Este país debe querer dejar de ser racista
En las últimas semanas han coincidido en el tiempo dos hechos luctuosos que por diferente motivos han puesto el racismo, la xenofóbia y la gestión de la inmigración en el punto de mira.
El terrible asesinato del niño Gabriel por parte de una mujer negra de origen dominicano venía calentando un ambiente que los medios, con un tratamiento irresponsable de la noticia y haciendo caja con el dolor y la indignación de la gente, habían puesto a punto para que estallase. Los medios dieron alas a un racismo y xenofóbia basado en los índices de audiencia. Una vez vistas las consecuencias, la autocrítica ha sido casi inexistente.
La muerte el pasado jueves del ciudadano madrileño de origen senegalés, Mame Mbaye y los disturbios posteriores en el barrio de Lavapiés, fueron un nuevo ep...