces presidente, su tío Francisco Macías Nguema.
Las mitangan, ‘las blancas’ y ‘las otras’
Es en este «mestizaje intelectual» donde radica la fuerza de la protagonista y el mensaje subyacente del relato.
Una mezcla de saberes fang y educación occidental que estaba bien visto en los hombres, pero «era controvertido en el caso de esas mujeres» porque reforzaba el feminismo fang.
Y son precisamente las mujeres educadas bajo la colonización, llamadas despectivamente ‘las hijas de las mitangan’, quienes sufrieron y sufren el estigma de ser vistas como «las feministas» y «las blancas», una etiqueta que las separa de su comunidad y las coloca en una posición de «otredad», asegura la autora de obras como La bastarda o La negra.
Alianza patriarcal para controlar la sexualidad femenina
La escritora aborda con profundidad el trasvase de las prácticas punitivas y la violencia de la colonia al ámbito doméstico. El legado del colonialismo y de «un régimen fascista» no se queda en las instituciones públicas sino que «atraviesa el hogar» e impacta en las mujeres, asegura.
«En aquella época existía en España la mujer modelo y, como consecuencia, en Guinea se forman escuelas en las que las niñas tienen que aprender a ser esposas«, explica. Ese machismo, dice, persiste hoy en las dinámicas familiares y sociales de Guinea Ecuatorial.
La sexualidad emerge como un hilo conductor en la trama, que destaca los tabúes en torno al cuerpo femenino tanto en la Casa Cuna como en la sociedad fang. «Quise denunciar el constante control sobre el cuerpo de las mujeres fang», enfatiza Obono.
La educación ultra religiosa impuesta por las instituciones coloniales influyó en la percepción de la sexualidad y el cuerpo; perpetuó estigmas y limitó la autonomía de las mujeres. En aquella época, cuenta, el patriarcado conforma «una alianza para controlar la sexualidad femenina«.
«El patriarcado español y el patriarcado fang de la época no eran tan diferentes», asevera.
La lucha de las mujeres, tanto en la época colonial como en el proceso de independencia, emerge como un eje central en la narrativa de Obono. La autora reflexiona sobre la necesidad de revisar la historia desde una perspectiva inclusiva y feminista, o más bien, puntualiza, «que las personas feministas revisen la historia de Guinea».
Las personas LGTBIQ+ en Guinea Ecuatorial
Al abordar la situación actual de los derechos de las mujeres y la comunidad LGTBIQ+, reconoce los desafíos en medio de un contexto político complejo, donde la negación y la homofobia institucionalizada continúan siendo obstáculos para la igualdad y la justicia social.
«Lo que se está viendo en Guinea Ecuatorial a nivel de los poderes públicos es un proceso reiterativo de negación en cuanto a los derechos de las personas LGTBIQ+», señala Obono.
Recuerda que la Ley de Vagos y Maleantes, heredada de España y que considera a los homosexuales como un peligro social, está en vigor y regula las terapias de conversión.
En cuanto a la situación de las mujeres en Guinea Ecuatorial, en 2016 se aprobó un decreto que prohíbe a las niñas embarazadas acceder a los centros educativos, lo que califica como «retroceso».
«Si un país restringe el derecho de la mujer a la educación, ¿Qué nos queda a las mujeres? Si es precisamente la educación el arma que nos proporciona capacidades y empoderamiento», se pregunta.
La autora reclama «cambiar el sistema jurídico fascista», pero reconoce que no hay «voluntad política» para ello. Esa voluntad, por el momento, solo la tienen las mujeres, «que quieren cambiar y que están cambiando sus vidas».
Laura de Grado. EFE
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