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jueves, marzo 28

El cine de Almodóvar y viejos estereotipos perpetuados

La actriz cubana María Isabel Díaz interpreta a Regina en «Volver», la prostituta vecina de Raimunda (Penélope Cruz).

Como historiadora del arte manchega, tengo de manera impuesta la idealización de la figura y obra de Almodóvar, director reconocido a nivel internacional que ha llevado nuestra tierra, siempre estigmatizada, a un panorama intelectual y cultural generando códigos e influencias que sirven como precedente a jóvenes creadores. Pero claro, como mujer afrodescendiente, mi mirada sobre él cambia y esos códigos son vistos como estereotipos que sigue reproduciendo en la actualidad, llegando a la conclusión y reflexión de su modelo de modernidad e innovación queda circunscrito en los parámetros blancos y masculinos, que caen como una losa en pleno 2022.

Y es que esta reflexión nace tras ver su última película “Madres Paralelas” protagonizada por Penélope Cruz y Milena Smit, en la que aborda un mensaje necesario como es la memoria histórica, pero que una vez más recurre a estereotipos que perpetúan los discursos de odio a la hora de plasmar a personajes racializades. Una vez más recurre a la criminalización y la estereotipación de las personas racializadas, en este filme, asociando lo “étnico” (palabra extraída de la propia producción) a una violación.

Ya lo hemos visto anteriormente en “Dolor y Gloría” asociando a personajes marginalizados y negros al tráfico de drogas o en “Volver”, la latinidad a la prostitución.

Y yo me pregunto más allá no solo como profesional de la cultura audiovisual, sino también como público: ¿hasta cuándo vamos a legitimar esta representación como arte, modernidad, innovación y otro tipo de conceptos que definen la obra de este director?

Además, teniendo en cuenta su proyección internacional, especialmente en Estados Unidos, no entiendo cómo en estas alturas no recibe una asesoría, también es verdad, que no hay documentación de acerca si en España ni en otro país en el cual se ha estrenado esta película se ha determinado esta narrativa. Esto que quiere decir: que mientras no haya quién determine esta problemática, esta narrativa se seguirá difundiendo, formando parte del discurso aún vigente.

Y es que no podemos olvidar el papel fundamental que ejercen las manifestaciones culturales, sean cuales sean, en la difusión y reproducción de discursos de odio. El prescindir de estereotipos no debería cambiar la narrativa de una pieza, sino esto sucede entonces deberíamos pensar sobre si estos conforman la temática de la misma. 

Si, al menos, pudiéramos determinar la estereotipación que hay detrás de estos personajes y cómo afecta en el día a día de las personas racializadas, con una perspectiva de feminista interseccional, podríamos consumir este tipo de contenido.

Pero por ahora esa alfabetización en lenguaje audiovisual no llega y si llega materializada en artículos como es este y labor de profesionales racializades de este ámbito es tachada de “cultura de la cancelación”.

Algo que no existe, porque mientras estas manifestaciones culturales (y sus creadores) se difunden, aplauden y premian, las personas racializadas somos violentadas de forma sistemática. 


Julia Cabrera

@juliavcabrera, historiadora del arte afroespañola creadora de @blackartandartists


2 comentarios

  • Romina

    Es un punto de vista muy interesante el que compartes .Soy uruguaya y como latinoamericana me estigma y hasta veces me sienta muy mal ciertas escenas que he visto en las películas de Almodóvar. Agradezco el arte que me brinda, mas, también me he puesto a reflexionar sobre lo que veo y consumo. Infinita gratitud por la claridad de las palabras.
    Saludos desde Uruguay.

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