viernes, diciembre 20

Liberación animal desde una perspectiva antirracista

Observo con sorpresa y, siendo sincera, algo de tristeza, cómo se desvirtúa y se desinforma con gran ligereza acerca del movimiento antiespecista, qué es el veganismo y qué supone la liberación animal. En este texto me gustaría sembrar reflexiones incómodas que nos ayuden a acercarnos, en vez de seguir aumentando el ruido que nos está alejando.

El juego perverso de los privilegios

Leo con asombro cómo usamos la carta de los privilegios con mucha facilidad, como una sentencia irrevocable: “es que tú eres una privilegiada”, y se acaba el debate. 

¿Qué supone un privilegio? ¿Por qué hemos asumido que todo es un privilegio? Por ejemplo, durante la cuarentena por COVID19 se viralizó una imagen que en esencia enunciaba: “disfrutar la cuarentena es un privilegio de clase” ¿es un privilegio de clase disfrutar el quedarse en casa cuando una ha trabajado toda la vida, día sí y día también? Privilegio de clase es que los multimillonarios de nuestro país no hayan visto afectadas sus fortunas (1). ¿Es un privilegio ser vegana? En tanto que se señala a las veganas como: 1) personas con gran nivel adquisitivo 2) personas con gran nivel académico 3) personas, en definitiva, con facilidades materiales para llevar a cabo la práctica del veganismo. Pues en algunas circunstancias sí, y en otras seguramente no. Pero ahí no está el punto. 

El punto es ¿por qué entendemos que SÓLO las veganas son privilegiadas en este juego perverso en el que hemos convertido las luchas sociales en el entorno virtual? Si jugamos al juego perverso de los privilegios (si entendemos por privilegio todo aquello que nos diferencia y nos hace estar en una posición ventajosa) entonces todas somos privilegiadas y los discursos que enunciamos pueden ser invalidados, ¿es eso lo que queremos? ¿es eso lo que necesitamos para avanzar y conseguir cambios a mejor?

Ser afro-feminista no te lo permite todo, ser vegana tampoco.

En el artículo de este mismo espacio “Del privilegio a la mesa” (2) se cuestiona: “¿Seguimos llenando el feminismo de requisitos?”. Coincido totalmente en lo erróneo del planteamiento de compañeras y compañeros de activismo antiespecista que argumentan “si eres feminista y contribuyes a la explotación animal no eres feminista” o premisas similares. Este tipo de afirmaciones crean rupturas y no trazan puentes de unión, puesto que directamente están invalidando y negando el feminismo/activismo de muchas compañeras. Y además individualiza problemas estructurales que merecen respuestas estructurales.

Ya sucedía en redes sociales, a raíz de las protestas por el asesinato de George Floyd y Breonna Taylor organizadas por el movimiento Black Lives Matter (BLM). Durante una de estas protestas, un activista alzaba la cabeza decapitada de un cerdo (3), simbolizando a los cuerpos policiales estadounidenses (no sólo las activistas antirracistas son quienes simbolizan a los cuerpos policiales como cerdos, esta es una idea ampliamente extendida). Las respuestas desde espacios de liberación animal no se hicieron esperar y fueron muchxs quienes sacaron a pasear su racismo más escondido sin miedo, ni vergüenza. Tristemente, fueron muchxs quienes no quisieron escuchar a quienes siendo racializadas veganas, señalábamos que es posible ampliar la perspectiva y entender que la violencia que sufren los animales no humanos nos interpela directamente. 

El feminismo es la idea radical de que las mujeres somos personas”, dice Ángela Y. Davis (por cierto, también vegana). 

Ahora bien, ¿esto quiere decir que desde planteamientos afrofeministas no se pueda ampliar la mirada y seguir profundizando en las estructuras opresivas en las que vivimos todas las que habitamos esta Tierra? ¿esto quiere decir que desde perspectivas afrofeministas no podamos comprender cuál es el problema de la explotación animal y plantear soluciones? ¿esto justifica que desde perspectivas afrofeministas se pueda deslegitimar el movimiento antiespecista y podamos marcarnos un “los humanos primero”? Creo que no. 

De cuestiones individuales parece que va el asunto

Creo que resaltamos con exceso y sin necesidad las prácticas, discursos o acciones diarias individuales en vez de centrarnos en aumentar las posibilidades de trazar “un mundo donde quepan muchos mundos” como afirman las compañeroas del Movimiento Zapatista. Esto es, nos centramos en acciones individuales, que si bien tienen importancia, no son el único foco sobre el que poner la atención. 

Y en esto hemos errado desde muchos espacios de difusión y activismo vegano al plantear el veganismo como la única solución al problema del especismo y como el lugar a llegar y ya. El veganismo es la puesta en práctica del antiespecismo y la liberación animal. Como dice la activista y artista Mariana Matija, el veganismo es un camino, no una meta purista a la que llegar. Por ello, para muchas personas resulta muy fácil desacreditar el veganismo y despreciar el antiespecismo aludiendo a personas individuales que emiten discursos desde una posición muy concreta. 

Sin caer en un positivismo tóxico, sería más nutritivo generar espacios de encuentro reales y sinceros: NO en los que medir quién alcanza ese estatus de deconstrucción inalcanzable e inventado, NO en los que señalar la ruptura o el fallo y no buscar el nexo, NO en los que ir a reforzar aquello que ya sabemos y en los que elevar nuestro ego a la quinta potencia. Crear espacios comprometidos y honestos en escuchar verdades incómodas, dejarse afectar y estar dispuestas a ampliar nuestras perspectivas.

La soja maligna y morir matando.

“Necesitamos alentar a las personas a cuestionar sus comportamientos, para que se encuentren en un terreno conceptual de confusión, esta es una de las experiencias más revolucionarias que habitar, porque no estamos sujetas a comportamientos o normas opresivas […] Estoy aprendiendo a aceptar que sentirme incómoda es bueno, que el concepto de sentir vergüenza por admitir que no lo sabemos todo, o que nos falte humildad para hacer preguntas cuando algo no nos queda claro, es patriarcal y nos viene dañando desde hace rato. 

Aceptar que mi perspectiva está sujeta completamente a mi experiencia de vida y no es objetiva ni universal, me hace seguir desaprendiendo y agregando matices, y sentir la necesidad de escuchar voces distintas a la mía.”  Aph Ko y Syl Ko en Aphro-ism: ensayos sobre cultura Pop, Feminismo y Veganismo Negro. 


La tienda de Afroféminas



Podría extenderme argumentando por qué la cuestión animal nos interpela como personas afrodescendientes, afroespañolas o racializadas. Desde los devastadores incendios en el Amazonas con el fin de sembrar soja (4), y no para las personas veganas como se afirma, sino para crear piensos con los que alimentar animales considerados ganado. Hasta mencionar cómo esta historia se repite en todo el Sur Global, y como a lo largo y ancho del planeta Tierra, la devastación, el robo y el saqueo de los territorios tiene una alianza terrorífica con la industria cárnica. Por supuesto, sin obviar un sistema alimentario injusto y desigual para con las comunidades racializadas. Sobre ello, hay miles de textos e investigaciones que dan testimonio.

Sin los animales no humanos no vamos a ningún lado.

Así de crudo: Sin los animales no humanos no vamos a ningún lado. Sin incluir en nuestros análisis la problemática de la explotación animal seguiremos llevando a cabo soluciones que se dejen a una gran parte atrás. ¿Alguien se imagina un mundo igualitario y en paz donde sigan existiendo mataderos? ¿Donde se experimente en la piel de un conejo un nuevo maquillaje o nuestros medicamentos? ¿Un mundo donde decidamos quién merece vivir y quién merece morir por algo tan arbitrario como nuestro propio deseo humano de estar por encima de todo y todas? 

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (5) 910 millones de animales fueron asesinados en el estado español para consumo humano en 2018 (esta cifra no incluye a las especies marinas que ni siquiera son contadas por individuo sino por toneladas y no incluye animales asesinados en experimentación, peletería, festejos basados en tortura, etc)

¿De verdad vamos a seguir intencionadamente, obviando todo este dolor y sufrimiento? ¿Para qué existen las luchas sociales si no es para reivindicar el derecho a la vida, el hecho de celebrar la propia existencia por el simple hecho de ser, en definitiva, el derecho a la vida plena? 

“La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia de cualquiera” – Dr. Martin Luther King Jr.


*Lecturas recomendadas: Hacia mundos más animales y Veganismo en un mundo de opresión, ambas de acceso libre en PDF en la editorial Ochodoscuatro. 

  1. https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20200811/covid-19-coronavirus-grandes-fortunas-8071525
  2. https://afrofeminas.com/2020/09/27/del-privilegio-a-la-mesa-2/
  3. https://www.eldiario.es/caballodenietzsche/antirracismo-antiespecismo-nueva-alianza-postureo_132_6064248.html
  4. https://www.eldiario.es/sociedad/hambre-insostenible-carne-recorre-mundo_130_6111586.html
  5. https://www.mapa.gob.es/es/estadistica/temas/estadisticas-agrarias/ganaderia/encuestas-sacrificio-ganado/

Melinda Decker

Soy Canaria. Fisioterapeuta. Activista afrofeminista y antiespecista. Descubriendo mi negritud y en abrazo continuo con mi animalidad.



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