Beyoncé ha vuelto a poner patas arriba la industria de la música pop. El sábado por la noche publicó Lemonade, una película (video-álbum) de una hora de duración que acompaña todo su último disco, el que inauguró con Formation en la Superbowl a finales de febrero de este año.
Siguiendo las mismas temáticas en referencia al empoderamiento de lo negro, el énfasis en la variedad de feminidades negras, el #BlackLivesMatter: de nuevo Beyoncé nos está hablando de algo mucho más allá de lo que estamos acostumbradas en la música pop.
Con una gran cantidad de cameos a lo largo de los sesenta minutos, la mayoría mujeres negras del panorama occidental: la tenista Serena Williams, el dúo musical Ibeyi, la joven actriz Quevenzhané Wallis, la modelo de la campaña de Desigual Winnie Harlow. La actriz y activista Amanda Stenberg, que se está revelando como una voz de su generación son algunos ejemplos. De fondo, los versos de la poetisa somalí-británica Warsan Shire, igual que hizo con el discurso de la escritora nigeriana Chimanadan Ngozi Adichie en su disco de 2014. Todos son referentes femeninos de la cultura occidental que representan a una generación de mujeres negras jóvenes, creativamente muy potentes, que puede servir de inspiración a la audiencia, en un panorama donde abundan los referentes culturales exclusivamente blancos.
Además, en el proyecto han colaborado otros músicos conocidos por tocar otro tipo de estilos musicales, como Jake White, de los White Stripes (que ya colaboró con Alicia Keys), James Blake, Kendrik Lamar, o las bases de Diplo y de Ezra Koening (Vampire Weekend) o Led Zeppelin
Una referencia en la línea de la denuncia antirracista es la cita que toma de Malcom X del discurso que dio en el funeral de Ronald Stokes, asesinado por la policía en 1962:
“The most disrespected woman in America, is the black woman. The most un-protected person in America is the black woman. The most neglected person in America, is the black woman.”
[La mujer a las que menos se respeta en América es la mujer negra. La persona más desprotegida de América es la mujer negra. La persona más descuidada de América es la mujer negra]
Beyoncé subraya de nuevo el #BlackLivesMatter con la aparición de las respectivas madres de Trayvon Martin, asesinado en 2012 por la policía a la edad de 17 años, Michael Brown, en 2014 a los 18 años, y Tamir Rice, tiroteado a los 12 años de edad.
El color de la limonada coincide con el amarillo del vestido que luce al principio de la cinta: se comenta que es una referencia a la diosa yoruba Oshun, muy relacionada con el agua y la fertilidad.
Las críticas también hablan del título: Lemonade. Casi al final de video álbum aparece una cita de la abuela de Jay-Z (marido de Beyoncé), Hattie White:
«I was served lemons, but I made lemonade» [La vida me dio limones, e hice limonada»].
Un guiño a las generaciones de mujeres negras, un canto a la sororidad y a las redes familiares y vecinales de las comunidades afroamericanas. Es una celebración de las mujeres negras de forma intergeneracional y con toda su complejidad. Kevin Allred, que desde 2010 dirige un curso sobre Beyoncé en la Universidad de Rutgers, entiende que con Lemonade Beyoncé está redefiniendo lo que es central y a su vez descentrando lo que previamente hemos entendido tácitamente como normativo.
Al igual que con Formation, hay una clara apuesta por la imaginería negra y afroamericana, tan desconocida por el gran público, una apuesta por el cuerpo de las mujeres negras y su belleza, en una(s) cultura(s) que la denosta. Por ejemplo, el pelo afro (pelo malo) frente al pelo liso, que a la vez convive con una clara extensión popular de las trenzas cornrows (o del twerking) y de fondo todo el tema de la apropiación por parte de referentes blancos de elementos de la cultura negra.
Al igual que con Formation, hay una clara apuesta por la imaginería negra y afroamericana, tan desconocida por el gran público, una apuesta por el cuerpo de las mujeres negras y su belleza, en una(s) cultura(s) que la denosta. Por ejemplo, el pelo afro (pelo malo) frente al pelo liso, que a la vez convive con una clara extensión popular de las trenzas cornrows (o del twerking) y de fondo todo el tema de la apropiación por parte de referentes blancos de elementos de la cultura negra.
La exploración de la feminidad negra en el clima norteamericano es explícitamente una cuestión política, los hombres que aparecen están en un segundo plano (incluso algunas críticas señalan que se usen de forma accesoria).
El video-álbum también ha levantado sospechas por la marcha del matrimonio Knowles-Carter, alguna referencia a una posible infidelidad por parte de Jay-Z. Estos temas relativos a la vida personal de Beyoncé están generando un chorreo de noticias y tweets de otras divas de la música (así como un ciberbullying en las redes a la supuesta amante, la diseñadora Rachel Roy). Azealia Banks ha criticado a Beyoncé por su actitud de mujer dolida en algunos puntos del Lemonade y entiende que fomenta que se perpetúe el estereotipo de la mujer negra sufridora, lo que Banks llama la narrativa del corazón roto de las mujeres negras.
El caso es que, independientemente de la opinión que nos merezca este proyecto, ya sea musical o políticamente, estemos de acuerdo o no con lo que algunas críticas señalan como una celebración porque sí de las feminidades negras, de una clase social y cultural concreta, con todo el feminismo más o menos blanco que representa Hillary Clinton de fondo, lo que seguro no podemos negar es que Beyoncé está marcando agenda de debate público y creo que esto siempre es de agradecer.
Autora: Elena Herrera Quintana
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