Este nuevo mapa muestra con qué facilidad las personas europeas blancas asocian los rostros negros con conceptos negativos.
Tom Stafford, University of Sheffield
Desde 2002, miles de personas de todo el mundo han entrado en una página web gestionada por la Universidad de Harvard llamada Project Implicit y han realizado el «test de asociación implícita» (TAI), una prueba de respuesta rápida que mide la facilidad con que se pueden emparejar elementos de diferentes categorías.
Para crear este mapa, utilizamos los datos de una versión del test que presenta rostros blancos o negros y palabras positivas o negativas. El resultado muestra con qué facilidad nuestras mentes establecen una relación entre las categorías de forma automática, lo que los psicólogos denominan «actitud racial implícita».
Cada país está coloreado según la puntuación media de sus participantes. Los países en tonos rojos muestran un sesgo medio más alto y los países en tonos azules muestran un sesgo medio más bajo, tal y como indica la escala de la parte superior.
Al igual que un mapa parecido elaborado para los estados de EE. UU., nuestro estudio muestra variación en el alcance del sesgo racial, pero en todos los países europeos se observa este fenómeno cuando se compara a las personas negras con las blancas.
Así, las personas tardan más en asociar la raza negra con palabras positivas como «bueno» o «agradable» y tardan menos en asociar la raza negra con conceptos negativos como «malo» o «malvado». Pero en países como la República Checa o Lituania tardan menos en establecer la relación entre raza negra y conceptos negativos que en Eslovenia, el Reino Unido o Irlanda.
Ningún país obtuvo una puntuación media inferior a cero, lo que hubiera reflejado asociaciones positivas. De hecho, ninguno obtuvo una puntuación media ni siquiera cercana a cero, lo que hubiera revelado que no existen asociaciones raciales ni positivas ni negativas.
Sesgo implícito
Disponemos de las puntuaciones de 144.038 personas europeas blancas recogidas entre 2002 y 2015. El tamaño de la muestra de cada país se indica en el lado izquierdo.
Debido al diseño del test, es muy difícil controlar de forma deliberada la puntuación. Muchas personas, incluso las que tienen firmes convicciones no racistas e incluso antirracistas, demuestran un sesgo implícito en el test. El significado exacto de este resultado es controvertido, pero creemos que refleja las asociaciones automáticas que permanecen en nuestra mente, asociaciones que se desarrollan a lo largo de los años.
Aunque es posible que, como individuos, no tengamos convicciones racistas, los conceptos que asociamos a la raza pueden estar construidos por una cultura que describe sistemáticamente a las personas de diferentes etnias de forma más o menos negativa. Por tanto, el TAI, que no es más que una forma de medir la psicología individual, también puede ser útil si las puntuaciones de los individuos se suman para proporcionar una imagen del mundo en el que vivimos.
El resultado final ofrece detalles de lo que ya intuíamos: que en Europa las actitudes ante la raza no son neutrales. Las personas blancas hacen asociaciones negativas con la raza negra, y hay algunos patrones interesantes en la forma en que varía la intensidad de esas imágenes por todo el continente.
Por lo general, en el norte y oeste de Europa, las asociaciones contra los negros son menos intensas. A medida que se avanza hacia el sur y el este, estas asociaciones negativas tienden a aumentar, pero no en todas partes. Los Balcanes parecen ser una excepción en comparación con sus países vecinos. ¿Esto se debe a cómo las personas de los Balcanes conocieron Project Implicit, o porque sus prejuicios no se orientan en un eje blanco-negro? Por ahora, solo podemos especular.
Preguntas abiertas
Al interpretar el mapa, hay que tener en cuenta al menos dos salvedades.
La primera es que las puntuaciones solo reflejan las actitudes raciales en una dimensión: emparejar blanco/negro con bueno/malo. Nuestras sensaciones sobre los grupos étnicos tienen muchas más dimensiones que no se plasman en esta medida.
La segunda es que los datos provienen de personas europeas que visitan la página web de Project Implicit de EE. UU., que está en inglés. Por tanto, la muestra refleja un subconjunto de la población europea más familiarizado con Internet de lo habitual. Probablemente sean más jóvenes y más cosmopolitas. Es probable que estos factores minimicen el alcance del racismo implícito en cada país, por lo que es probable que los verdaderos niveles de racismo implícito sean más altos que los que se muestran en este análisis.
Este mapa ha sido posible porque Project Implicit publica sus datos a través de Open Science Framework. Esta web permite que los científicos compartan la materia prima y los datos sin procesar de sus experimentos, lo que permite que cualquier persona pueda revisar su trabajo o volver a analizar los datos, como hemos hecho aquí. Creo que las herramientas abiertas y métodos de publicación como estos son necesarios para que la ciencia sea mejor y más fiable.
Tom Stafford, Lecturer in Psychology and Cognitive Science, University of Sheffield
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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