domingo, marzo 30

“Estoy cansada de esforzarme el doble y recibir la mitad”: Edith Martínez-Val habla sin filtros


Desde su irrupción en la pantalla con el papel de Enoa en la serie de RTVE Dos vidas, Edith Martínez-Val ha demostrado un talento y una sensibilidad que traspasan la pantalla. Nacida en Lanzarote en 2001 y criada en Madrid, esta joven actriz ha construido una trayectoria notable en poco tiempo.

Formada en arte dramático en la Escuela Eduardo Recabarren y con cursos intensivos en la Escuela Yaël Belicha, Edith complementó su preparación en el grupo teatral Bachartes y la Escuela Cuarta Pared. Su versatilidad la ha llevado a participar en diversas producciones teatrales, como Cruzadas, dirigida por Michel Azama, y La fugacidad del tiempo, bajo la dirección de Susana Hidalgo.

En televisión, tuvo un destacado papel en Dos vidas, en 2020. Posteriormente, protagonizó El salto (2024), bajo la dirección de Benito Zambrano, donde interpretó a Aminata, una mujer africana que enfrenta el desafío de saltar la valla de Melilla. Este papel le permitió explorar y humanizar historias reales de migración, aportando una perspectiva profunda y empática al personaje.

En 2024, Edith protagonizó Fin de fiesta, la ópera prima de Elena Manrique, una comedia hispano-belga que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto y llegó a los cines españoles en enero de 2025. En esta película, comparte pantalla con Beatriz Arjona y Sonia Barba, interpretando a Bilal/Binta, un inmigrante que se esconde en una casa señorial andaluza, desencadenando una serie de eventos inesperados.

Su dedicación y pasión por su oficio la posicionan como una de las actrices más prometedoras de su generación, comprometida con dar voz a historias que merecen ser contadas.

La hemos entrevistado en Afroféminas para conocer más su trayectoria, proyectos y forma de ver la vida.

Edith, comenzaste tu carrera artística desde muy joven. ¿Qué te motivó para adentrarte en el mundo de la interpretación? ¿Alguna persona te inspiró?

En mi familia no había nadie que tuviese una carrera artística y hasta los 13 años, nunca me había interesado por la interpretación. Estudié un año fuera y alguna vez participé en alguna obra de teatro en la escuela, por lo que al regresar a casa, se lo comenté a mi madre y me apuntó a clases de teatro para ver si realmente me gustaba.



Me di cuenta de que la interpretación me fascinaba y mi madre me ayudó en todo el proceso para formarme.

¿Consideras que tu ascendencia africana supuso un motivo de discriminación en el mundo de la interpretación y provocó que se ralentizase tu carrera? ¿Cómo describirías tu experiencia como mujer negra en el cine?

Al principio no me daba cuenta y, de hecho, la gente me decía que, al ser negra, tendría más ventajas y oportunidades a la hora de hacer castings, pero en los últimos años me di cuenta de que era todo lo contrario y ser negra, era realmente una desventaja.

Creo que hubo papeles en los que gustó mi interpretación, pero nunca me escogían al ser negra, porque siempre se esperaba que interpretase personajes racializados, estereotipados o que se moviesen en un contexto afro. 

Creo que es importante representar las historias de las personas negras, pero pienso que también nos merecemos actuar en papeles que no nos encasillen. Puedo interpretar a una persona con un trasfondo racial pero también soy capaz de interpretar al personaje en una comedia romántica sin que sea relevante el color de mi piel o mis rasgos.

Es un trabajo muy duro y estoy orgullosa de lograr representar tantas emociones que se muestran en historias sobre las vivencias de las personas negras pero no quiero que toda mi carrera cinematográfica se resuma en personajes racializados. Considero que soy muy versátil y puedo interpretar personajes diversos.

¿Cómo llegaste a la película de El Salto?

Realmente fue un casting como otro cualquiera, pero tenía ilusión en este proyecto porque conocí tres años antes, en otro casting, a Benito Zambrano, el director de la película, pero no pudimos trabajar juntos en ese momento porque yo estaba rodando otra película.

Pasé cuatro pruebas, similares a las de otros castings, y tras varios meses de trabajo me dijeron que mi perfil encajaba para interpretar a Aminata.

¿Cómo te sentiste al saber que interpretarías a Aminata?

Sentí mucha responsabilidad desde el primer momento porque creo que Aminata tiene una historia muy importante que contar y hasta que no pasé todas las pruebas, no fui consciente de que ahora tendría que representar aquella historia. Me daba miedo no representarlo bien, pero a medida que pasaban los ensayos fui calmándome y pensaba: “si me han escogido para Aminata es porque valgo para interpretarla”. 

Me esforcé mucho y también tuve mucha ayuda de mis compañeros durante el proceso.


Serie «Dos Vidas» RTVE

¿En qué cambió tu vida desde que fuiste nominada a mejor actriz revelación?

Realmente mi vida no cambió, pero tanto yo como mi representante, sentimos que todo lo que habíamos luchado y nos habíamos esforzado valió la pena porque los últimos castings que realicé, si no interpretaba a una persona racializada, no solían dármelo.

Hay actores de todas las etnias, con diferentes rasgos y todos deberíamos poder interpretar a personajes sin importar nuestro color de piel, etnia o rasgos. Creo que es un mensaje muy importante que, aunque se haya dicho muchas veces, debemos seguir explicándolo y creo que, al ser nominada a los Goya, es una buena forma de demostrarlo.

¿Cómo ves la representación de las mujeres negras en el cine?

No la veo y si preguntas a la gente por actrices o películas españolas en las que la protagonista es negra, seguramente te dirán “Palmeras en la Nieve”, porque no hay mucho donde escoger. Las mujeres negras no estamos representadas en el cine español y lo poco que aparecemos es como personajes secundarios e irrelevantes en la trama.

Las mujeres negras se ven representadas en las películas como mujeres maltratadas o esclavizadas pero pocas veces se ven representadas en personajes comunes, en la vida diaria, como en un instituto, un romance o cualquier tipo de historia en la que el color de la piel y la etnia es irrelevante.

¿Qué importancia tiene para ti saber que ahora eres una representación en el mundo de la interpretación para los más jóvenes?

Antes yo decía que no quería ser actriz para eso. No quería que el motivo de mi carrera fuese representar. Solo quería vivir mi sueño como cualquier otra persona, pero ahora lo veo de otra forma y es algo muy importante para mí, si tengo que hacerlo lo haré y lucharé por mi sueño para que los que vienen detrás de mí vean que sí se puede. 

Es importante que se empiece a reconocer nuestro trabajo y esfuerzo, y que se nos empiece a representar en la gran pantalla porque el color de la piel no define el talento ni el esfuerzo. Estoy cansada de esforzarme el doble que otros compañeros blancos y conseguir la mitad o hacer que parezca fácil. No es fácil, me esfuerzo el doble.

Cuando pensaba antes en cómo sería el momento en el que llegase a dar un discurso, no quería decir el típico discurso reivindicativo, pero ahora veo que es necesario y que cada cosa que hagamos, fomentará la inclusión, aceptación y reconocimiento de las personas negras. Puede parecer algo básico para la gente negra y es cansado estar reeducando a la gente, pero es algo necesario.

También siento que tengo el peso de elegir las palabras correctas para dejar claro lo que reivindicamos y no dar paso al error que conlleva a la ignorancia.

¿Crees que has tenido que reeducarte a ti misma en algún momento?

Sí, al ser adoptada he crecido rodeada de gente blanca y cuando era pequeña no me daba cuenta de muchas cosas que eran racistas y que a día de hoy no veo bien. Creo que toleraba muchas cosas y vivía microracismos que yo veía normales, pero no me di cuenta hasta que crecí. Tuve que reeducarme y reeducar a las personas de mi al rededor.

Todo el mundo, al crecer, busca referentes. ¿Crees que en tu caso fue más difícil?

Siempre he tenido el apoyo y el cariño de mi madre y mi familia pero una parte de mí, ha necesitado sentirse representada y en España, la representación de la gente negra es mínima. Si quieres aprender como cuidar tu cabello, tienes que buscar fuera de España, si quieres hacer algo en concreto o inspirarte, hay muy poca visibilidad y aunque adore a mi familia, al crecer rodeada de personas blancas, siento que en España, hasta que crecí, no pude sentirme representada y entendida por personas con los mismo rasgos y/o etnia que yo.

¿Actualmente, en qué tipo de proyecto quisieras trabajar?

Me gusta mucho el thriller y el terror. Me gustaría trabajar en una película con ese género o en un romance. No consumo tanto ese género pero me veo en una comedia romántica adolescente. Siempre he estado en proyectos donde los personajes tenían historias muy duras. Quisiera algo diferente, que permita demostrar mi versatilidad, que hasta el momento, solo mostré en castings.

Quiero salir en una película en la que el color de mi piel y mi etnia no se tenga en cuenta. Todos nos enamoramos y todos sentimos miedo alguna vez, no importa el color de piel y deberían haber más películas de este género con personajes afrodescendientes que no estén estereotipados.

Para finalizar, ¿Qué consejos le darías a los jóvenes afrodescendientes que quieren iniciar en el mundo de la interpretación?

En esta profesión has de tener mucha paciencia y perseverancia debido a que es incierta. Nunca sabes si conseguirás el papel que quieres o dónde estarás el día de mañana.

Pero si eres afrodescendiente, creo que necesitas una paciencia extra porque en el mundo de la interpretación habrán muchas dificultades y muchas veces intentarán encasillarnos en personajes estereotipados y que solo representan historias que tienen que ver con la gente negra, sin tener en cuenta realmente las habilidades de la persona, sino su color de piel o rasgos.

No os rindáis porque es un camino difícil pero no imposible y poco a poco, cada vez seremos más los que aparezcamos en la Gran Pantalla y podamos representar nuestra etnia y color de piel, sin ser solo un encasillamiento.

Edith Martínez – Val personifica la paciencia y el esfuerzo, que pueden conducirnos hacia la realización de nuestros sueños. Su trayectoria es un testimonio de que, con dedicación y perseverancia, podemos vencer cualquier obstáculo y alcanzar nuestras metas, independientemente de nuestra ascendencia, rasgos y color de piel. 

Edith, como cualquier otra niña a su edad, tenía un sueño y ahora, con tan solo 23 años, se ha convertido en una fuente de inspiración para muchos, gracias a su pasión y talento innegables.


Yovanna Blasco López

Nacida en La República Dominicana. Escritora, activista y luchadora por los derechos humanos. Estudiante de Traducción y Mediación Interlinguisitica.

Instagram: @_melaninwoman_

Email: yovibl@outlook.es Interesada en la igualdad de los derechos humanos y comprometida con la concienciación sobre las personas negras, el racismo y la cultura afro.


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