Es la cara que todo RRHH compraría. No hay atisbo de sospecha en esta mujer. Se le presupone todo lo que se le niegan a las mujeres negras, esas mismas a las que se nos recomiendan quitar la foto del CV para tener una mínima oportunidad. Sin embargo ella era vicepresidenta del Parlamento Europeo, nada más y nada menos. Parece que además de bella y talentosa, también es corrupta.
Hablamos de Eva Kaili, ex vicepresidenta del Parlamento Europeo (acaba de ser destituida), y centro del llamado Qatargate que sacude las instituciones comunitarias, sacando a la luz una presunta trama de sobornos a cargos de las mismas, que vendrían del estado catarí, con el objetivo de influir en las decisiones de la Eurocámara. La política griega sigue en prisión y está imputada por cargos de pertenencia a organización criminal, corrupción y blanqueo de capitales.
¿Quién iba a sospechar que la niña bonita de la socialdemocracia griega era corrompible? En este mundo todavía hacen mucho una larga y lisa cabellera rubia y unos ojos azules. Todavía son un escudo. Lo saben bien las mujeres negras.
El enfado que genera una noticia como ésta tiene muchas aristas. Empecemos por la más dolorosa: la utilización del argumentario de la discriminación y los oprimidos para beneficio personal.
Da vergüenza ajena ver a esta señora en pleno Parlamento Europeo defender al régimen catarí pidiendo empatía y no discriminación. Es de locos. Un régimen que oprime de forma burda, que no respeta ni un solo derecho, que le llueven los millones de forma obscena. No se puede retorcer más el sentido de las verdaderas luchas sociales que poner a la monarquía de Qatar en el lado de los oprimidos.
Otro tema que causa indignación es corroborar cómo son los propios exdiputados y funcionarios de la UE los que crean y controlan las fundaciones, asociaciones y ONGS varias que pululan como moscas en las heces en Bruselas. Estos vampiros siempre presentes en la capital europea, la caza de enormes cantidades de fondos para proyectos sociales y solidarios, que se han convertido en un negocio gigantesco y que tienen poca repercusión a efectos sociales.
Lo que se supone son fondos para gente oprimida, para causas sociales, para los afrodescendientes, son mercadeados y repartidos por una industria del «humanitarismo» que controlan las personas que saben moverse en Bruselas. Los lobbies están permitidos en Bruselas, no lo olvidemos. No importa lo que hagas, importa a quien conozcas.
Ahora se entiende porqué, por más años que nos esforcemos, por más años que generemos muy buenos resultados de cara a las luchas sociales, por más años que presentemos nuestros esfuerzos a esos «proyectos europeos», nunca se percibirá como suficiente para la meritocracia blanca, corrupta y vergonzosa. Gente que incluso se cree que nos puede dar lecciones.
De momento desde la Eurocámara hablan de que esto puede ser muy grave. Lo que pasa es que desde nuestra posición desprivilegiada, no se entiende muy bien por qué y para quién es grave.
Seguiremos informando…
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