jueves, noviembre 7

Uno de cada cuatro jóvenes españoles es abiertamente racista


Un 25% de los jóvenes encuestados, la mayoría varones, muestra cierto grado de acuerdo con afirmaciones racistas y hasta un 40,3% señale que la falta de adaptación de las personas inmigrantes es la raíz de los discursos racistas, culpabilizando y responsabilizando así a las minorías. Además, tan solo el 57,2% de los jóvenes indica que les parecería bien que personas de cualquiera de las minorías consultadas ocupasen una posición social de responsabilidad como la de la alcaldía.

Estas son algunas de las principales conclusiones de la investigación “Jóvenes y racismo. Estudio sobre percepciones y actitudes racistas y xenófobas entre la población joven de España” realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación Fad Juventud.

El estudio se ha realizado consultando a 1.200 jóvenes de 15 a 29 años y su objetivo ha sido detectar la existencia de estereotipos, actitudes racistas o xenófobas entre la juventud de 15 a 29 años; conocer el grado de discriminación que sufre y ejerce la población joven por razones de origen, etnia, cultura y/o religión; identificar los colectivos más o menos discriminados;  así como el grado en que perciben que dicha discriminación opera en nuestra sociedad. 

Los datos han sido presentados por la directora general de la Fad, Beatriz Martín Padura, y la subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, Anna Sanmartín.

La encuesta destaca tres motivos principales por los que se discrimina en España: el origen étnico (42,3%), por sexo o género (40,5%) y por la orientación sexual (39%). La discriminación por país o lugar de origen aparece en quinto lugar (31,5%) y los rasgos racializados en sexto lugar (21,6%). Tan sólo un 26% de las personas encuestadas señalan que nunca se han sentido discriminadas

Y aunque existe una amplia mayoría de jóvenes (75%) que manifiestan opiniones alejadas de estereotipos y prejuicios racistas, el estudio ha detectado un preocupante 25% de jóvenes que sí se muestran de acuerdo con afirmaciones racistas, lo que resulta preocupante debido al fuerte corte excluyente y discriminatorio de los enunciados testados. 

El grupo de jóvenes que presenta actitudes y opiniones claramente racistas está conformado de forma mayoritaria por personas que se posicionan ideológicamente en la extrema derecha, resultando la ideología una variable determinante. Además de la ideología, se encuentran diferencias estadísticamente significativas en función del sexo, con un marcado carácter más antirracista de las mujeres. 

Los y las jóvenes españoles culpan de la difusión de discursos racistas principalmente a algunos medios de comunicación y la imagen que dan de la inmigración (60,4%) y a las propuestas xenófobas de partidos de extrema derecha (49,7%). 

Y en tercer lugar encontramos que un 40,3% de la juventud encuestada señala que la falta de adaptación de las personas inmigrantes es el motivo que más influye en la difusión de discursos racistas, responsabilizando a las propias personas inmigrantes de la difusión de estos discursos. 

¿Hacia qué colectivos se tienen más comportamientos racistas?

Lamentablemente, distintas preguntas ponen de manifiesto el alto grado de discriminación y racismo que sufren las personas de etnia gitana. Es el grupo más rechazado como vecino/o (24% de la juventud encuestada no desean tener un vecino/a de etnia gitana), para ocupar puestos de responsabilidad en el trabajo o en docencia (al 24% no le parecería bien), para ocupar puestos de policía (más del 25% manifiestan desacuerdo con que ocupen este puesto) y para desempeñar un puesto de alcaldía (rechazado por el 30% de la juventud). 

Un 16,3 % de las personas encuestadas indica que preferiría no tener una relación personal con personas de etnia gitana, siendo las peor valoradas a la hora de hacer una nueva amistad o relación íntima. 

Las personas procedentes de Marruecos y las de religión musulmana también son de las más rechazadas para ocupar posiciones socialmente relevantes y como vecinos/as o amistades. 

Tan solo el 57,2% de los jóvenes indica que les parecería bien que personas de cualquiera de los colectivos consultados fuesen el alcalde o alcaldesa. 

A excepción de las personas de etnia gitana, marroquíes y de religión musulmana, se observa una alta aceptación para la convivencia próxima del resto de grupos minoritarios, pero hay un rechazo considerable a que cualquiera de ellos ocupe posiciones de poder. 



Diversidad percibida y actitudes racistas

Las opiniones vinculadas al antirracismo/racismo cruzadas con la diversidad percibida en el contexto muestran dos tendencias principales, aparentemente contradictorias.

Por un lado, se encuentran valores más bajos de opiniones antirracistas entre quienes perciben como muy diverso tanto el barrio donde viven como el colegio en el que cursaron la educación primaria. Cuanta mayor diversidad en el barrio y en el entorno educativo más actitudes racistas.

Por otro lado, quienes tienen un alto grado de diversidad entre sus grupos de pares manifiestan más opiniones antirracistas. Es decir, cuanta más diversidad en el grupo de amigos menos actitudes racistas.

Como hipótesis para explicar estas tendencias se puede argumentar que cuando las relaciones con las minorías discriminadas implican vinculaciones afectivas, o son (al menos percibidas) como elegidas, se tiende a manejar opiniones antirracistas frente a situaciones en las que la diversidad no se produce por elección. Por otro lado, otra posible interpretación sería que el hecho de establecer relaciones de tipo afectivo con personas pertenecientes a minorías discriminadas facilita o promueve el desarrollo de opiniones antirracistas.

Comportamientos racistas sufridos, vistos y ejercidos

La investigación analiza los porcentajes de jóvenes que dicen haber sido testigos de violencia o comportamientos racistas, las personas que la han sufrido y las personas que admiten haberla ejercido.

El porcentaje de jóvenes que afirman haber presenciado distintas formas de comportamientos racistas (desde burlas a agresiones físicas) es de entre el 32,6% para agresiones físicas y el 49,8% para burlas o insultos en redes sociales.

El porcentaje que las ha sufrido va del 14,4% en el caso de agresiones físicas al 24,3% en el caso de burlas o insultos en espacios públicos presenciales. Y en cuanto al porcentaje de jóvenes que la han ejercido va del 5,7% en el caso de agresiones físicas al 15,1% a la hora de desplegar actitudes de desconfianza ante minorías.

Los y las jóvenes presencian más formas de violencia racista en el ámbito virtual que en el espacio físico pero las violencias que han sufrido las personas encuestadas se dan principalmente en espacios presenciales como la calle o establecimientos públicos. Aunque el porcentaje de personas que admiten desplegar comportamientos racistas no supera el 15% siguen siendo datos preocupantes y significativos.

Hay una fuerte asociación entre haber sufrido comportamientos discriminatorios y el hecho de realizarlos. Así, los porcentajes de quienes los han realizado son mucho más elevados entre quienes los han sufrido (más del 20%) que entre quienes no los han sufrido (en torno al 10% en actitudes de desconfianza y menos del 5% en otro tipo de comportamientos racistas). 

Estos resultados son muy relevantes ya que manifiestan la importancia de lo que se podría considerar una espiral de discriminación; en la que el hecho de haberla sufrido facilita el hecho de ejercerla. Programas de intervención y el trabajo de apoyo a personas jóvenes que hayan sido víctimas de este tipo de comportamientos podría reducir o frenar la perpetuación de dicha espiral.

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