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jueves, marzo 28

Afrofeminismo…sí


El feminismo moderno surge en el marco de la revolución francesa. Es en  este país junto con los Estados Unidos y el Reino Unido donde este  movimiento ideológico y político va a iniciar con más fuerza  el proceso de  lograr  sus objetivos: iguales derechos políticos y sociales para la mujer. Lo demás ya es historia.

Actualmente el feminismo es una opción ideológica, y para la mayoría de personas la idea de luchar contra la discriminación por razón de sexo y contra los problemas de las  mujeres no pasa necesariamente por encuadrarse dentro de una ideología feminista.

Ahora bien, es cierto que en el mundo actual podemos ver que determinadas actitudes y concepciones de vida de la mujer se siguen relacionando de forma más automática con la idea de mujer defendida  a grandes rasgos  por las diversas corrientes del feminismo: Mujer trabajadora (fuera del hogar), muchas veces con formación reglada superior, independiente económicamente, en muchas ocasiones pro-aborto y pro-divorcio, e incluso de maneras agresivas o «masculinas».

Una vez aquí uno constata que  lo más probable es que en este perfil no encaje un gran ratio de las mujeres africanas y afrodescendientes, Es más, si uno mantiene conversaciones con mujeres africanas y afrodescendientes, que si encajan en este perfil, observa que enfocan en este punto uno de sus campos de lucha: buscar para la mujer negra, afrodescendiente, las condiciones que le den «el estatus» de lo que el feminismo occidental, europeo y blanco, considera que debe poseer una mujer.

Sin embargo yo me pregunto, ¿reproducir modelos ideológicos, políticos y culturales es el camino al desarrollo de la identidad de la etnia africana o afrodescendiente? Tras 600 años de historia caracterizadas por la dominación política y cultural sobre el africano y los afrodescendientes, este colectivo humano, está más necesitado que nunca de definir su propia identidad.

No hablo de radicalismos pero si de replanteamientos .Replanteamientos sobre el hecho de que intentar extender  y defender para la mujer africana y afrodescendiente un único modelo de mujer, modelo además asimilado de occidente, es un error. Porque la consecuencia directa es que se cercenan concepciones de vida, que nacen de la cultura africana, y eso no deja de ser una forma de seguir fomentando el eurocentrismo. La cultura es consecuencia de la historia de los colectivos y las adaptaciones que ha tenido que ir realizando.

La mujer afro, madre soltera de numerosos hijos que vende en su puesto en un mercado de Cli o de Lome, es una mujer que lucha y que es la consecuencia de su historia. Es una mujer con la que seguramente habrá que trabajar para «mejorar» su vida. Y uso mejorar en contraposición al verbo «dignificar » que tanto gusta a las feministas afrodescendientes y africanas. Venderle la idea de que solo capacitación laboral y los anticonceptivos son la solución de todos sus problemas, es ningunear su lucha y su identidad. Y su lucha lo que define a esta mujer.

Concluyendo: para llegar conmigo a alguna parte tendrás que partir del lugar en el que me hallo. El afrofeminismo que parta de una concepción global de lo que es la mujer negra y afrodescendiente en todos sus matices y que no ignore la realidad de  la mujer negra  tiene que asumir los elementos subyacentes de esa realidad.

El afrofeminismo tendrá que tener en cuenta sus orígenes históricos, sociopolíticos e incluso culturales sin pretender extirpar de raíz ese perfil de mujer sustituyéndolo por el occidental. Tendrá que ser capaz de mirar objetivamente aquellos componentes de esa realidad que habrá que trabajar y respetar. Incluso apreciar los positivos, que los hay.


Ana Lourdes Nso Mangue

Madre de 2 hijos y esta estudiando derecho por la Universidad de Salamanca. España.


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